miércoles, 5 de mayo de 2021

01 mayo 2021 (5) Diario de Navarra

01 mayo 2021 


 

Exteriores cree que los asesinos fueron yihadistas y no cazadores furtivos

En el avión militar en el que viajaban los cuerpos de Beriáin y Fraile viajaba un superviviente

La ministra González Laya afirma que “es importante apoyar la estabilidad del Sahel por la paz de nuestro país”

“David y Roberto están de vuelta en casa”, dijo Alfonso Bauluz, portavoz de las familias de ambos re-porteros españoles, asesinados en Burkina Faso. Unos minutos antes había aterrizado el avión del Ejército del Aire, encargado de repatriar los cuerpos de David Beriáin y Roberto Fraile, junto al del conservacionista irlandés Rory Young.

En la aeronave, que llegó puntual a las nueve de la mañana, también viajaba un superviviente de la emboscada tendida del terrorismo local, una facción yihadista vinculada a Al Qaeda. El superviviente es un miembro de la ONG Chengeta Wildlife Foundation, de nacionalidad suiza, que se escondió durante el ataque, y pudo llegar después a la capital Uagadugú.

De nombre Greg, el apellido u otros datos de este cooperante no trascendieron y él se mantuvo alejado de la prensa, en compañía de los familiares de los fallecidos, que acudieron a Madrid. “Sí, ha venido también un superviviente”, confirmó escuetamente una fuente de Defensa, mientras el resto de delegados prefería no hacer comentarios al respecto. Otra fuente distinta también certificó la presencia del ambientalista suizo.

Los ataúdes descendieron del avión en el aeropuerto de la base aérea de Torrejón de Ardoz, y fueron cargados en hombros por una guardia de honor. Cerca estaban las ministras de Defensa y Exteriores, Margarita Robles y Arancha González Laya, junto a varios militares.

En fila, cruzaron los tres féretros, hacia el interior de un hangar, donde esperaban los familiares. A Fraile le aguardaban sus dos hijos, su pareja y su hermano. A Beriáin, su esposa y productora, Rosaura Romero, y su hermano. A través de su portavoz, las familias agradecieron a “todos los funcionarios públicos” que colaboraron en la repatriación, a la vez que pidieron “respeto por el dolor y el duelo de los familiares”.

Con honores militares y condecorados con la Cruz del Mérito Civil por “su labor en medios de comunicación para engrandecer la democracia”, los restos de Beriáin y Fraile partieron hacia sus destinos finales. El primero a Artajona y el segundo a Valladolid, donde viven los padres. “Es un día triste”, reflexionó González Laya en una breve intervención sin preguntas. “Todos tenemos que ofrecer nuestro homenaje a quienes estaban detrás de las cámaras para esclarecer realidades invisibles, y hoy están delante”.

Explicaciones

 

Tanto ella como Robles se esforzaron por despejar cualquier du-da sobre el trabajo de inteligencia y cooperación por parte de los organismos españoles, como el CNI que ha actuado “contra otras acciones terroristas” y que trabaja “desde el primer momento para aclarar lo ocurrido”, dijo Robles. “La lucha contra el terrorismo no va a acabar”. Aun cuando se trata de dos periodistas que se encontraban realizando un documental sobre la caza furtiva para un programa de televisión, las ministras insistieron en justificar la presencia militar española en la zona del Sahel, donde fueron asesinados Beriáin y Fraile cuando acompañaban a una patrulla de fuerzas militares de Burkina Faso.

“Hemos sacado una lección”, afirmó González Laya. “Es importante para España apoyar la estabilidad del Sahel, vecino de nuestros vecinos, con grandes riesgos geopolíticos y geoestratégicos, donde nos jugamos la paz y la estabilidad de nuestro país”.

El ataque donde murieron los dos periodistas españoles sucedió en la provincia de Compienga, cerca de un corredor de parques naturales, donde operaba la ONG de Young, Chengeta Wildlife Foundation, que adiestra a personas locales en una especie de conservacionismo armado. Supera-dos en número, la refriega entre la patrulla oficial de Burkina Faso y los terroristas se cobró cuatro vidas. Además de los tres euro-peos, murió un militar.

Tanto el periodista suizo que llegaba en el avión español ayer, como otro soldado local, lograron escapar. “Lo que ocurre en el Sahel importa”, coincidió Robles. “Cuando pasa una tragedia como ésta, azota a Europa y al mundo civilizado”. El Gobierno insiste al de Burkina Faso en que esclarezca “lo que ocurrió” y “los perpetradores estén ante la justicia”, pro-metió González Laya.

Experimentados reporteros, tanto Beriáin como Fraile se habían ido muchas veces para contar en sus trabajos lo que sucedía más allá de las fronteras españolas, donde está el mundo de los otros, los que viven bajo la ley del más fuerte. Ahora regresaban “a casa”, como dijo Bauluz, por última vez.

 

 

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