martes, 16 de mayo de 2023

16 mayo 2023 (15.05.23) Sur (opinión)

16 mayo 2023 (15.05.23)



Como enseñar sobre ETA y el terrorismo en secundaria

El fenómeno del terrorismo tiene múltiples facetas: una propuesta didáctica las aborda a lo largo de la educación secundaria, en las asignaturas de Historia, Ética, Psicología o Filosofía

Al hablar de terrorismo en España pensamos en primer lugar en ETA, una organización ya desaparecida (en 2018), pero que condicionó la historia de nuestro país durante casi medio siglo.

Su ideología era nacionalista radical, además de izquierdista. Lo principal era lo primero, que incluía una pretendida defensa de la identidad vasca, el euskera, la independencia de Euskadi, su unión con Navarra y el País Vasco francés a través del uso preferente de la violencia.

El 95 % de sus asesinatos, que fueron un total de 853, los cometieron tras la muerte de Franco, es decir, ya en la transición o en plena democracia.

Mitos y narrativas instalados

Cuando queremos educar sobre terrorismo, y particularmente cuando queremos educar sobre ETA, constatamos que la narrativa que la alimentó sigue instalada en una parte del espacio público.

Perduran los mitos sobre una ETA «buena» antifranquista; sobre un «conflicto» secular entre vascos oprimidos y opresores españoles; sobre una guerra no civil sino de invasión; sobre una violencia previa, española, que justificaría una reacción defensiva, vasca; sobre Euskadi como el lugar más reprimido por Franco; sobre lo español como algo intrínsecamente autoritario…

Educar con rigor y sin etnicismos

Cuando se cae en un uso exacerbado de la identidad nacional se antepone la clave étnica, esto es, la pertenencia a un colectivo, a las claves cívicas y democráticas que nos conectan con nuestro prójimo por encima de las fronteras, a través de valores universales amparados por el Estado de derecho.

A la hora de educar con rigor, el etnicismo es un inconveniente, porque estimula el desconocimiento de los episodios que pueden interpretarse como un descrédito para el grupo de referencia.

Al mismo tiempo, debe ser un estímulo para los profesionales que quieren hacer las cosas bien y que se crecen ante los retos, porque hay muchos tópicos por derribar. Algunos de ellos tienen predicamento incluso en el conjunto de España.

La importancia de educar sobre terrorismo

Educar sobre terrorismo tiene una gran relevancia: tanto por el peso histórico que el fenómeno ha tenido en España como por las posibilidades que ofrece de cara a fomentar valores de respeto, pluralismo y empatía con los que han sufrido injustamente.

Afortunadamente, ya hay materiales educativos a los que recurrir. Voy a desarrollar un ejemplo. Entre 2016 y 2021 coordiné el proyecto «Memoria y prevención del terrorismo» para llevar dicha cuestión a las aulas. En él trabajaron cuatro instituciones: el Memorial de las Víctimas del Terrorismo, la Fundación Víctimas del Terrorismo y los ministerios de Educación e Interior.

El resultado fue la elaboración, por parte de cinco expertos, de siete unidades didácticas para diferentes asignaturas de ESO y Bachillerato. Están disponibles en abierto, en internet, en castellano, catalán, gallego, euskera e inglés.

Definición y categorización

La primera unidad didáctica, «El terrorismo en España», está pensada para desarrollar en la asignatura de Geografía e Historia de 4º de educación secundaria (el último año de educación obligatoria).

Para esta unidad había que empezar por definir los términos y, singularmente, el de terrorismo, señalando su intencionalidad política, su intento de sembrar el miedo entre sus oponentes mediante la fuerza, su naturaleza clandestina y su búsqueda de impacto propagandístico.

Segundo, había que hacer una tipología de los diferentes terrorismos, incluyendo los nacionalistas radicales, de ultraderecha, extrema izquierda y yihadista, explicando sus diferencias y similitudes.

Cronología y enfoque histórico

Tercero, había que establecer una cronología que distinguiera el impacto del terrorismo en tres fases: dictadura, transición y democracia, siempre desde una perspectiva de deslegitimación de su uso, poniendo a las víctimas en el centro del relato y sin olvidar la labor policial o la movilización social.

