En Robert continuava la seva tasca com a delegat a Catalunya de l’antiga AVT i una de las maneres era publicar les seves opinions en diferents medis de comunicació. Els que tenim la sort de conèixer en Robert des de els inicis de la seva aventura hem gaudit molt dels seus escrits i articles als diaris o de les entrevistes que li hem fet en diferents medis de radio o televisió. Però de vegades encara ens sorprenem quan, al revisar tots els seus arxius, ens trobem amb articles com el que ara segueix, una nova mostra de que en Robert no oblidava mai a tots aquells que amb ell col·laboraven i aprofitava qualsevol ocasió per posar-se al costat dels que estaven amb ell en aquella antiga AVT, aquella associació tan allunyada de la utilització política en que ara es troben tantes i tantes altres. Està molt clar que aquells que no vam tenir la oportunitat de llegir la revista “La razón” ens vàrem perdre molta informació que ara sería de actualitat i encara, hores d’ara, ens sorprèn la valentia, la serenor i la força que es desprenien dels articles d’en Robert.
Aquest article va ser publicat a la revista número 26 que corresponia al tercer trimestre de 1996.
Respaldo a quienes nos defienden.
Cuando alguien echa un vistazo a una revista de información general, puede llevarse una sorpresa. Al leer la información política, la sorpresa puede ser mayor. Pero al llegar a las páginas que tratan de informar sobre terrorismo, la sorpresa se convierte, en la mayoría de los casos, en desilusión y rabia contenida. Podemos aprendernos la biografía del terrorista sin demasiados esfuerzos: que si Idígoras fue toreor (¿?), que si el etarra tal o cual fue profesor (¿quizás de ética?) o cualquier historia parecida. Pocos son los medios que se atreven a informar del terrorismo al nivel de la víctima, del ciudadano, del anónimo. Todo cambia si la víctima es un político, pero este es otro tema, que merecería capítulo aparte.
Esta introducción viene a cuento por algo que ocurrió hace pocas semanas. Después de pasar 10 horas en las oficinas de la AVT llega uno a casa intentando disfrutar de la familia y de una cena más o menos frugal. Se sienta, charla de los problemas del día. Enciende el televisor y a los dos minutos hablan de un juicio que se celebre en la Audiencia Nacional y aparece un abogado, honesto, valiente llamado Pedro. Es uno de los abogados de la Asociación. Está comentando el primer día de juicio en relación a un letrado de Herri Batasuna, al que se acusa de colaboración con ETA, por unas charlas mantenidas con un asesino etarra acusado de “X” muertes.
Cuando escucho el nombre del abogado al que están juzgando, se me rompen los esquemas, acuden a mi mente nombres y apellidos relacionados con mi atentado. Gorostiza, Txemi Gorostiza. Recuerdos dolorosos al oír aquel nombre, al ver aquella cara. Sí, es el mismo abogado que actuó en defense, cínica y asquerosa defensa, de los miembros del comando Barcelona que arruinaron cincuenta familias en Cataluña, que atentaron contra la casa de mi buena amiga Merçe Nebot, que cortaron el futuro de Juan Fructuoso, que mataron a 21 seres humanos en Hipercor, que atemorizaron a toda Tarragona....
Sí, es el mismo Txemi Gorostiza al que ahora juzgan. Ha pasado, en el increíble escalafón de la violencia, de defender a tener que ser defendido; de tener el derecho legal a recitar un discurso político (10.10.1989), a tener que escuchar las acusaciones contra el; de intentar excusar el atentado de Hipercor y presentarlo como un error político a ser presentado como inductor de actos terroristas. Sí, es el mismo personaje de sonrisa irónica e ideas patéticas.
El teléfono empezó a sonar. Víctimas de los atentados pedían información sobre ese juicio, mostraban sus opiniones acerca de que, por fin, la justicia actuaba contra todo el entramado terrorista, que los tribunales empezaban a demostrar esa independencia y valentía tan necesarios.
La siguiente llamada, fruto de un acto reflejo, fue a RENFE. “Billete a Madrid para esta misma noche, por favor”. Confirmado. A las diez de la mañana, en la puerta de la Audiencia. ¿Por qué? Por un deseo de colaboración, de apoyo, de reconocimiento, por nuestra “necesaria presencia en los juicios”, por demostrar que apreciamos en gran manera la labor de nuestros abogados. La AVT , no es sólamente una máquina, en perfecto funcionamiento, para trammitar indemnizaciones, pensiones, ayudas, reclamaciones y medallas. La AVT no está solamente para la temática material, para exigir el dinero que nos corresponde como víctimas. Es algo más. Es una máquina que reclama un cumplimiento de las leyes, que exige un riguroso orden de la justicia, que pelea para que el entramado terrorista purgue sus acciones a nivel penal.
Y para eso, el área jurídica necesita el respaldo de todos los miembros de la Asociación. No es fácil describir el ambiente que se respira en el sala blindada de la Audiencia Nacional en un juicio por terrorismo. Pero cuando uno ve, con sus propios ojos, a los familiares de “nuestros” terroristas sonriendo, de manera cómplice, a los acusados; cuando uno ve a tres abogados de la acusación frente a 40, 30 o 20 abogados de la defensa; cuando uno ve la chulería con la que el terrorista se feriere a sus acciones, una persona decente no puede evitar el deseo de colaborar con quien “da la cara” continuamente por los miembros de la Asociación.
Y ahí estábamos, diez víctimas del terrorismo en aquella sala de la Audiencia a nuestro lado, un montón de personas que acudieron en apoyo del abogado desde Herri Batasuna, en apoyo de sus abogados, de sus ideas de dolor y muerte.
Al salir a la calle, los comentarios de rigor acerca del transcurso del juicio. Una situación tirante y con momentos de tensión, para intentar defender a todas las víctimas, presentes, pasads y futuras. Aunque no son momentos agradables en absoluto, sí nos queda clara una cuestión: somos un colectivo unido, con unos deseos de legalidad que nos moverá siempre a pelear por el reconocimiento de una situaciones que pueden y deben mejorar.
Los miembros de la AVT sabéis que, tanto desde Madrid como desde las delegaciones, trabajamos a destajo para solucionar nuestros problemas. Horas y horas fuera de casa, peleando con los organismos oficiales, reclamando compensaciones, reuniones con gabinetes médicos, batallando en los despachos más recónditos de los entes administrativos, de los centros autonómicos o provinciales, intentando minimizar los gravísimos desarreglos que nos obligan a sufrir. Todo eso lo sabéis porque tenéis cerca el contacto, tanto con los respectivos delegados como con las áreas social y administrativa de Madrid.
Pero el área jurídica es la gran desconocida por la gran mayoría de socios. Desde aquí, humildemente, os rogaría que, en cuanto fuera posible, todos pudiéramos ofrecer nuestro apoyo más incondicional a todos y cada uno de los abogados de AVT, que se pudiera asistir a los juicios la mayor cantidad de ocasiones posibles.
Sería lo mejor para todos.
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