03 mayo 2018
Cierre en falso
ETA intenta blanquear su historia y
se empeña en no reconocer su sangriento fracaso, mientras es incapaz de
explicar a los suyos por qué desaparece
La carta que ETA remitió el pasado 16 de abril a los
«agentes sociales» que habrían acompañado estos últimos años a la banda
terrorista para llevar a efecto su disolución apunta a que tal decisión atiende
a los requisitos avanzados por el lehendakari Urkullu: unilateral (y, por
tanto, incondicionada), efectiva (en tanto que vinculante para el conjunto de
la trama) y definitiva (sin posible vuelta atrás). Claro que el precio que
trata de cobrarse a cambio es muy alto: el lavado de su infame trayectoria
mediante la implantación de un relato que presentaría su desaparición como la
culminación de una historia de terror a través del cambio estratégico operado
por la izquierda abertzale en su conjunto. Cualquier cosa menos admitir su
sangriento fracaso. Esa retórica de consumo interno no es inocua para la
memoria colectiva porque presenta a ETA como una organización perdurable, que
habría optado por mostrarse magnánima al pasar el relevo de la resolución del
supuesto 'conflicto' en el que ha justificado su voracidad asesina a esos
mismos «agentes» a los que hace dos semanas envió su equívoca carta de
despedida. ETA se empeña en blanquear su historia reescribiendo la historia de
todos. Gestando un argumentario insostenible para explicar incluso a los suyos
por qué desaparece. Evitando reconocer su clamoroso fracaso y que el mito de su
imbatibilidad se vino abajo cuando, junto al creciente rechazo ciudadano, la
acción del Estado de Derecho y la colaboración internacional condujeron a su
declive sin remisión. Eludiendo admitir de manera expresa que su tiempo comenzó
a apagarse cuando las instituciones democráticas y la sociedad a la que
representaban le negaron una mínima legitimidad para negociar en términos
políticos en nombre de un pueblo que, en realidad, trataba de emanciparse del
terrorismo etarra. En su 'carta' a quienes parecen haberle facilitado su final,
ETA reconoce que éste pudo producirse mucho antes. Pero lo hace como una
argucia retórica para transferir a los demás la responsabilidad de que el
terrorismo organizado haya llegado hasta nuestros días. La continuidad de la
trayectoria etarra ha obedecido siempre a un activismo sectario, excluyente
hasta el extremo de eliminar físicamente a los discrepantes y con la
complicidad de quienes a su derredor se encargaban de justificar lo injustificable.
Delatar el Mal
La escenificación programada para hacer de su final una
reivindicación de su pasado está pensada con el ánimo de autoconcederse una
indulgencia infinita a través de la exoneración colectiva sobre los males
causados, que son reconocidos en estas últimas declaraciones de ETA de una
manera que ni alcanza a ser formal. Ayer mismo, familiares de víctimas e
intelectuales se hicieron eco de los deudos de muchas asesinados por la banda
terrorista al recordar que la memoria de 358 de ellas ni siquiera cuenta con un
señalamiento de sus victimarios directos. En su carta, ETA insiste en consagrar
la existencia de un supuesto conflicto no resuelto entre Euskal Herria y España
como su razón de ser hasta el momento. Insiste en subrayar tal conflicto como motivo
de su propio legado. De su pretendida generosidad para devolver a los
ciudadanos vascos un protagonismo que dice haber recibido de ellos. Porque la ETA que desaparece dice
confiar en el compromiso ciudadano para hacer realidad los objetivos que perseguía.
En tanto que se sienta autorizada para describir su final justificando su
andadura, el País Vasco estará sujeto a una conllevanza exigua, presa de un
pasado tan ensombrecido que nunca dejará que entre la luz necesaria para que
delate el Mal.
Opinión:
Desde mucho tiempo atrás estoy opinando que todo el movimiento en el
que se dice que la banda terrorista ETA está marcando la historia o que la
banda terrorista ETA está marcando el relato, es un movimiento innecesario. Y
creo que lo es porque cualquier mente normal entenderá cual es la REALIDAD DEL TERRORISMO de ETA
y cual es el VERDADERO RELATO.
Entiendo que si hay alguien que a estas alturas todavía sigue
considerando a la banda terrorista ETA como algo normal, aventurero, aceptable
o cualquier otro adjetivo que sea susceptible de excusar o entender a los
terroristas, no merece que se pierda un segundo más de tiempo porque por mucho
esfuerzo que se ponga en intentar que cambie de opinión, su neurona no lo
entenderá.
Por eso digo constantemente que quien explique la HISTORIA REAL de la banda
terrorista ETA tiene que ser alguien que explique su propio relato de un modo
que sea absolutamente creíble y totalmente documentado.
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