24 març 2006 (2)
En Robert tornava a ser sol·licitat per desenes de medis de comunicació només entre el dimecres 22 i el divendres 24. De fet, la “treva” oferta per ETA havia enxampat en Robert i el president de l’associació catalana reunits amb un alt càrrec de la Comissió Econòmica de la Generalitat el dimecres 22 al migdia i van tenir que suspendre la reunió immediatament.
Per això, com a mostra de les opinions, presentem l’article publicat a “El Periódico” del divendres 24 de març.... un altre cop ens preguntàvem de on punyetes treia el temps en Robert per fer tanta feina en tan poques hores?
¿Será esta vez la definitiva?.
Entre los miles de víctimas del terrorismo residentes en España, existimos un grupo que desde la década de los ochenta llevamos trabajando, desde la absoluta asepsia política y con nuestras diferentes ideologías particulares, por un bien común: lograr la asistencia que como ciudadanos afectados merecemos. Ha sido una trayectoria difícil, llena de intereses políticos y partidistas. Intereses que hemos tenido que sortear con el propósito de mejorar las cuestiones asistenciales, legislativas, jurídicas y psicológicas (entre otras muchas) que nos afectan. Durante años hemos leído, estudiado y repasado diferentes comunicados de la banda asesina ETA y siempre hemos deseado el fin del terrorismo para que nadie, absolutamente nadie, sufriera lo mismo que nosotros. Pero el último comunicado etarra nos produce una doble impresión: por un lado, el intenso deseo de que sea cierto el “alto el fuego permanente”. Por otro, la duda que siempre se cierne sobre esta cuestión: si “el alto el fuego” es permanente... ¿tan difícil era añadir tres palabras más? Si los estrategas etarras hubieran escrito “entrega de armas”, podríamos creer, por primera vez, que ETA ya no tiene más intenciones criminales. Pero así no vale. La coherencia y la experiencia de tantos años de trabajo nos demuestran que a quien no quiere matar, no le hacen falta armas. Además, hay otro detalle añadido a la cuestión, detalle que tanto desde la Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristas como desde la Federación de Asociaciones Autonómicas vamos a defender hasta el final. Es evidente que ETA plantea, en su quimera, la liberación de sus miembros actualmente en prisión. Pero si los ciudadanos tenemos la obligación de acatar y obedecer las leyes, entendemos que nadie, ni siquiera la Administración del Estado, puede arrogarse el derecho a no obedecer sus propias leyes, las que la propia Administración ha aprobado. Bajo esa premisa jurídica, que no política, nos preguntamos: ¿qué hacer? Pues la respuesta es muy sencilla, simplemente cumplir la legislación vigente. Las víctimas hemos tenido que soportar que aquellos terroristas con atentados cometidos entre 1973 y 1995 se acogieran al Código Penal de aquella época y se aprovecharan de las reducciones de condena pertinentes. Lo hemos tenido que soportar. Nadie protestó entonces al respecto: ni tan siquiera aquellos que ahora hablan de "nuestras victimas". Se aceptó y punto. Las víctimas tuvimos que aprender a callar y acatar esa cuestión, pese a que nos resultaba repugnante cruzarnos por la calle con quien nos quiso asesinar. Pero desde 1995 la situación legal sufrió un cambio radical y los condenados a más de treinta años de prisión deben, con el actual Código Penal, cumplir treinta años íntegros. Esas dos premisas son las que en su momento presentamos desde ACVOT y la FAAVT ante el Gobierno español. Solo esperamos que se cumpla la legislación, no marcamos la línea política de ningún gobierno ni nos posicionamos en ninguna ideología concreta. Y deseamos que la Administración no caiga en la tentación, indigna, de aceptar la excarcelación de los terroristas actualmente en prisión porque sus jefes han decidido, de una vez, dejar de reventar la vida a los ciudadanos anónimos de este país. A las víctimas no nos pueden pedir ya mas…. No hemos caído jamás en la venganza, no hemos cometido acto alguno que pudiera parecer violento, no hemos permitido que nuestro razonable dolor nublara la posibilidad de un futuro en paz tanto en Euskadi como en el resto de España…. pero, por favor, que los terroristas no se aprovechen de ello. Como homenaje a nuestro recuerdo, hemos podido apreciar que, al menos, el comunicado de la banda asesina ETA ha servido para que en el Congreso de los Diputados se pudiera observar una escena que hace meses se había perdido: mientras uno hablaba, el otro escuchaba. Nadie leía periódicos económicos ni hacía crucigramas. Al menos, parece que el terrorismo será observado como lo que realmente es: un problema de Estado y no un arma electoral. Ya era hora
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