13
diciembre 2025 (10.12.26)
«Josu
Ternera» achaca su orden de detención a una «maquinaria opresiva»
Recurre
la decisión judicial y señala que no está huido ni hay riesgo de que vuelva a
delinquir porque ETA «ha desaparecido»
El
exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, "Josu Ternera", ha
recurrido la orden de detención acordada el pasado viernes por el juez de la
Audiencia Nacional Santiago Pedraz, una medida que considera "no ajustada
a Derecho" y de la que resalta su "absoluta desproporción", por
lo que reprocha al magistrado que utilice la cooperación europea como "una
maquinaria opresiva".
Según
pone de manifiesto su abogado, Gonzalo Boye, no existen razones que justifique
la orden de prisión del exdirigente etarra al no haber riesgo de fuga ni de
obstrucción a la Justicia, "imposible porque la instrucción ha
concluido", ni tampoco de reiteración delictiva, pues ETA "se ha
disuelto hace años y ha desaparecido".
Su
defensa incide en su recurso en que la orden europea de detención "no es
un simple instrumento de cooperación neutro", pues conlleva "la
privación de libertad del reclamado, su localización, detención y privación
deambulatoria en otro Estado miembro, con los efectos personales, familiares y
procesales que ello implica".
"Josu
Ternera", pone en valor, se encuentra actualmente en libertad y "ha
acudido a todos los llamamientos que se le han realizado" por parte de la
Justicia francesa, cumpliendo las medidas cautelares que se le han impuesto.
"No se halla en paradero desconocido ni en absoluto sustraído a la acción
de la Justicia", recalca.
Hay
que pedir permiso a Francia
Y
es que considera que "si se quiere ampliar el perímetro de la entrega,
debe solicitarse a Francia el correspondiente consentimiento" (Francia ya
autorizó la inicial Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE), aunque sigue
pendiente de ejecución), y no "desencadenar de nuevo el dispositivo entero
de localización y detención, duplicando sacrificios y riesgos para la
libertad" del exjefe de ETA.
Su
abogado señala que la situación procesal y personal de Urrutikoetxea "está
perfectamente identificada en el ámbito de la cooperación judicial
franco-española". De ahí que afirme que la medida "no es idónea"
y tampoco necesaria ni proporcionada, reclamando su nulidad.
Al
mismo tiempo, hace hincapié en el recurso de reforma (que debe resolver el
propio Pedraz) en que la emisión de una OEDE "no es un acto aislado, sino
el vértice de un entramado normativo" que condiciona "de forma
irreversible cualquier actuación posterior respecto de la misma persona".
Una
vez que un Estado acuerda ejecutar una OEDE, aunque esa entrega "no se
haya materializado" -subraya- "no puede comportarse como si partiera
de cero". La defensa de Urrutikoetxea sostiene a este respecto que su
capacidad de persecución queda "jurídicamente encerrada dentro de los
contornos delimitados por la primera entrega y solo puede expandirse mediante
el consentimiento del Estado de ejecución" (en este caso Francia). De ahí
que inste al instructor a solicitar al país vecino una ampliación de la OEDE
original, dejando sin efecto esa orden de busca y captura.
Para
el letrado, "cualquier intento de saltar este paso" emitiendo una
nueva OEDE "implica desbordar el diseño del legislador europeo".
"Es un intento de crear un tercer camino que el Derecho de la Unión no
contempla", denuncia.
Las
autoridades francesas, recuerda, ya acordaron ejecutar esa OEDE previa, todavía
pendiente de ejecutar, por lo que desde que el exjefe de ETA "pise suelo
español en ejecución de esa OEDE, España queda vinculada por las condiciones de
la decisión francesa". "No puede ampliar sin más el procesamiento ni
acordar nuevas medidas privativas de libertad por hechos que excedan de lo
originalmente autorizado", recalca Boye. Y "menos aún", añade,
"puede emitir una nueva OEDE".
No
está justificado
Sin
embargo, se queja, Pedraz "ha procedido como si no existiera un Estado de
ejecución con derechos y obligaciones propios", ignorando que "la
entrega previa condiciona inexorablemente el régimen de persecución penal"
respecto a "Josu Ternera". Emitir una nueva orden de detención
"sin implicar al Estado francés", llama la atención el letrado,
supone tratar a aquel "como un mero espectador, cuando la Decisión Marco
le reserva un papel decisivo y necesario".
