17 octubre 2025
El
11-m y el “suicidio político” de Aznar
Resulta
harto inútil que medios de comunicación (periódicos, radios, televisiones,
etc.) sigan preguntando a Aznar sobre el 11-M. No van a conseguir nada nuevo y
a Aznar le viene bien que le sigan dando bola para poder seguir mintiendo.
Entrevista tras entrevista sigue mintiendo… y le siguen entrevistando… y sigue
mintiendo. Así es que él tan feliz, y las audiencias tan contentas. Es lo que
sucede en La última llamada, serie documental estrenada el 16 de octubre en
Movistar+ y en la que los cuatro expresidentes vivos del Gobierno repasan, con
antiguos colaboradores, algunos momentos de su trayectoria. En lo que a la
guerra de Irak y el 11-M se refiere
https://elpais.com/espana/2025-10-16/confesiones-de-expresidente-de-la-tentacion-de-eliminar-a-la-cupula-de-eta-al-deseo-de-aprovechar-la-oportunidad-del-11-s.html,
la mentira de Aznar suma y sigue.
En
cuanto a la guerra contra Irak, George W Bush, aunque tarde, admitió que su
mayor error fue creer que había armas de destrucción masiva en Irak. Tony Blair
también, a su manera, terminó pidiendo perdón por la guerra de Irak, pero Aznar
sigue sin pedir perdón por la guerra de Irak ni disculpas por mentir con el
11M.
Menos
mal que
https://www.naiz.eus/info/noticia/20220110/nuevos-documentos-revelan-presiones-de-aznar-al-cni-para-imputar-el-11m-a-eta
Nuevos documentos revelan presiones de Aznar al CNI (Centro Nacional de
Inteligencia) para imputar el 11M a ETA
Un
documento que ha hecho público el exministro José Bono confirma que el Gobierno
de José María Aznar presionó a los servicios de inteligencia para que
mantuvieran la tesis de que ETA había sido la autora de los atentados
registrados en Madrid el 11 de marzo de 2004.
Nota
del director del CNI sobre el 11M
José
Bono, que fue ministro de Defensa desde abril de 2004 hasta diciembre de 2006
–cuando pasó a ser presidente del Congreso de los Diputados–, ha decidido legar
su archivo documental a la Fundación Pablo Iglesias, que lo ha puesto a
disposición del público a partir de este lunes.
Uno de esos documentos, que ha difundido la Cadena Ser, es una nota
remitida a Bono por Alberto Sáiz, que acababa de ser nombrado director del
Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tras las elecciones del 14 de marzo de
2004 que llevaron a La Moncloa a José Luis Rodríguez Zapatero.
En
esta nota, que adjuntamos a este artículo, Sáiz hace referencia a los atentados
registrados en Madrid el 11 de marzo de aquel año. Más concretamente, se dirige
a Bono para confirmarle por escrito, «tal y como me pides», «lo esencial sobre
el 11M» que le había comentado su predecesor al frente del CNI, Jorge
Dezcallar, al hacer el relevo en el cargo.
«Me
pidieron desde Moncloa que dijera que ETA era la autora del atentado y yo lo
hice pero con la cautela de añadir ‘con toda probabilidad’», comentó Dezcallar,
según relata Sáiz.
El
máximo responsable de los servicios de inteligencia cuando ocurrieron los
ataques del 11M consideraba que mantener esa tesis «fue un error» y, aludiendo
al Gobierno de José María Aznar, añadió que «ellos lo alargaron hasta el día de
las elecciones, cuando ya tenían en su poder la furgoneta, la cinta del Corán y
habían detenido a tres árabes».
Dezcallar
se refería a las pruebas y detenciones que habían practicado ya las fuerzas y
cuerpos de seguridad que echaban por tierra la tesis de la autoría de ETA. Una
información que, según dijo a Sáiz, al CNI le fue llegando «con retraso».
Confirma
el relato que hizo Dezcallar en 2015
Dezcallar
fue el primer civil en dirigir el Centro Superior de Información de la Defensa
(Cesid, que durante su mandato pasó a denoninarse CNI) y fue desginado para el
cargo en 2001 por el entonces presidente español, José María Aznar.
En
una entrevista publicada por ‘El Periódico’ en octubre de 2015, el propio
Dezcallar ya apuntó en la misma dirección que se recoge en la nota difundida
ahora por Bono: «Aznar me pidió desmentir que el CNI no seguía la pista de
ETA».
No
obstante, asumió que, aunque su «instinto» le decía que se trataba de «un
ataque islamista», en su primera conversación telefónica con Aznar le comentó:
«Presidente, creo que es ETA». En la segunda, aquel 11 de marzo, fue menos
claro: ««No me preguntes porque la investigación la lleva la Policía y estoy
fuera de juego». Y en la tercera expresó su cambio de opinión: «Este asunto
huele a islamista que apesta».
En
esta entrevista, Dezcallar aseguró que entre el 11 y el 16 de marzo no fue
convocado a ninguna reunión. No obstante, precisó que logró que el ministro de
Interior, Ángel Acebes, le recibiera el sábado día 13, a las cuatro de la
tarde, y que este no le contó nada de las detenciones de los presuntos
yihadistas.
Y
completó el relato de aquellas horas previas a la jornada electoral explicando
que, cuando llegó a su despacho, el portavoz de la Moncloa, Alfredo Timermans,
le dijo que Aznar quería que saliera en TVE para desmentir a la SER, que para
entonces había informado de que el CNI había abandonado la pista de ETA. Dezcallar
se negó, hizo «un comunicado que no gustó a nadie» y por la noche tuvo «una
tensa charla con Aznar».
A
pesar de las múltiples evidencias que corroboran sus falsedades, Aznar no va a
decir nada diferente a lo dicho tras la guerra de Irak y los atentados del 11
de marzo de 2004. Ya no puede dar marcha atrás. Sería su “suicidio político”, y
eso no se lo puede permitir. Prefiere morir envuelto en la bandera de la
mentira.

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