“El Periódico de Catalunya” va publicar un article parlant sobre la campanya per retirar al nom de ‘Sabino Arana’ del carrers de Barcelona. Catorze entitats de tot signe ideològic van demanar aquest canvi i la companya Carmen Muñoz va creure que el millor per opinar era en Robert Manrique. Per alguna cosa seria... fins i tot l’escriptor Miguel Winaski es va fer ressò de aquesta iniciativa l’any 2004 en un dels seus llibres.
Copito contra Arana
Víctimas del Terrorismo pide que la calle del fundador del PNV lleve el nombre del gorila
“Sabino Arana era un machista, un racista y un xenófobo y no se merece tener una calle en Barcelona”. Así de claro y contundente se expresa Roberto Manrique, presidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo de Catalunya. Manrique anda metido en una cruzada para que la calle dedicada al fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el distrito de Les Corts, cambie de nombre y pase a llamarse Copito de Nieve. “El gorila blanco ha hecho más por la ciudad que Sabino Arana”, afirmó.
El representante de las víctimas del terrorismo y otras catorce entidades, entre las que se encuentran el Foro de Ermua, el Movimiento contra la Intolerancia y la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente, han formado la plataforma ‘fora Sabino Arana’, que ha reclamado formalmente al ayuntamiento por segunda vez el cambio de nombre de la calle.
El fundador de PNV llegó a Barcelona en 1883 para estudiar la carrera de Derecho y se quedó ocho años en la ciudad. “Ese es su único mérito”, comenta Roberto Manrique, que se queja de que fuera precisamente un ayuntamiento presidido por un socialista quien acordara darle el nombre de Arana para sustituirlo por el del dirigente falangista Roberto Bassas.
El Ayuntamiento lo rechazó
La plataforma sabe que con esta reivindicación la polémica está servida y que puede herir algunas sensibilidades. Por este motivo, Manrique precisa: “Estamos en contra de Arana como persona, no como nacionalista” y añade: “Es una vergüenza que este hombre entendiera que darle una bofetada a una mujer era de lo más normal”.
Para las entidades que apoyan el cambio de nombre, “Arana no se destacó precisamente por su respeto de los derechos humanos”. Manrique explica que el dirigente vasco dejó escritos en los que se jactaba de que los vizcaínos “eran cultos” y que los españoles, en vez de hablar, “rebuznan”.
El Ayuntamiento desestimó la petición hace un año. “No nos dieron ningún argumento. Simplemente la rechazaron”. En diciembre pasado volvieron a la carga y presentaron una nueva reclamación. El consistorio todavía no ha contestado. Sin embargo, no parece que esté por la labor de sustituir el nombre. Fuentes municipales explicaron que en principio no cambian nombres si no es un caso “muy flagrante”.
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