miércoles, 13 de septiembre de 2023

10 septiembre 2023 (04.09.23) RTVE (opinión)

 

10 septiembre 2023 (04.09.23) 


 

ETA en el cine español: de 'Yoyes' a 'Maixabel'

RTVE Play incorpora a su catálogo Lejos del mar (2015)

Muy pronto, también podrá verse Maixabel, la aclamada película de Icíar Bollaín

Lejos del mar: la perturbadora y cruel relación entre dos personas muy extremas

Cuando aún quedan heridas abiertas, hablar del diálogo y del perdón es extremadamente complejo y doloroso, pero también puede resultar sanador. La lista de películas sobre lo ocurrido en España durante décadas de terrorismo de ETA y sobre sus consecuencias políticas y sociales es aún demasiado pequeña. Durante mucho tiempo, reconstruir en la gran pantalla cualquier aspecto sobre ello significaba ponerse en el punto de mira, meter el dedo en la llaga sobre uno de los aspectos más oscuros para este país desde la Guerra Civil.

En 2015, Imanol Uribe, uno de los cineastas que más se ha interesado por abordar la realidad vasca y el terrorismo de ETA, estrenaba la película Lejos del Mar, disponible en el catálogo de RTVE Play. Considerada el cierre de la trilogía que comenzó con La muerte de Mikel, en esta cinta cuenta la historia de redención de un etarra. Santi sale de la cárcel y viaja al sur para visitar a Emilio, un antiguo compañero de celda que está enfermo, pero la casualidad hace que tropiece con Marina, la médico que atiende a su amigo. Entremezclando el drama y la intriga, la cinta avanza gracias a las dos grandes interpretaciones de Eduard Fernández y Elena Anaya y tuvo una buena acogida.

Primeros retratos de ETA en el cine español: Imanol Uribe

Operación Ogro, de 1979, fue la primera película sobre la banda terrorista. Una producción italoespañola, dirigida por Gillo Pontecervo, que narraba el atentado que ETA llevó a cabo el 20 de diciembre de 1973, en el que murió Luis Carrero Blanco, designado presidente del Gobierno por Franco unos meses antes. Aquel mismo año, Imanol Uribe, el director que más películas y esfuerzos ha dedicado a retratar la estela del fenómeno terrorista, estrenaba El proceso de Burgos, una película en clave documental que recogía los testimonios de los 16 etarras que fueron condenados a nueve penas de muerte y a más de 500 años de cárcel en un consejo militar en 1970.

También de Uribe son la cinta Fuga de Segovia (1981), que reconstruía las peripecias que llevaron a cabo varios presos, militantes de ETA, durante una fuga de la cárcel en 1976 y Días contados (1994), un thriller pasional en el que el protagonista (Carmelo Gómez) es un etarra. La cinta cuenta con uno de los repartos más brillantes del celuloide patrio -Javier Bardem, Carmelo Gómez, Karra Elejalde o Candela Peña, entre otros- fue nominado en 19 categorías, de las cuales se hizo con ocho.

Se amplía la mirada: Yoyes (2000)

A partir de los 2000, muchas de ellas comienzan a trascender el círculo puramente terrorista y amplían su mirada a Euskadi y a la identidad vasca. Entre ellas destacan, El viaje de Arián (2001), de Eduard Boch, La voz de su amo (2001), de Emilio Martínez Lázaro, o La soledad (2007) y Un tiro en la cabeza (2008), de Jaime Rosales.

 

Una de las más destacadas de aquella época es Yoyes (2000), de Helena Taberna, que puede situarse en un extremo de la historia. En ella se cuentan los últimos días de vida de la histórica dirigente Dolores González Catarain, -a la que da vida en la película Ana Torrent-, asesinada por la propia banda cuando decidió abandonar la lucha armada y reinsertarse en la sociedad.

