lunes, 7 de noviembre de 2011

26 enero 2007 El Correo Español

26 gener 2007

De tota la premsa que es va fer ressó de aquesta trobada amb el Lehendakari Ibarretxe ens quedem amb la noticia publicada en el diari “El Correo”
La AVT asegura que se ha evitado «abrir las heridas» de las víctimas
Una decisión jurídica no puede depender de la «voluntad de un preso», dicen las asociaciones autonómicas de afectados
«La respetamos y, además, nos gusta». Las palabras del portavoz de la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, Roberto Manrique, sirvieron ayer para resumir el sentimiento de la mayoría de colectivos de damnificados por ETA respecto a la decisión de la Audiencia Nacional de mantener la situación penitenciaria de Iñaki de Juana Chaos. La AVT coincidió en que la resolución es «muy importante», ya que «evita abrir las heridas, muchas de ellas de muerte, de las víctimas. Se ha evitado que aumente ese dolor y sufrimiento».
En un comunicado, esta asociación agregó que una medida contraria a la adoptada hubiera sido «una provocación sin precedentes», no sólo de cara a las familias afectadas por la violencia etarra, sino en relación a la propia sociedad española, puesto que «hubiera amordazado la libertad que todas las personas de bien llevan exigiendo durante más de treinta años». Para el colectivo dirigido por Francisco José Alcaraz, se ha logrado que «el Estado de Derecho no ceda al chantaje de un asesino».
No obstante, sus líderes censuraron, con términos como «descorazonadora» y «cobardía en toda regla», la reacción de los ejecutivos central y vasco por su supuesta tibieza al analizar una medida judicial que hace que «el sentimiento de orfandad de las víctimas ante el Estado de Derecho» sea «menor a pesar de que el Gobierno siga despreciándolas». La AVT rechazó igualmente las reacciones de partidos políticos como Izquierda Unida, ERC y el BNG, y «alertó» sobre lo que califica de «falta de sentido de Estado del Gobierno y sus socios».
Por su parte, Roberto Manrique, cuya federación participó ayer en Vitoria en unas jornadas organizadas por el Gobierno vasco, destacó la «incoherencia» de algunos organismos internacionales -en referencia al comité de prevención de la tortura del Consejo de Europa- al preocuparse por la situación del etarra en huelga de hambre, cuando, según dijo, «nunca se han preocupado por la realidad de las víctimas» y, en concreto, de los allegados de las 25 personas asesinadas por Chaos.
La agrupación, que reúne a damnificados de Andalucía, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia y Comunidad Valenciana, dejó claro que «ninguna decisión jurídica puede depender de la voluntad de un preso», debido a la «la cantidad de asesinos, terroristas o delincuentes que podrían hacer lo mismo», es decir, iniciar una huelga de hambre para quedar en libertad.
«Mucho catastrofismo»
Por su parte, el presidente del Foro Ermua, Mikel Buesa, aplaudió la «muy acertada» decisión de la Audiencia Nacional, puesto que la situación del terrorista encarcelado «no cuadra con lo que prevén las leyes con los presos que están gravemente enfermos» al haber dejado de comer voluntariamente. El hermano del dirigente socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA, aseguró que De Juana Chaos debe «asumir» sus actos e indicó que es positivo que en España «ningún preso salga de la cárcel como consecuencia de una estrategia deliberada para producirse un daño sobre su propia salud».
Buesa rechazó la posibilidad de que si el etarra fallece en la cárcel como consecuencia de la prolongación de su huelga de hambre, se produzca algún revuelo social: en España, apostilló, «se ha hecho mucho catastrofismo» sobre las consecuencias de la justicia en materia antiterrorista y, posteriormente, «nunca se han cumplido esas previsiones».
El ex guardia civil Alfonso Sánchez, herido en el atentado de Madrid de 1982 en el que participó Iñaki De Juana, llamó ayer la atención a título personal sobre la situación de los damnificados y apuntó que el interés que el etarra ha suscitado debería volcarse más «a favor de sus víctimas. Habría que preocuparse más que de la prisión atenuada, de la silla de ruedas en la que se encuentran éstas».













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