26
septiembre 2025
Barcelona
rechaza que la calle Sabino Arana cambie su nombre por el de Miguel Ángel
Blanco
PP
y Vox defienden que el fundador del PNV era un personaje “racista y xenófobo”,
mientras que la mayoría del pleno municipal rechaza la politización de las
víctimas del terrorismo
El
pleno municipal de Barcelona ha rechazado una propuesta ciudadana que defiende
que la calle de Sabino Arana pase a llamarse Miguel Ángel Blanco, en memoria
del concejal del PP asesinado por ETA en julio de 1997. Haciendo uso del
reglamento de participación ciudadana aprobado durante el primer mandato de Ada
Colau, que habilita a cualquier iniciativa que surja de los vecinos a incluir y
defender una proposición en el consejo municipal, el presidente de la
asociación Convivencia Cívica Catalana, Ángel Escolano Rubio, ha tomado la
palabra para criticar con dureza al fundador del PNV (que tiene una calle en
Les Corts desde 1979) y reclamar un homenaje al joven edil de Ermua.
“Esta
no es una proposición que vaya contra el País Vasco, sino contra una persona
racista y xenófoba que generó división y fanatismo”, ha expuesto el postulante,
con un hablar muy precipitado que dificultaba la comprensión. La mayoría de los
grupos (PSC, Junts, ERC y BComú) se han posicionado radicalmente en contra,
mientras que PP y Vox han votado a favor, es decir, apoyo de seis de un total
de 41 concejales, un resultado sin duda esperado por el propio Escolano, que ha
aprovechado el momento de réplica para atacar con dureza a las bancadas
opositoras, hasta que Collboni le ha conminado a medir sus palabras.
Jordi
Martí (Junts) ha recordado que Sabino Arana es el fundador de un partido
“netamente democrático” que además “siempre ha sido amigo de Catalunya y de
Barcelona”. Ha recordado que el compromiso de su formación con las víctimas del
terrorismo es “granítico” y ha reclamado al ponente que deje a un lado “la
demagogia”. Sobre Miguel Ángel Blanco, ha instado al gobierno a “buscar un
espacio en la ciudad” para poder rendirle homenaje, pero sin que se convierta
“en una guerra política”. Jordi Rabassa (BComú) ha aseverado que la memoria del
concejal de Ermua ya se recuerda en los monumentos de la ciudad en homenaje a
las víctimas del terrorismo y ha instado a Escolano a “no usar esta propuesta
como un elemento de confrontación con el nacionalismo vasco”.
Por
parte de Esquerra, Jordi Castellana, ha seguido el mismo hilo argumental al
reclamar que no se genere “un conflicto entre vascos buenos y vascos malos”.
Muy diferente lo ha visto Daniel Sirera (PP), que ha recordado que la muerte de
su compañero de filas “simbolizó el principio del fin de ETA”. “Incluir su
nombre en el callejero supone recordar la fuerza de la sociedad unida contra el
odio”, ha defendido, justo antes de insistir en que Arana era un personaje
“racista, xenófobo e intolerante”. Gonzalo de Oro-Pulido (Vox) ha ido un poco
más allá al señalar que el fundador del PNV “dio cobertura moral a lo que años
después apretaban el gatillo en nombre de no sé sabe qué”.
Opinión:
Como ya respondí en la red “X” al señor Escolano, hay muchas
víctimas de la banda terrorista ETA asesinadas en la ciudad de Barcelona.
Podría observar el mapa en que aparecen todas y cada una de ellas en el
despacho de la “técnicamente” cerrada UAVAT pero, por razones que desconozco,
desde febrero de 2018 en que fue creada nadie de esa entidad que preside, ni de
Vox ni del PP (que aparecen también en la noticia de La Vanguardia) se han
dignado ya no solo venir y hacer una visita sino a hacer una simple llamada
telefónica.
Es más, si vinieran podrían consultar personalmente el
estudio que presenté en diciembre de 2010 (en este blog ya se hizo mención de
ello) en el que aparecen las víctimas asesinadas en Barcelona y en Catalunya
por las numerosas bandas terroristas que han actuado.
Pro con ánimo constructivo, le propongo al señor Escolano un
nombre: Ovidio Diaz López, primera víctima mortal de la banda terrorista ETA en
Barcelona, en junio de 1975. Y no tiene que preocuparse de localizar a la
familia porque ya hablo con ellos a menudo.
Obviamente, la puerta sigue abierta para esas visitas…
puerta que han cruzado unas 400 personas (sin contar las más de 300 víctimas) en
estos años que sí han tenido la empatía y la deferencia de venir para mantener
largas y amenas conversaciones.
No todo es venir una vez al año al homenaje en La Rambla.

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