viernes, 7 de octubre de 2011

07 enero 1991 La Razón (revista AVT)


07 gener 1991

L’antiga AVT editava aleshores una revista anomenada “La Razón” (res a veure amb el diari del mateix nom, que va ser fundat anys després). A les pàgines de la revista en Robert Manrique feia el primer dels seus nombrosos articles en premsa escrita, tot just creada la delegació a Catalunya. Deia el següent en el número 5 corresponent al primer trimestre de 1991.

En aquest article en Robert apareix per contestar a l’advocat de Herri Batasuna Iñaki Esnaola, que era present en el restaurant “Basque”, on va ser assassinat el dirigent de HB Josu Muguruza. Per ser el primer, el títol ja prometia moltes coses i comença donant canya a tort i a dret:

 

Estupor y vergüenza

        
Causa estupor y a la vez vergüenza leer las declaraciones de Iñaki Esnaola, abogado de ETA y dirigente de Herri Batasuna. Estupor por la hipocresía con la que explica que “ahora veo de manera diferente cuando matan a un ciudadano, policía o guardia civil. Entiendo mejor el sufrimiento de los que le rodean”. ¿Cómo es posible que ese individuo abogado defensor de terroristas y pseudo-político de HB comprenda el sufrimiento de seres humanos que pierden a personas queridas en criminales atentados? Según él, las secuelas del atentado que sufrió el 20 de noviembre de 1989 le han marcado “en el aspecto de comprender a las (sus) víctimas”. Nosotros le preguntamos ¿qué secuelas? Que sepamos, él continúa vivo de lo cual nos alegramos, dado que estamos en contra de toda violencia. Sin embargo, más de 800 personas han muerto por el terrorismo en España. Iñaki, ¿se ha preguntado Usted cómo han quedado las familias de todas estas víctimas, sus amigos y allegados? Nadie los ha declarado hijos predilectos de la villa ¿verdad? Que sepamos, de su boca aún no ha salido la siguiente frase: “¡ETA deja de matar!”. Hasta que no oigamos esa petición, nadie con sentido común dará crédito a su palabrería banal.

Dice que siente un “desasosiego especial” cuando viaja a Madrid. Pero acaso sabe Usted el desasosiego (indignación, rabia...) que experimenta cualquier ciudadano “normal” al pasar frente a una comisaría de Policía, un cuartel de la Guardia Civil, por la Avenida Meridiana o por el campo de fútbol del Sabadell? ¿Se lo ha preguntado, Iñaki? ¿Lo ha comentado con sus amigos etarras? Déjese de soliloquios gratuitos y afronte la cuestión de frente. Sea valiente y aconseje públicamente a los abertzales que dejen de sembrar el terror en la población. Recuerde: obras son amores.

Hablando también de vergüenza. Siento “vergüenza” de pertenecer a un colectivo de personas que han sufrido el terrorismo directamente. Sí, vergüenza por la dejadez, la desidia, la incomprensión y el desamparo al que estamos sometidos por los que, en teoría, deberian velar por nuestra seguridad y tranquilidad. Vergüenza al ver que unas pocas palabras, la mayoría insinceras, del señor Esnaola, tienen un amplio eco en los medios de comunicación. En cambio, pocos medios se preocupan de informar acerca de la puesta en marcha de único grupo que, en la medida de lo posible, vela por los intereses de los afectados en actos terroristas. Nadie se ha parado a pensar que hay cerca de cuatro mil afectados en España, de ellos cuatrocientos en Cataluña. Todos ellos abandonados a su suerte sin leyes, normativas y/o ayudas de ningún tipo, excepto algunas que están ya totalmente obsoletas. Poca ciudadanía se ha dado cuenta de que, por desgracia, cualquiera  puede ser víctima de atentados terroristas. ¿Quién se preocupa después de estas víctimas? Nadie, y menos las altas esferas.

En fin, Señor Esnaola, existen una secuelas reales, de carne y hueso, no de cara a la galería o para limpiar conciencias sucias. Son secuelas y muertes que, con atentados continuos, no pueden olvidarse, por mucha retórica filosófica que pretenda utilizar.

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