10 marzo 1997 (aprox)
Sorprenent ha estat trobar en la hemeroteca de “El Periódico de Catalunya” una carta enviada per en Robert. La transcripció es la següent. Afegim que la carta es pot trobar també a la revista “La razón” número 28 corresponent al primer trimestre de 1997. I diem que ha estat sorprenent perquè el missatge que es desprèn de la carta es tan contundent i tan clarificador que, com a periodistes que som alguns, ens hagués agradat, en aquells difícils anys, posar mes interès en conèixer les opinions de l’amic Robert. Hem de reconèixer que, en moltes ocasions, no vàrem estar a l’alçada de la importància del seu missatge.
Sorprenent ha estat trobar en la hemeroteca de “El Periódico de Catalunya” una carta enviada per en Robert. La transcripció es la següent. Afegim que la carta es pot trobar també a la revista “La razón” número 28 corresponent al primer trimestre de 1997. I diem que ha estat sorprenent perquè el missatge que es desprèn de la carta es tan contundent i tan clarificador que, com a periodistes que som alguns, ens hagués agradat, en aquells difícils anys, posar mes interès en conèixer les opinions de l’amic Robert. Hem de reconèixer que, en moltes ocasions, no vàrem estar a l’alçada de la importància del seu missatge.
Setién y los etarras
No deja de ser sospechoso el apoyo recibido por José Maria setién desde el ambiente clerical, lo que demuestra la coherencia del gremio. Salta a la vista el interés que despiertan sus declaraciones, por lo que el señor obispo, desde su conocido equilibrio en la situación del mal llamado “conflicto vasco” debería ser más transparente y, siguiendo con la argumentación evangélica, “amar al prójimo como a sí mismo”. Ese dechado, ese ejemplo que el médico Lucas dejó escrito (capítulo 10, versículo 27) no se cumple en el mayor procentaje de casos relacionados con las víctimas del terrorismo. El interés latente que Setién y otros demuestran en beneficio de los terroristas es infinitamente superior al ofrecido a las viudas o a los heridos, sean o no vascos. ¿Se ha dirigido Setién a las víctimas de atentados ocurridos en Catalunya? ¿Ha ofrecido su mediación, su interés real y personal hacia nosotros? ¿O es que al no ser parte de “su” Euskadi las consecuencias del terrorismo de exportación, 400 familias catalanas, somos menos importantes que un solo asesino etarra? Pruebas: la carta que monseñor Setién remitió hace pocas semanas a Senideak admitiendo que “en las cárceles se violan los derechos vinculados a ETA y que la Iglesia vasca no adoptará una posición pasiva respecto a ese trato a los reclusos”. Por lo que se ve, los presos comunes no tienen derechos ni problemas. Los 1000 muertos, los 4000 heridos por ETA, tampoco. Quizá no somos su prójimo. Y Setién sigue teniendo sus defensores. Así le va a la Iglesia. Y mucho cuidado con lo citado en el Evangelio de Mateo capítulo 6 versículo 5.
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