Para
la defensa de "Josu Ternera", Pedraz tampoco justificó
suficientemente la adopción de la medida, lo que según él vulnera el derecho
del exdirigente de ETA a "una respuesta fundada y controlable" y le
priva de "la posibilidad real de defenderse sobre el punto crucial del
cauce de cooperación".
El
letrado invoca el principio de especialidad (que obliga a ceñirse a los hechos
por los que el país donde se encuentra el reclamado autoriza su entrega). De lo
contrario, avisa, "admitir esa práctica supondría convertir la OEDE en un
instrumento apto para erosionar paulatinamente la esfera de libertad personal,
a través de oleadas sucesivas de órdenes, sin la salvaguarda de un control
interestatal efectivo".
Detenido
en 2019
En
la resolución en la que el juez Pedraz ordena la busca y captura de "Josu
Ternera" por un delito de integración en organización terrorista en grado
de dirigente, el instructor recuerda que tras su detención en Francia en mayo
de 2019 se localizaron en su vivienda, una cabaña de montaña en las
proximidades de Saint Gervais-Les Bains, en la región de Ródano Alpes,
documentos "cuya tenencia estaba únicamente al alcance del reducido y muy
restringido número de integrantes de ETA, que han de considerarse como sus
entonces dirigentes".
Según
el magistrado de la Audiencia Nacional, desde su huida de España en 2002 y
hasta su detención ha actuado "como uno de los máximos dirigentes de la
banda terrorista ETA". "No de otro modo puede explicarse" la
posesión de esos documentos, argumentaba, como tampoco "que haya
intervenido en nombre de la organización en las reuniones con representantes
del Gobierno de España". "No se explica de otro modo, finamente, que
fuera la persona llamada a anunciar en nombre de ETA su disolución",
subrayaba Pedraz.
En
febrero de 2005, el juez procesó a Urrutikoetxea, resolución que fue revocada
en junio de ese mismo año por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal del
citado tribunal. Posteriormente, la Fiscalía pidió la ampliación del
procesamiento contra "Josu Ternera", lo que el instructor
efectivamente acordó, citándole a declarar el pasado jueves para comunicarle
esa decisión.
Sin
embargo, el pasado 28 de noviembre la defensa del exdirigente etarra solicitó
se suspendiera la comparecencia, al no haber autorizado las autoridades
francesas que sea investigado por estos nuevos hechos fruto de la ampliación
del procesamiento, o en su defecto que se ampliara la inicial orden europea de
detención y entrega, petición que fue respaldada por la Fiscalía de la
Audiencia Nacional y que ignoró Pedraz.
Opinión:
Vamos por partes. Que uno de los componentes de la cúpula
terrorista etarra hable de campaña de “maquinaria represiva” cuando solo se
intenta que cumpla por sus delitos es, obviamente, lo más parecido a una burla.
Tanta burla como aquel momento en el que fue elegido como representante
de la Comisión de Derechos Humanos (sí, de Derechos Humanos) en el Parlamento
Vasco. Una burla a la que solamente reaccionamos unas pocas víctimas (sí, unas
pocas víctimas) y obviamente, ninguna de las que ahora se proclaman poco menos
que representantes de “LAS” víctimas. No recuerdo a ningún presidente de
ninguna asociación de víctimas que levantara la voz para mostrar su rechazo a aquel
nombramiento aunque claro, estamos hablando de enero de 1999 cuando dar la cara
y levantar la voz era poco menos que un deporte de riesgo y la banda terrorista
ETA estaba en “tregua”. ¿Alguien se ha preguntado si aquel nombramiento entraba
en la negociación iniciada en un chalet de Ibeas de Juarros, a 15 kilómetros de
Burgos, un mes antes?
Resumiendo. Que este tiparraco, que este tipejo
despreciable que mostró su enorme falta de empatía con las víctimas a las que
ordenó asesinar o herir en una entrevista televisiva se crea víctima de una “maquinaria
represiva” es, cuanto menos, cínico e hipócrita.
Es más, debería plantearse los motivos por los que pudo
pasear tranquilamente por Euskadi y ahora por Francia. Como es tonto, yo se lo
digo: porque no somos como el ni como la inmensa mayoría de terroristas coleguitas
suyos. O mejor llamarles criados, porque al fin y al cabo el era el jefe.