14 agosto 2014
El Gobierno vasco
elabora un plan de presos propio para otoño
Jonan Fernández pide “no obsesionarse” con el desarme de
ETA y la autocrítica de Sortu.
Según figura en el Plan de Paz y Convivencia de Iñigo Urkullu, Fernández quiere trabajar para facilitar que los reclusos condenados
por terrorismo logren “informes favorables” para ser acercados a Euskadi y Navarra
y recibir beneficios penitenciarios; pero esos informes dependen de las
juntas de tratamiento de las cárceles. Fuentes conocedoras de este ámbito
explican que la intervención que sí estaría en manos del Gobierno vasco sería
la de ayudar a los reclusos cuando abandonan la cárcel –asesoramiento para
lograr una vivienda, ayudas sociales, etcétera–, algo especialmente útil para
los terroristas arrepentidos que se quedan sin el cobijo del entramado
abertzale.
El fundador de Elkarri y ex concejal de HB hizo estos anuncios en
su repaso al recorrido que han tenido las 18 iniciativas del Plan de Paz que el
PNV aprobó en solitario en el mes de noviembre. El balance de este semestre es,
a su juicio, “positivo”, aunque por el camino haya sido destituido el único
miembro de su equipo que aportaba un cierto contrapeso, el abogado procedente
de Gesto por la Paz Txema
Urkijo, y a pesar de que todos los partidos de la oposición, por motivos
diversos, censuran sus políticas.
Fernández quiso ensalzar todos los informes que está encargando
–uno muy prolijo sobre torturas, otro más breve sobre atentados sin esclarecer…–
y dejar de lado los “obstáculos”. Argumentó que “no hay que obsesionarse” con el
desarme de ETA, con el cambio de la política penitenciaria o con la
“autocrítica” que le falta a la antigua Batasuna, porque el “proceso de paz” es
“irreversible” y todo eso “llegará”.
Ese llamamiento a “no obsesionarse” contrasta con las últimas
declaraciones del lehendakari, que el domingo concedió una entrevista a una
agencia para lanzar dos mensajes. Uno, que ETA debe desarmarse ya, sin
estrategias dilatorias, tras la “escenificación poco afortunada” de la banda
terrorista con los verificadores internacionales que él mismo avaló con el
impulso de Jonan Fernández. Y dos, que Mariano Rajoy debería reactivar la vía
Nanclares, basada en el arrepentimiento de los presos, para que éstos se
liberen de sus dos “ataduras”, la de ETA y la de Sortu.
Urkullu ha recibido fuertes críticas de Sortu, que cree que ese
respaldo a la concesión de beneficios para los arrepentidos es un “cheque en
blanco” al presidente para que siga en su “política criminal” contra los
reclusos y sus familias. Ayer el partido abertzale ahondó en ese distanciamiento:
tildó de “falsa y maliciosa” la tesis de Fernández de situar a Rajoy y a Sortu
como “extremos” y cargó contra Urkullu por su “cero beligerancia” contra el
Ejecutivo popular.
El portavoz vasco de UPyD, Gorka Maneiro, lamentó, en cambio, que
el Gobierno vasco esté “más preocupado por los presos que por las víctimas”.
Opinión:
Para empezar, entiendo que todo cuanto se haga legalmente
para que el cese del terrorismo de ETA sea definitivo es provechoso. Pero
siempre que hablan algunos políticos sobre este tema me entra la duda sobre los
verdaderos propósitos que les mueven... será que conozco a algunos que no me
generan confianza alguna.
Y en cuanto a las palabras de Gorka Maneiro, decirle
que me gustaría saber donde estaba cuando un presidente del Gobierno dijo en
1998 que “yo y los españoles sabremos ser generosos con los que abandonen la
violencia”. Quizás Gorka Maneiro era muy jóven. Quizás no estaba ni en política
todavía. Pero no recuerdo que su Presidenta, doña Rosa Díez, dijera nada al
respecto.
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