martes, 4 de noviembre de 2025

02 noviembre 2025 (2) El Correo

 

02 noviembre 2025 



La última fundación vasca cumple 25 años

El nombre de Fernando Buesa es una referencia habitual en la política vasca y su fundación tiene buena parte del mérito. Es la última de este tipo que mantiene su actividad en Euskadi y mañana cumple 25 años. «La familia, los patronos y quienes trabajamos aquí tenemos claro que la tarea de deslegitimación de la violencia es una absoluta necesidad. Nuestra labor es más necesaria que nunca y más todavía en los tiempos que corren», apunta Eduardo Mateo, responsable de proyectos y comunicación de la entidad.

Tras el 2000, un año en el que la violencia terrorista fue especialmente cruenta, hubo un auge en la creación de fundaciones de víctimas. La razón era sencilla. Los historiadores se refieren a ese año como el de los magnicidios, ya que ETA asesinó a varias personalidades -además del vicelehendakari socialista-, como el exgobernador Juan Mari Jauregui, el exministro Ernest Lluch, el empresario Joxe Mari Korta y el periodista José López de Lacalle. En el caso de estos dos últimos, no tardaron en constituirse fundaciones para mantener su legado. Pero a lo largo del año pasado las dos cesaron su actividad al alcanzar el 25 aniversario.

«La primera creada en España en homenaje a una víctima de ETA fue la Fundación Broseta, que se fundó en 1992, y una de las últimas fue la Giménez Abad en Aragón», explica Mateo. Siguen siendo muy activas la Jiménez Becerril en Sevilla, la fundación Rodolfo Benito y la Miguel Ángel Blanco, ambas radicadas en Madrid, y la Tomás Caballero en Pamplona. Sin embargo, en Euskadi no quedan más que la Buesa, después de que FAES acogiera el año pasado a la Fundación Gregorio Ordóñez.

¿Qué diferencia una asociación de víctimas de una fundación? La primera representa a un colectivo de damnificados y la segunda es un ente fundado por familiares o instituciones para recordar a un asesinado y con una labor divulgativa. La mayoría no tiene ánimo de lucro, como sucede con la de Fernando Buesa. Mantienen sus proyectos con el apoyo público del Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación de Álava, el Gobierno vasco, el Ministerio del Interior y también gracias a proyectos europeos.

Desde 2001 la Fundación Buesa organiza un 'In Memoriam' en torno al 22 de febrero -la fecha en que fue asesinado junto a su escolta, Jorge Díez- y llevan ya 23 ediciones de su seminario, unas jornadas donde diversos expertos analizan el terrorismo y su contexto histórico. En las últimas, celebradas hace apenas una semana, se abordó el cruento año 2000 y los efectos de la 'ponencia Oldartzen', que supuso la socialización del sufrimiento, aunque en el texto original no apareciera esa expresión. La Fundación Buesa también ha editado en este tiempo numerosos libros y algunos cómics. «Hemos hecho muchas cosas en el ámbito de la deslegitimación de la violencia y educación en valores», defiende Eduardo Mateo.

Gracias a todas esas actividades, el nombre del que fuera vicelehendakari sigue muy presente. «Fernando Buesa ejerció su labor política aquí y fue más que un político, fue un hombre comprometido con el valor de la palabra, que es el lema de la fundación y en la lucha por los valores democráticos y ése es el motivo por el que fue asesinado por el totalitarismo de ETA». Mateo explica que la fundación tiene mucho futuro ya que «la familia, su viuda Nati y sus tres hijos -Marta, Carlos y Sara- están muy concienciados y las energías siguen intactas para seguir adelante». «Estamos en el momento de la memoria».

 

 

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