viernes, 17 de mayo de 2024

17 mayo 2024 El Periódico de Catalunya (opinión)

 

 

17 mayo 2024 



El estado de negación del PP

El Partido Popular ha resucitado a la banda ETA rechazando la estrategia por la que José Luis Rodríguez Zapatero puso fin al terrorismo de forma definitiva. 

¿Tiene ahora el líder popular algún asidero para negar la victoria de Pedro Sánchez sobre la mayoría independentista?

Alberto Núñez Feijóo ha aportado su propio grano de negación a la política del PP: es inexacto que Pedro Sánchez haya acabado, por así decir, con el procés o, mejor dicho, con la mayoría independentista, tal como se ha podido ver en las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Aunque Feijóo también ha asumido que el PSOE es débil ante la banda terrorista ETA, ese estado de negación no ha sido de su propia cosecha; ya estaba consagrado cuando llegó a la presidencia del PP al quedar fulminado Pablo Casado por Isabel Díaz Ayuso.

Feijóo ha continuado con ese discurso y enfatizado más, si cabe, pero ahora añade que el final de la mayoría independentista que difunden el PSOE y el PSC, es fake, que, en realidad, el presidente del Gobierno ha resucitado a Carles Puigdemont y a Junts e, incluso, que le iba (o le va, quién sabe) a hacer presidente de la Generalitat.

Aznar negoció con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional, como le llamó leyendo un papelito, ante las cámaras de televisión cuando anunció en 1998 que mantenía conversaciones con la banda terrorista ETA. Los terroristas querían que les llamase Movimiento Nacional de Liberación Vasco, y Aznar cumplió aunque con un baile de palabras. Prometió que iba a ser «generoso », pero no lo consiguió. Arriola, su íntimo asesor, y otros no lo consiguieron. A partir de la frustración de traer la paz, nadie más podría en adelante ni intentarlo ni conseguirlo. Y sí así se intentaba iba a vérselas con la tenaz oposición del PP de Aznar y con el de sus sucesores. Rajoy acusó en el Congreso a Zapatero de traicionar a los muertos, pese a que el líder socialista le informó en privado que abriría una línea de negociación para que los terroristas dejaran de matar y le rindió, hasta donde podía, cuentas sobre esos contactos.

Pero el PP mantuvo su denuncia y acusó a Zapatero de «vender Navarra» en esas negociaciones. ETA dejó primero de matar y se disolvió más tarde. Pero el PP siguió con la presencia de ETA en la vida política española, sirviéndose de las víctimas de la violencia etarra y de sus asociaciones, a las que ya había movilizado contra la presunta traición de Zapatero. Y con la entrada en escena de EH Bildu, como producto del abandono de la violencia terrorista, se agarró como un clavo ardiendo a ello para seguir colocando a ETA en el centro de la escena política. Le era rentable en el resto de España, a excepción de Euskadi. Según decíamos, Núñez Feijóo ha aportado ahora al estado de negación respecto de ETA el estado de negación respecto al independentismo.

Antes del 12M, Sánchez iba a hacer presidente a Puigdemont, quien le había dado los siete votos a cambio de una ley de amnistía. Una ley, todo hay que decirlo, que había impulsado ERC, después de haber exigido con éxito los indultos. ¿Hay alguna posibilidad de que Núñez Feijóo pueda ver su profecía autocumplida con los partidos soberanistas en Cataluña? ¿Tendrá algo que ver que España ha obtenido en el informe PISA 2022 su peor resultado histórico en matemáticas con la facilidad con la que está entrando en los caladeros de votos independentistas, incluyendo a la base de ERC, el mensaje de Puigdemont? ¿O es simplemente la inteligencia emocional del presidente la que consigue ganar adeptos a estas horas para que le permitan ser el presidente de la Generalitat?

Puigdemont dice: yo sumo más con ERC y la CUP que el PSC con los Comuns. Por tanto, puedo gobernar. Y de forma más coherente (soberanismo). La mayoría del Parlament de 135 diputados son 68. El PSC, Comuns y ERC tienen 68. Mayoría absoluta. Puigdemont ha sacado 35, a los que si se suman los 20 de ERC y los 4 de CUP llegan a 59. Descartemos, pues la mayoría absoluta. En mayoría simple, afirma Puigdemont, tendría más síes que noes. ¿Por qué descalificáis de entrada mi propuesta de ser president? Porque Puigdemont no es una alternativa, sino el castillo en el aire, Junqueras dixit.

¿Pero, hombre, acaso Feijóo no ganó como Salvador Illa las elecciones del 23 de julio y Sánchez terminó en la Moncloa?, afirma el president. O no pasó lo mismo con Trias, que venció y Collboni se alzó con del Ayuntamiento de Barcelona? Problema: no es suficiente que ERC le dé los votos. La gran baza no es esa: la gran baza es que el PSC se abstenga. Porque para conseguir más síes que noes, Puigdemont necesita esa abstención. Él enfatiza el cálculo matemático de los síes y los noes y la gente dice: Oye, es cierto esto de Feijóo y de Collboni.

Por qué no darle los votos en lugar de hacer presidente a Illa. Porque ERC tiene que votar sí a Illa para sumar 68, no le basta con abstenerse. Puigdemont tiene la habilidad de aparecer como el conseguidor de cosas que parecen imposibles. 

El Partido Popular ha resucitado a la banda ETA rechazando la estrategia por la que José Luis Rodríguez Zapatero puso fin al terrorismo de forma denifitiva. ¿Tiene ahora el líder popular algún asidero para negar la victoria de Pedro Sánchez sobre la mayoría independentista?

Opinión:

No entraré a opinar sobre la valoración que el señor Ekaizer presenta en cuanto a la actitud de los partidos en relación a las últimas elecciones en Catalunya. Cada uno es libre de opinar lo que crea conveniente.

Pero sí debo recordar un tema que se inicia en 1998, precisamente cuando el señor Aznar hizo les declaraciones que el señor Ekaizer menciona.

El señor Ekaizer escribe que [pasado el tiempo] “el PP siguió con la presencia de ETA en la vida política española, sirviéndose de las víctimas de la violencia etarra y de sus asociaciones”. Eso no es del todo correcto.

Quien sigue este humilde blog ya sabe que, constantemente, aporto información documental que demuestra que muchas víctimas, algunas ya desde aquel 1998, mostramos nuestra protesta ante lo que intuíamos como uso “político de LAS víctimas”, precisamente porque nos negamos desde el minuto 1 a ese uso político.

En cuanto a “LAS” asociaciones, es triste reconocerlo pero sí es cierto que las conocidas como “mayoritarias” entraron en el juego (especialmente a partir de 2002) y se permitieron el lujo de hablar “en nombre de LAS víctimas” sin siquiera preguntar a sus propios miembros la opinión previamente. Tampoco se ha explicado que hay muchas víctimas que no pertenecemos a esas asociaciones concretas (o a ninguna) o que, pese a figurar en sus listados, hemos perdido el contacto desde hace muchos años. Esa ha sido una rémora que muchas víctimas hemos tenido que sobrellevar y explicar allí donde hemos podido o nos han dejado.

Como estoy haciendo ahora.

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