Opiniones sobre el trabajo realizado en el tema socio-asistencial, jurídico y psicológico de las víctimas del terrorismo. El tema político lo dejo para los políticos.... y alguna que otra víctima. Ante las numerosas consultas recibidas a traves de redes sociales y para facilitar las mismas, pueden contactar en el e-mail eltrasteroazul@gmail.com
domingo, 11 de octubre de 2020
09 octubre 2020 (3) elconfidencial.com (opinión)
09 octubre 2020
Se buscan terroristas: las víctimas ponen precio a la cabeza de seis etarras
La asociación Dignidad y Justicia abre una cuenta corriente para que los ciudadanos ingresen los fondos que conformarán la recompensa para quien ofrezca pistas que lleven a su detención
La asociación de víctimas del terrorismo especializada en la lucha judicial contra ETA Dignidad y Justicia ha puesto en marcha una iniciativa inédita hasta el momento. Su presidente, Daniel Portero, y su vicepresidente, Víctor Valentín, han decidido montar una campaña de busca y captura de terroristas como las que organizaban los 'sheriffs' del lejano oeste americano. Con recompensa, carteles de 'se busca' y todos los ingredientes de aquellos western clásicos, pero en pleno siglo XXI. La asociación, en concreto, ha puesto precio a la 'cabeza' de seis históricos miembros de la banda terrorista que se encuentran fugados desde hace años.
Se trata de José Ignacio de Juana Chaos, David Urdin Pérez, Arnatz Arambarri Echániz, Eneko Aguirresarobe Olagoy, José Luis Eziolaza Galán y Oier Eguidazu Bernas. El primero fue detenido en 1987 y condenado a 3.000 años de prisión por su vinculación con 25 asesinatos. Después de que el Ministerio del Interior le aplicara la legislación penitenciaria, solo cumplió 18 años. Salió de la cárcel en 2008, aunque luego la Audiencia Nacional activó una nueva causa contra él y lo puso en busca y captura, situación en la que se encuentra hasta hoy. En 2015, fue localizado por el diario El Mundo en Venezuela, aunque ahora podría estar en otro sitio.
Urdin Pérez ha sido uno de los últimos jefes de los pocos miembros de la banda que han quedado activos en los últimos años en la clandestinidad en Francia. Se le atribuyen delitos de kale borroka y de apología del terrorismo en un momento en que la organización no podía más que huir. Arambarri Echániz y Aguirresarobe Olagoy están fugados desde 2010. Ese año, la Ertzaintza desarticuló el comando del que presumiblemente formaba parte el primero, quien planeaba atentar contra instalaciones aeroportuarias, y se enfrentó a los grupos Y a los que estaba vinculado el segundo.
Eziolaza Galán, alias Dienteputo, es uno de los históricos de la banda. Perteneció al comando Gohierri Kosta, al que los servicios de información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil le atribuyen 22 asesinatos. Huyó de España y rehizo su vida en Latinoamérica, probablemente cerca de la localidad donde residió De Juana Chaos. Eguidazu Bernas, por último, estuvo vinculado a los comandos Vizcaya y Andalucía. Está en busca y captura desde 2002 por pertenencia a banda armada.
Los representantes de Dignidad y Justicia han comenzado con esta lista de media docena de etarras, pero no descartan ampliar la relación a otros terroristas. De hecho, los abogados de la asociación están estudiando la situación procesal de cada uno de los miembros de la organización armada que se encuentran en paradero desconocido con el fin de resolver si pueden ser incluidos en esta nómina de buscados. Dignidad y Justicia calcula que hay 379 asesinatos de ETA sin autor conocido y considera que no es de recibo que la democracia haga todo lo posible por dar paz a esas familias que siguen sin saber quién mató a su hijo, a su padre o a su hermano. Entienden que el testimonio de estos etarras fugados podría ayudar a resolver todos estos procedimientos cerrados en falso y a reabrir las correspondientes causas judiciales.
La asociación ha abierto una cuenta corriente con el fin de que los ciudadanos que quieran puedan donar la cantidad que consideren oportuno. Lo que este depósito vaya acumulando irá a parar directamente a la recompensa que entregarán a cualquier persona que aporte una pista que posteriormente lleve a la detención de alguno de los seis etarras. La suma, en concreto, se dividirá entre seis con el fin de que cada uno de los casos tenga una cifra asignada. En el caso de que lo recaudado no llegue a 6.000 euros, los promotores de la iniciativa se comprometen a abonar de su propio bolsillo lo que falte para que quienes aporten un indicio que finalmente acabe en el arresto del terrorista puedan embolsarse al menos mil euros por su contribución.
En el caso de que la cifra recaudada supere esta cantidad mínima, no habrá límite por arriba. La cuenta seguirá abierta, se comprometen Portero y Valentín, hasta que los etarras sean detenidos, con lo que podría ir engrosándose el depósito durante meses hasta que alguien ofrezca una pista fiable. La información será canalizada a través de la página web de la asociación, aunque ésta última en ningún momento podrá acceder a esos datos nuevos, que revisten un claro carácter policial. No en vano, según han confirmado a El Confidencial fuentes vinculadas a la iniciativa, los formularios que las personas anónimas rellenen con datos relativos al paradero de los terroristas serán redirigidas a los servicios de información tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional, que han aceptado formar parte de este proyecto.
Opinión:
Valorar el proyecto de la asociación Dignidad y Justicia no me va a servir de nada positivo. Prefiero no hablar sobre esa cuestión.
Pero sí considero necesario desmarcarme del titular “Se buscan terroristas: las víctimas ponen precio a la cabeza de seis etarras” porque, evidentemente y aunque a algunos les cueste creerlo, hay víctimas que no ponemos el precio a la cabeza de nadie. No son “las” víctimas, sino algunas… quizás las que estén en la asociación que se menciona en la noticia. Pero no “las”.
No estaría de más que cuando se publicar titulares tendentes a la generalización de un colectivo como si fuera una entidad con una única opinión, se revisaran los datos sobre la representatividad de cada sigla.
Según los datos que me llegaron en 2018, la asociación Dignidad y Justicia tenía 23 miembros.
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