Además de ETA, el relato integra a los GAL y al Batallón Vasco Español, a los GRAPO, Al Qaeda o ISIS, guardando una proporción en función de su incidencia y número de víctimas.

Cuarto, había que proporcionar una serie de ejercicios prácticos para que los jóvenes participaran activamente de su proceso de aprendizaje: propuesta de lectura o visionado de testimonios de víctimas, identificación de lugares de memoria en su entorno, reflexión sobre las experiencias de una persona amenazada o secuestrada, materiales complementarios para leer, ver o investigar en internet, etc.

Las unidades didácticas 2 y 5 fueron escritas por Jesús Prieto, doctor en Estudios Internacionales e Interculturales, y mantienen el enfoque histórico: encajan en las asignaturas de Historia de España de 2º de Bachillerato y de Historia del mundo contemporáneo de 1º de Bachillerato, los dos últimos cursos de educación preuniversitaria en España.

Ética, psicología y filosofía

Las unidades didácticas 3 y 4 se las debemos al profesor Ricardo Arana, que coordinó el primer programa de víctimas educadoras que hubo en Euskadi, y son para 1º y 4º de Valores Éticos de educación secundaria.

La 6ª unidad es de Manuel Moyano, doctor en Psicología, para Psicología de 2º de Bachillerato, y la 7ª y última es del filósofo Luis Roca, para Filosofía de 1º de Bachillerato.

Conocimiento riguroso para el siglo XXI

Si el siglo XX alumbró la aparición de diferentes terrorismos en España, algunos de cuyos rescoldos aún humean, el siglo XXI debe alumbrar, de la mano de una educación en valores, un conocimiento riguroso y una denuncia nítida de aquella herencia envenenada.

En este sentido, se debe desterrar cualquier intento de blanquear a ETA recurriendo al whataboutism («¿y qué me dice de las fosas de la guerra civil?»). Del mismo modo, se debe desterrar cualquier intento de relativizar la dictadura y a sus víctimas cayendo en el «y tú más» respecto del reciente terrorismo.

Aunque en las redes sociales pueda haber mucho ruido sectario, los ciudadanos que aspiramos a conocer bien dichos fenómenos, sin contraponerlos y sin tapar uno con el otro, somos más y tenemos mejores medios disponibles, como las unidades didácticas de «Memoria y prevención del terrorismo».

Opinión:

Cuando se comenta sobre el cómo hablar de terrorismo en las aulas, parece que solo interesa ofrecer información sobre estadísticas: número de muertos causados, a veces el número de heridos y, casi en el 100% de los casos, la cuestión política y partidista envuelta en el asunto. Especialmente los orígenes ideológicos de la banda terrorista, si los hubiere.

Al hablar de las víctimas se hace desde un punto de vista numérico. Cuantas víctimas causaron los terroristas, pero se obvian detalles tan importantes como el saber, precisamente, cómo están esas mismas víctimas, cual ha sido su historia personal, cuales han sido las trabas jurídicas y sociales vividas por la inmensa mayoría de ellas, cuales han sido las promesas recibidas e incumplidas, cómo se les ha tratado desde las administraciones con responsabilidad en la materia…

No todo es política en el terrorismo.

Por suerte, algunas víctimas seguimos ofreciendo nuestro conocimiento en la cuestión social del terrorismo, que es la que realmente importa a mucha de la juventud que se ofrece a escuchar nuestra opinión. Luego habrá quien se quejará de que “la juventud” no se interesa en la política sin pensar que quizás les interesa más la humanidad que se desprende del problema terrorista. ¿No será que hay mucha juventud harta de escuchar mensajes políticos y se dan cuenta de cómo se intenta utilizar el dolor ajeno para obtener rédito político?

Pues todo lo que acabo de escribir lo he podido constatar esta misma mañana al haber tenido el honor de ofrecer una charla con un grupo de estudiantes de 16 a 18 años del Centro Educativo Waldorf-Steiner de Bellaterra (Barcelona).

Y puedo decir bien alto y bien claro que todavía hay juventud con deseos de saber y de pensar con criterio propio. 

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