11 noviembre 2015
“ETA asesinó a mí padre, pero la
justicia nunca debe basarse en la venganza”
Josu Elespe,
hijo del teniente alcalde de Lasarte asesinado por ETA en 2001, Froilán Elespe,
lleva varios años ofreciendo su testimonio y experiencia como víctima del
terrorismo a jóvenes de 16 años para deslegitimar la violencia y superar la
venganza
Josu Elespe
empezó a finales de la legislatura pasada a ofrecer su testimonio en las aulas
vascas como víctima de ETA y aún sigue en la brecha. Reconoce que
"emocionalmente" le pesa cada vez más cuando tiene que enfrentarse a
una de estas aulas repletas de jóvenes de 16 años y rememorar su experiencia,
pero acto seguido enfatiza que la experiencia resulta inmejorable y, sobre
todo, necesaria porque se dirige a una generación que sin este tipo de
testimonios nunca sabría lo que ha pasado en Euskadi con 43 años de terrorismo
a sus espaldas. Elespe, hijo del teniente alcalde socialista de Lasarte
(Gipuzkoa) asesinado por ETA en 2001, Froilán Elespe, asegura que el odio
"nunca" ha movido ni secuestrado su mensaje al dirigirse a los
jóvenes. "En mi, no existe el ánimo de revancha. Lo único que me mueve es
sensibilizar a los jóvenes contra la violencia y la venganza".
Más de 3.000 alumnos vascos de entre 16 y 17 años
han escuchado durante el pasado curso testimonios de víctimas del terrorismo.
Han conocido las experiencias de víctimas de ETA, del GAL, del Batallón Vasco
Español y de abusos policiales.
¿Cómo ha sido la experiencia de
ofrecer tu testimonio en las aulas de los colegios?
La primera sensación que tuve es que esto lo
teníamos que haber hecho antes, cuando ETA estaba en su apogeo. Enseguida vi
que era una buena oportunidad.
¿Qué tipo de preguntas le hacen los
chavales?
De todas las aulas he salido contento, esperanzado y
feliz. Impactado por el respeto y la empatía que muestran por el testimonio.
Muchas preguntas son viscerales, propias de la edad [los testimonio se dirigen
a chavales de entre 14 a
16 años]. Se centran mucho en preguntas personales, sobre la ausencia de odio,
cómo actuaría en caso de encontrarme con el asesino de mi padre.
Una realidad desconocida para esa
generación a la que se dirige.
Se trata de que conozcan lo que ha ocurrido en el
país en el que viven y del que forman parte. No han vivido la realidad de la
violencia. Por eso deben saber lo que ha pasado. Les cuesto mi historia
personal, mi evolución y cómo veo la situación actual. Hago un discurso de
deslegitimación de la violencia, venga de donde venga. Se trata de que sepan lo
que ha pasado para que no tengan la tentación de que matando a un ser humano
van a conseguir algo.
¿Les ayuda a mejorar ética y
moralmente en sus conceptos?
Sin duda. Yo no les hablo de política, voy con un
discurso ético y les viene bien porque les fortalece a la hora de deslegitimar
la violencia. Tienen la madurez suficiente para entender lo que les cuento y
hacerse una composición de lugar de lo ocurrido. Ellos ven en mi testimonio que
la justicia nunca debe basarse en la venganza. Y lo escuchan de boca de una
persona a la que ETA asesinó a su padre. Les explicó que durante los primeros
años tras su asesinato viví con el odio y cómo paulatinamente lo desterré
porque me estaba haciendo daño. Tenía que dejar de odiar para volver a ser
feliz. Lo hice para recuperar la felicidad, pero me di cuenta de que con esa
ausencia de odio podía contribuir a una mejor convivencia. Y no albergo ningún
ánimo de revancha ni de venganza. A los chavales les llama la atención porque
es algo que pueden aplicar en su vida diaria y en los conflictos que puedan
surgir con otros compañeros. Lo importante es que mi testimonio no está
influenciado por el odio.
¿Y entienden el silencio y
aislamiento que sufrieron las víctimas del terrorismo por parte de la sociedad?
En mi caso, la respuesta social fue muy diferente a
las de los años 80 y 90. Nos sentimos completamente respaldados, pero les
explicó que esto no fue así siempre. Les digo que en los años 80 una parte de
la sociedad jaleaba los atentados y otra optaba por mirar para otro lado para
no meterse en líos. La gran mayoría de las víctimas de ETA careció de apoyo, a
los guardias civiles se les enterraba a escondidas….Yo no lo viví, pero les
digo que eso existía y deben saberlo.
¿La reconciliación es imposible en
Euskadi?
Es un término que en Euskadi no es aplicable. Me
suena a bandos enfrentados, pero aquí no ha sido así. Unos han matado y otros
han muerto. Prefiero hablar de convivencia. Creo que resulta más apropiado.
Opinión:
Para empezar, felicitar a mi
amigo Josu por la claridad de sus respuestas y por ser una mas de ese grupo de
víctimas del terrorismo que estamos trabajando para el futuro, con el único
objetivo de conseguir que nadie mas sufra lo que ya hemos sufrido nosotros.
Es realmente alentador ver que se
empieza a contar con el testimonio de víctimas del terrorismo que pensamos por
libre y no nos ceñimos al discurso que algunos supuestos representantes del
colectivo van contando como si fuera un discurso único, monocolor y común.
Me ha gustado mucho el uso de “la
realidad desconocida” en una de las preguntas de Eduardo Azumendi porque me
recuerda a uno de los foros de víctimas que coordiné en febrero de 2004 bajo el
título “Terrorismo y sociedad: las víctimas desconocidas” en la
Sala FIATC de Barcelona. Por lo visto, han
pasado 11 años y todavía hay que explicar muchas realidades desconocidas....
Al contrario que otros y otras
que se inventan heridas y secuelas (las sentencias cantan la verdad), Josu puede
hablar en primera persona del dolor sufrido y del trabajo por un mejor futuro. Desde hace 28 años conozco personalmente decenas de huérfan@s con la dignidad que muestra Josu y hago pública mi admiración por tod@s ell@s.
Josu, gracias y adelante...
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