31
agosto 2025
El
terrorismo yihadista en Europa sigue vivo con España a la cabeza en número de
detenciones
Nuestro
país sigue siendo clave en la lucha contra redes yihadistas (por su posición
geográfica y sus conexiones con el Magreb) además de mantener todavía un peso
judicial importante en causas relacionadas con el terrorismo
Europol
publicó este mes de agosto el Informe EU TE-SAT 2025 que resume los
acontecimientos relacionados con el terrorismo en Europa, recogiendo atentados,
detenciones, juicios y condenas, así como el uso de tecnologías, propaganda,
financiación y redes transnacionales. El informe ya incorpora los efectos del
conflicto en la franja de Gaza y sus ecos en Europa en 2024.
En
2024 se registraron 58 atentados en la Unión Europea, de los cuales 34 fueron
completados y 19 frustrados, con un saldo de cinco víctimas mortales. El
yihadismo sigue siendo la forma más letal, con 24 atentados atribuidos (seis
consumados y 18 evitados) así como autor reconocido de la mayoría de las
muertes y heridos. También destaca la actividad anarquista/izquierdista (21
atentados, sobre todo en Italia), un repunte de detenciones de extrema derecha
(47) y la continuidad de casos separatistas (principalmente en Córcega y
relacionados con el partido socialista separatista kurdo ya disuelto, el PKK).
En
cuanto a detenciones, se produjeron 449 en la UE, siendo España el país con
mayor número (90), seguido de Francia (69), Italia (62) y Alemania (55). El
grueso de arrestos en España correspondió al yihadismo (78 detenciones,
empatando con Francia en cabeza de la UE), además de tres vinculadas al
separatismo. Los números confirman que España sigue siendo un país clave en la
lucha contra redes yihadistas (por su posición geográfica y sus conexiones con
el Magreb) además de mantener todavía un peso judicial importante en causas
relacionadas con el terrorismo: en 2024 notificó 54 resoluciones judiciales, de
las cuales 30 correspondieron a yihadismo y 23 a separatismo, con una tasa de
condena superior al 90 %.
Más
allá de las cifras, el TE-SAT insiste en tres tendencias transversales:
La
instrumentalización de Gaza: la guerra en la Franja fue uno de los principales
motores de radicalización en Europa en 2024. El informe detalla cómo tanto
Al-Qaeda como el Estado Islámico (ISIS) usaron imágenes de víctimas palestinas
para incitar ataques, especialmente contra objetivos judíos o israelíes en
territorio europeo, y cómo esas narrativas se hibridan con discursos de extrema
derecha e izquierda.
La
vulnerabilidad de los jóvenes: aumentó notablemente la implicación de menores y
jóvenes en casos de terrorismo (29 % de todos los arrestados tenían entre 12 y
20 años). Los factores clave son la salud mental, el aislamiento social y la
dependencia digital.
La
explotación tecnológica: desde la propaganda con IA generativa, pasando por la
financiación mediante criptomonedas y aplicaciones para el digital hawala,
hasta el uso de plataformas de gaming y metaverso para radicalización y
adiestramiento.
En
este marco, resulta especialmente significativo relacionar el informe de
Europol con la situación en Bélgica, donde vienen celebrándose importantes
movilizaciones sociales propalestinas, con 75.000–110.000 personas en las
calles en junio y nuevas previstas en septiembre, así como controversias en
instituciones académicas (por ejemplo, con el polémico nombramiento de la
promoción de Derecho de la ULB con el nombre de Rima Hassan, eurodiputada
comprometida con la causa palestina). Estos fenómenos son expresiones legítimas
de la sociedad civil, pero, a la luz del TE-SAT, muestran cómo el conflicto
palestino-israelí se ha convertido en un eje de movilización social masiva en
Bélgica, y de igual forma puede suceder en otros países con otros motivos.
El
informe advierte que precisamente estas narrativas, ampliamente compartidas en
la opinión pública, son también aprovechadas por organizaciones terroristas
para penetrar el espacio digital y reclutar adeptos, especialmente entre los
más jóvenes. En el caso belga, la existencia de una mayoría social
pro-palestina no implica en sí una amenaza terrorista, pero sí constituye un
campo fértil de polarización que actores extremistas pueden explotar para
legitimar sus discursos y buscar apoyo. La instrumentalización del conflicto en
Gaza en el caso belga, de momento, ha sido exitoso, y continúa abonando la
causa para incitar ataques contra objetivos judíos e israelíes en esa región y
en Europa.
En
concreto, el Informe de Europol señala cómo el ISIS tacha a Hamás de
«apóstata», pero explota Gaza en campañas de violencia generalizada contra los
«infieles» (ej. campaña «Kill Them Wherever You Find Them»); cómo Al-Qaeda
buscando posicionarse como defensor global de los musulmanes presenta la
liberación de Palestina como parte de su proyecto estratégico de expulsar a
Occidente del mundo islámico, y cómo también Hamás, Hezbolá y Ansar Allah (los
hutíes de Yemen) difunden propaganda en torno a la «Operación Inundación de
Al-Aqsa», que aunque no incite directamente a terrorismo en la UE, alimenta el
antisemitismo y la radicalización de individuos más allá de sus bases
tradicionales.
De
ahí que el TE-SAT señale entre sus recomendaciones el refuerzo de la
resiliencia social y la alfabetización mediática mediante programas dirigidos a
la juventud y la sociedad civil, y una mayor implicación de los gobiernos en la
gestión de la polarización social y en la vigilancia de las fronteras entre
activismo político e incitación al extremismo violento.

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