En el lado opuesto pueden situarse Lobo (2004), de Miguel Courtois, inspirada en un confidente de la policía que se infiltró en las filas de ETA y se ganó la confianza de algunos de sus principales dirigentes, propiciaste el desmantelamiento de buena parte de las estructuras de la banda terrorista.

También encaja en este otro lado de la balanza Todos estamos invitados (2008), en la que Manuel Gutiérrez Aragón se atrevió a retratar el miedo de los amenazados en el País Vasco. Por aquel entonces, ETA aún mataba. Aquel mismo año, la banda acabó con la vida de cuatro personas. En Todos estamos invitados, José Coronado interpreta a un profesor de universidad, amenazado por el entorno terrorista por decir en voz alta lo que piensa. Una síntesis de un sinfín de caras públicas que acabaron perdiendo la vida en atentados, ejecuciones y que vivieron bajo amenaza.

La película invita a compartir esa sensación angustiosa, inevitablemente paranoica e inhumana de una persona que es perseguida, observada y que en cualquier momento puede ser asesinada. En los últimos años, obras de ficción como Patria, adaptación a la pequeña pantalla del éxito de Fernando Aramburu; la serie La línea invisible o Fe de etarras (2017), en la que Borja Cobeaga abre un hueco al humor como tratamiento crítico contra la violencia, han ampliado la mirada sobre conflicto vasco.

Y entonces llego... Maixabel

En 2021, Maixabel, la película con la que Icíar Bollaín logró tres premios Goya, puso el foco en muchos de los aspectos abordados por Uribe y Taberna, pero avanzaba en el perdón, ahondando en las dificultades que atraviesa la sociedad vasca para asimilar uno de los periodos más violentos de su historia reciente. A través de la historia de Maixabel Lasa, la primera víctima de ETA que se sentó a hablar con los asesinos de su marido, el socialista Juan Mari Jauregi, Bollaín abordar el fenómeno del terrorismo en Euskadi desde una mirada diferente en el cine español. Una cinta que sirve para romper tabúes y silencios alrededor de una de las etapas más traumáticas de la democracia española y amplia el campo de visión entre víctimas y verdugos.

Un cambio de perspectiva que es consecuencia del paso del tiempo y, especialmente, de la disolución definitiva de ETA. “Ahora que no matan no es peligroso hablar de esto, pero antes hacer una película sobre esto era muy comprometido”, contaba Bollaín en Días de Cine.

Maixabel, película participada por RTVE, se sumaba a la línea de esas películas que pone sobre la mesa un tema nunca antes abordado con tanta verdad: el del perdón y la recreación de los llamados encuentros restaurativos entre víctimas de ETA y terroristas arrepentidos de la llamada Vía Nanclares. Una cinta que comparte con sus antecesoras esa necesidad de analizar, imaginar o tratar de comprender las razones y los comportamientos de aquellos que, por decisión propia, por debilidad o por la presión del entorno, participaron en alguna actividad o mataron en nombre de ETA.

Opinión:

Para empezar, felicitar a los responsables de la noticia por el excelente resumen de la historia del cine en relación al terrorismo, especialmente de la banda terrorista ETA.

Pero siempre se puede mejorar. Y es aquí cuando muchas víctimas no entendemos las razones que pueden haber para que, todavía 36 años después, no se haya hecho nada relacionado con el conocido como mayor atentado en la historia de ETA (si no mencionamos lo sucedido en el Hotel “Corona de Aragón”).

Me refiero al atentado en los almacenes “Hipercor”, propiedad de El Corte Inglés… ¿aunque quizás esa podría ser, precisamente, la razón para no haber hecho nada?

Y ya, de paso, podría servir también para que se conociera quien es quien en el listado de “víctimas” del atentado. Ha llegado el momento de empezar a poner las cartas sobre la mesa… quizás algunos perderían las ventajas que han obtenido por utilizar el daño ajeno en propio beneficio. Pruebas no faltan.

Venga va, ¿alguien se atreve?

 

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