16 diciembre 2025
Ante
la muerte de Peixoto
Coral
Rodríguez Fouz, sobrina de Humberto Fouz, presuntamente torturado y asesinado
por ETA
Ha
muerto José Manuel Pagoaga Gallastegi, Peixoto. Y el líder de EH Bildu, Arnaldo
Otegi, no ha tardado en mostrar su escasa catadura moral al homenajear
públicamente al difunto. El pretendido hombre de paz le despide dándole las
gracias «por poner siempre la patria por encima de todo». ¡Qué barbaridad! Qué
horror, una patria que está por encima de todo. Qué miedo, una patria por
encima de la verdad, la memoria y la justicia. Qué asco de patria la que está
por encima del derecho a la vida de Humberto Fouz, Fernando Quiroga y Jorge
García. Qué indeseable la patria que pisotea los derechos de sus ciudadanos.
Qué miserables los patriotas que necesitan «sangre para construir un pueblo».
Otegi
acaba su sentido homenaje diciendo que ha sido un honor conocerle y tener la
oportunidad de aprender de él. Por ello, dada esa cercanía que reconoce con el
difunto Peixoto, le conmino a que deje de lado su cobardía, siquiera por unos
minutos, y nos diga si ha sido capaz de preguntarle por mi tío Humberto y sus
amigos. Vuelvo a exigirle públicamente que nos diga si sabe lo que hicieron con
los restos de Humberto, de Fernando y de Jorge.
Porque
Peixoto era de los que sabían. Y Otegi es de los que sabe quién sabe.
Se
lo pregunto públicamente porque todos los intentos que he realizado para
reunirme con él en privado han recibido su cobarde negativa. Hasta ahora no ha
tenido coraje para verme cara a cara. Ni siquiera ha tenido agallas para
responder a la carta que le dirigí pidiéndole ayuda.
Pero
es que no se pueden pedir peras al olmo. Otegi está a años luz de, por ejemplo,
Eneko Andueza, secretario general de los socialistas vascos. Eneko, valiente y
con la conciencia limpia, no ha tenido problema para reunirse con Maider
García, hija de Juan Carlos García Goena, asesinado por los GAL. Y para decir
bien alto que matar siempre estuvo mal.

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