viernes, 1 de septiembre de 2023

01 septiembre 2023 La Vanguardia (opinión)

 

01 septiembre 2023


 

El padre del terrorista

El 19 de agosto del 2017 lo pasé en Ripoll indagando quiénes eran los autores de los atentados de la Rambla y Cambrils. Eran jóvenes sin oficio captados por el imán de la población, quien a ojos de su familia ejercía una buena influencia sobre sus hijos.

La tensión en el municipio era evidente. La casa del imán Abdelbaki Es Satty era un minúsculo habitáculo que compartía con un hombre que trabajaba vendiendo fruta, que apenas hablaba español, y con el que intentamos comunicarnos sin éxito a través de Google Translator. Desconocía quién era realmente su compañero de piso, con quien parecía que no tenía amistad. En la mezquita estaban sobrepasados. Habían expulsado al imán porque se había tomado unos meses de vacaciones –que luego supimos que utilizó para preparar el atentado–, pero también desconocían que había captado a unos jóvenes. Nadie sospechó nunca nada. O al menos eso dijeron.

Las familias de los terroristas habían guardado un prudencial silencio durante todo el día hasta que por la tarde, de forma inesperada, salieron a la calle para condenar los hechos que habían cometido sus hijos. Los padres y las madres levantaban una pancarta con el lema “No en mi nombre”. Los familiares condenaban la masacre al tiempo que internamente lloraban las muertes de sus hijos.

Entre aquella marabunta de gente y tensión, se sabía que había terroristas abatidos, arrestados y un huido, el autor del atropello, Younes Aboyaaqoub. Hablé con el padre de Younes. Me dijo que pensaba que el imán era un buen mentor para sus hijos y que por eso nunca sospechó que estuvieran haciendo nada malo. Suponía que estar en la mezquita les iría bien para no descarriarse. Cuando acabamos la leve charla, me preguntó si sabía algo de Houssaines. Tenía otro hijo, Houssaines Abouyaaqoub, que también formaba parte de la célula y del que no sabía nada.

Recuerdo que tenía una lista con los nombres de los terroristas detenidos y los abatidos. Houssaines estaba entre los muertos. Miré el móvil y, durante unos segundos, dudé si decirle la verdad, incluso me planteé si yo era el más indicado para darle aquella información. Finalmente, pensé que tarde o temprano lo sabría. “Está muerto”, dije. Cerró los párpados asumiendo una noticia que ya esperaba y se giró buscando el consuelo de un familiar. A pocos metros, su mujer atendía a la prensa e imploraba a su hijo Younes que dejara de huir. “Quiero que se entregue. Prefiero que vaya a la cárcel antes de que acabe muerto”.

Younes Aboyaqqoub andaba suelto y la policía lo buscaba por toda Catalunya. El joven moriría abatido dos días más tarde en Subirats por dos mossos d’esquadra de la comisaría de Vilafranca que lo sorprendieron rondando por unos viñedos. Aquellos mossos sufrieron estrés postraumático. El hermano de Younes, fue abatido, junto a tres compañeros más, cuando intentaban provocar una masacre en el paseo marítimo de Cambrils. Un agente los abatió a todos y se lo bautizó como el héroe de Cambrils. Sin embargo, lejos de la grandilocuencia de la etiqueta, el mosso tiene concedida la incapacidad permanente por las profundas secuelas psicológicas que le provocó aquella heroicidad. La Generalitat le otorgó en marzo del 2022 la máxima distinción del cuerpo después de años de reclamarla. Nadie escapó del dolor del atentado de Barcelona. Ni los familiares de los 16 muertos y 130 heridos, ni los policías ni las familias de los terroristas.

Opinión:

Leer el artículo de Toni Muñoz me ha hecho pensar en diversas situaciones vividas. Una de ellas, de las más recientes, la del abrazo entre Javier y Silvia con el imán de Rubí.

Otra, todo lo que he vivido desde que sufrí mi atentado en Hipercor y la ayuda que, en lo posible, he intentado ofrecer a otras víctimas de atentados terroristas, incluyendo a padres y madres con hijos asesinados. Incluyendo también a padres con hijas asesinadas a quienes algunos desalmados (que tienen la caradura de seguir con su cantinela de que son “víctimas”) le pidieron dinero de la indemnización como si fuera un préstamo entre amigos y que jamás le han devuelto.

Y otra relacionada con tanto dolor y tanto sufrimiento padecido por esos padres (¿les podemos llamar huérfilos?) que. Por no estar presentes en el lugar del atentado, jamás han visto sus secuelas psicológicas reconocidas como derivadas de atentado terrorista.

Como dice el personaje del programa “El mon a RAC1”… “no se si se m’interpreta”.

Ah, un dato más. Se escribe siempre acerca de los 130 o 160 heridos, sobre todo basándose en unAuto de Procesamiento que es un verdadero desastre de investigación. La labor desarrollada por la UAVAT ha llevado a que la sentencia reconozca como víctimas de los atentados de agosto2017 a 350 heridos… porque no fue solamente el atentado “de Barcelona” sino las dos explosiones en Alcanar, el asesinato de Pau Perez en Zona Universitaria, el atropello de tres mossos d’Esquadra en Esplugues de Llobregat, el atentado en Cambrils, el intento de asesinato en Olérdola y luego, ya sí, el final en Subirats.

Ello sin contar los 123 heridos que están en el sumario pero no están en la sentencia… ¿quizás va siendo el momento de conocer qué ha ocurrido realmente?

Y un último detalle. Nuevamente agradecer a Toni Muñoz que califique al autor de 15 asesinatos y cientos de heridos como terrorista. Para algunos, especialmente en Ripoll, es alguien a quien no debería "estigmatizarse". Sin comentarios.

 

 

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