Novament la revista “Pronto” va tenir el detall de cobrir la informació relacionada amb la festa infantil. I la companya Montserrat Jolis ho va fer de una manera extraordinàriament correcte.
Aunque la tragedia nunca se olvida, la vida sigue... hay que hacer de tripas corazón para que los más pequeños no pierdan la sonrisa. Y, como no, hay que denunciar un año más que el Estado español no está siendo justo con los afectados.
Payados, juguetes y, para finalizar, una buena hamburguesa y patatas bañadas en ketchup. Así transcurrió “la fiesta de los niños” que todos los años organiza la delegación en Barcelona de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y que, en anteriores ediciones, contó con la colaboración del futbolista Hristo Stoichkov, del tenista Sergi Bruguera, o de los humoristas Barragán o Marianico el Corto. Este año fue el ventrílocuo Selvyn quien, ayudándose por un dibujo que hicieron los propios chavales, procedió al reparto de juguetes para los niños inscritos en la Asociación.
Víctimas de ETA, del Grapo o de Terra Lliure, muchos niños han perdido a familiares, o se ven afectados física y psiquicamente por un atentado. Por otra parte, a la tragedia de haber vivido un acto terrorista, hay que sumar la poca protección que el Estado brinda a los afectados. Roberto Manrique, delegado en Barcelona de la Asociación , trabajaba en la carnicería de Hipercor cuando, en junio de 1987, se produjo el atentado que segó la vida, entre otros, de siete niños.
“Han pasado casi nueve años y el tema no está resuelto. No ha cambiado nada. Bueno, lo que sí ha cambiado es que yo antes creía en la Justicia y en el Gobierno y, después de tanto tiempo, me he convencido de que no funciona”, explica Manrique.
Jessica, 8 años, sordomuda a causa del atentado de Hipercor
Es dramático el caso de la pequeña Jessica, de 8 años: “Su madre, Milagros, estaba embarazada de la niña cuando se produjo la explosión –relata Manrique-. Ella no resultó afectada, pero diez días después tuvo que ingresar en el hospital y, meses más tarde, nació la niña, sordomuda. Los médicos han certificado que su lesión fue producida por una fuerte explosión, pero el Estado no reconoce a Milagros ni a su hija como víctimas del terrorismo y, por tanto, no tienen derecho a indemnización”.
Oscar, que lleva un vendaje especial en la cabeza a causa de unas quemaduras que, accidentalmente, se produjo el año pasado, perdió a su hermana Vanessa en el atentado al cuartel de la guardia civl en Vic (Barcelona). Vanessa, que entonces tenía 11 años, jugaba con otras niñas cuando ETA envió el mortífero coche-bomba. Oscar, como los otros 60 niños de la Asociación , intenta olvidar la tragedia ayudado de su familia y de sus amigos. Y aunque la fiesta era para los niños, allí también estuvieron muchos adultos haciendo piña con otros afectados. Alvaro perdió a su mujer y a sus hijas en Hipercor, Nuri quedó viuda en el atentado a un furgón olicial en Sabadell y Mari Carmen quedó inválida de un brazo a causa de un atentado del grupo independentista Terra Lliure.
Roberto Manrique, en nombre de toda la Asociación , se lamenta del tema de las indemnizaciones: “Desgraciadamente, y aunque suene duro decirlo, un muerto por accidente de tráfico ‘vale’ más que un muerto por atentado terrorista. Por accidente, la indemnización que corresponde por muerte es de unos 20 millones, mientras que por un atentado, sólo es de 7” .
Por unas horas, todos se lo pasaron en grande. Las cuentas que la Justicia tiene pendientes con ellos quedaron aparcadas mientras los más pequeños reían a mandíbula batiente con las ocurrencias del grupo Payasos Pipo’s, o las bromas que gastaba Selvyn a la diminuta concurrencia. El reparto de juguetes y, luego, la invitación de McDonald’s, puso fin a una jornada de fiesta que fue todo un éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario