martes, 22 de abril de 2025

19 abril 2025 La Gaceta (opinión)

 

19 abril 2025 



Aznar, 30 años después del atentado de ETA: "No me dio tiempo a temer por mi vida"

"Lo primero en lo que pensé fue en Gregorio Ordóñez"

"Salvar la vida la compromete, tiene sentido dedicarla a un propósito más grande que uno mismo"

José María Aznar López (Madrid, 25 de febrero de 1953) sopla las velas este sábado 19 de abril. Le caen encima treinta tacos. Misma edad del servidor que escribe. Y no, no estamos hablando de otro José María Aznar. Estamos hablando del mismo del que usted se piensa que estamos hablando.

De aquel que, en 1990, después del "ni tutelas ni tutías" de Manuel Fraga, lideró el centro-derecha español tras presidir Castilla y León, de aquel que derrotó al invencible Felipe González en unas elecciones en 1996, de aquel que gobernó España durante ocho años. Sí, sí. De ese que, antaño, llevó un bigote marca de la casa. Iconografía noventera y de los felices 2.000 en España.

¿Y cómo es posible? ¿No estamos hablando de una persona que, a día de hoy, tiene 72 años? Claro. Exactamente de esa misma persona. Lo que ocurre es que en la vida de José María Aznar confluyen dos edades... la primera, desde que abandonó el vientre de su madre, la que figura en el Documento Nacional de Identidad. La oficial.

La segunda, oficiosa, transcurre desde que un error de cálculo de un grupo de asesinos y un blindaje integral del vehículo en el que viajaba -tal día como hoy hace treinta años- le permitieron sortear a La Parca. Luego, que se sepa, ETA intentó arrebatarle la vida tres veces más. Nunca lo consiguió. "Lo cierto es que ETA intentó acabar con Aznar y fue Aznar el que acabó con ETA", afirma José María Michavila a modo de síntesis.

Desde que un coche bomba explosionó en la calle José Silva del barrio de Arturo Soria de la capital, en una mañana como la de hoy hace treinta años, José María Aznar ha eludido hablar en profundidad del atentado del que fue víctima.

Aunque parezca mentira en estos tiempos líquidos, hace tan solo tres décadas había en nuestro país un candidato a la presidencia del Gobierno que decidía no hacer del intento de asesinato un drama patrio con el que sacar rédito electoral. Ahora, con Vozpópuli, Aznar echa la vista atrás y accede a recordar lo que sucedió en aquella jornada.

¿Temió por su vida en algún momento?

No me dio tiempo. Ser consciente de haber sufrido un atentado y darme cuenta de haber sobrevivido fueron uno y el mismo momento.

¿Qué fue lo primero que pensó cuando supo lo que había pasado?

Lo he dicho en alguna ocasión: pensé en Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA apenas dos meses antes. Eso fue lo primero que pensé. Lo segundo, que había tenido más suerte. Y lo tercero, que salvar la vida la compromete: se descubre que tiene sentido dedicarla a un propósito más grande que uno mismo.

¿Se planteó dejar la política?

Todo lo contrario. Por lo que acabo de decir. La política, la buena política, era lo que podía acabar con el terrorismo: primero con sus crímenes, derrotando su operativa; pero también con su estrategia: derrotando sus coartadas políticas.

¿Le cambió en algo el atentado?

No soy partidario de la deserción, tampoco cuando adopta el disfraz buenista del apaciguamiento. Un minuto después del atentado, mis convicciones sobre política antiterrorista eran las mismas que un minuto antes; y mi decisión de llevarlas a efecto, mucho mayor.

¿Sigue sin saber quiénes fueron los autores materiales?

Es algo que no me interesa personalmente.

¿Cómo?

La atribución de autorías solo me importa vinculada al cumplimiento de la ley y a la exclusión de cualquier tipo de impunidad: empezando por la penal y acabando por la política. Lo que importa aquí es, primero, que quien la haga la pague, de acuerdo con una ley que se llama Código Penal.

Y, después, que quien apoyaba a los que “la hacían” no cobren réditos políticos y paguen por su complicidad. En la España de hoy esto puede parecer algo áspero. Mal síntoma, porque solo estoy refiriéndome a exigencias elementales de decencia y justicia muy relacionadas con algo que se llama civilización.

Opinión:

En esta ocasión aporto la opinión de otra víctima de la banda terrorista ETA. Opinión que comparto plenamente.

“En relación con la entrevista publicada en Vozpopuli por el 30 aniversario del atentado de ETA contra Aznar

Como víctima de terrorismo de ETA no entiendo al expresidente que cambia de opinión según le conviene ya que cuando gobernaba también negoció con ETA y decía que era mejor que ocuparan un escaño a estar matando así que si esas negociaciones hubieran acabado bien seguramente ya viéramos entrar a BILDU  en la Moncloa (a mí personalmente verlo me da igual) entiendo que a otras víctimas no.

Soy totalmente apolítica en este tema, pero este señor que era presidente de gobierno aparte de víctima de la banda terrorista ETA y sabe lo que es pasar un atentado la mañana y días posteriores del 11M mintió diciendo que era obra de ETA cuando sabía que eran los Yihadistas cuando todas las víctimas de ese atentado tenían que saber la verdad”.

Pues eso.

Y añado que eso de que el “Gobierno que decidía no hacer del intento de asesinato un drama patrio con el que sacar rédito electoral” no fue precisamente lo que el mismo señor Aznar me dijo en una cena en Barcelona. No haré “spoiler” pero en el libro que me han encargado lo explicaré con toda claridad.

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