martes, 18 de noviembre de 2014

17 noviembre 2014 (2) ABC Sevilla (opinión)

17 noviembre 2014




Los olvidados
Isabel san Sebastián






Ahora que triunfa también en Cataluña el proyecto de ruptura de ETA, hay que escuchar más que nunca a las víctimas.

LA Asociación de Víctimas del Terrorismo, esa AVT que este diario contribuyó a sostener con una cuestación en la que sus lectores dieron una lección de dignidad al Ministerio de Asuntos Sociales de la época, celebró la semana pasada en Madrid unas jornadas dedicadas a trazar «el relato del terrorismo en España». Unas jornadas indispensables en esta España ingrata y voluntariamente amnésica, que aspira a pasar esta página siniestra de nuestra historia reciente de la manera más rápida posible, sin hacer la lectura correspondiente ni aprender por tanto nada de ella. Unas jornadas que acogió la Universidad Francisco de Vitoria, cuyo compromiso con la memoria y la necesidad de trasladar el legado de lo sufrido a los más jóvenes resulta tan raro como encomiable en este océano de mezquindad.

Ahora que resuenan con fuerza en todas las televisiones las proclamas de esos apóstoles de la «democracia real» que jamás movieron un dedo ni se arriesgaron a nada por defender la democracia, sin apellidos, bajo cuyo paraguas viven y medran. Ahora que en el País Vasco, y no solo allí, cobra una fuerza creciente la versión falsaria, equidistante y perversa de un «conflicto político» entre iguales, en el que ambas partes cometieron similares excesos. Ahora que la serpiente ha cambiado la pistola y la goma dos por la vara de alcalde o el escaño y vive confortablemente instalada en las instituciones. Ahora que triunfa también en Cataluña, bajo el eufemísmo de «derecho a decidir», el proyecto de ruptura por el cual ETA asesinó a sangre fría a más de ochocientas personas inocentes, trescientas de las cuales todavía están esperando a que el Estado al que sirvieron se tome la molestia de hacerles justicia. Ahora, más que nunca, es preciso escuchar el relato de lo sucedido en las voces de quienes lo escribieron con su sangre.

Las víctimas del terrorismo fueron nuestros héroes y heroínas en el breve espacio de tiempo durante el cual España mantuvo la determinación de plantar cara al terror hasta lograr una derrota incondicional de la banda asesina. A lo largo de las dos décadas precedentes habían sido pruebas de cargo del fracaso de los sucesivos gobiernos (UCD, PSOE) en su intento de integrar al separatismo vasco armado en el juego democrático. Testigos incómodos que era preferible ocultar. Vino luego un breve paréntesis de reconocimiento y respaldo; una sucesión de homenajes públicos y manifestaciones masivas, bajo el lema «no estáis solos», en los que políticos y periodistas se daban bofetadas por salir en la foto junto a los mismos símbolos de resistencia que ahora, merced a un cambalache mal llamado «proceso de paz», se han tornado trastos viejos arrumbados en un sótano a fin de que no agiten nuestras conciencias con sus miradas interrogantes. España ya no necesita héroes ni heroinas. No los quiere. La heroicidad es una actitud inútil y hasta ofensiva en una sociedad que, en aras de la tranquilidad, rinde homenaje a la cobardía y convive con la humillación de contemplar a Bolinaga pasearse por las calles como adalid de la impunidad.

Cuando en 2003 publiqué «Los Años de Plomo (memoria en carne viva de las víctimas)», se lo dediqué a «los olvidados», a tantos caídos anónimos cuyas familias habían padecido, tras el desgarro, la tortura añadida del silencio y la vergüenza. Decía yo en el prólogo de ese libro de entrevistas: «Fueron para esas personas tiempos de soledad e injusticia en los que los depredadores etarras ocuparon los desvelos de los responsables políticos y los escaparates mediáticos, mientras sus presas eran relegadas a los desvanes más inhóspitos de una sociedad que prefería volver la vista hacia otro lado.» Nunca pensé que en 2014 tendrían plena vigencia esas palabras, escritas desde la tristeza aunque con esperanza. ¿Cómo sospechar entonces que apenas una década después cometeríamos la vileza de volverlas a olvidar?


Opinión:

“Ahora que triunfa también en Cataluña el proyecto de ruptura de ETA, hay que escuchar más que nunca a las víctimas”, así empieza el artículo de Isabel san Sebastián en el diario ABC edición Sevilla.
Lo que son las cosas, publicando en la edición andaluza uno se entera en Cataluña de las opiniones de tan insigne escritora… porque el mundo es un pañuelo y la información va más deprisa de lo que algunas puedan sospechar.
Empezaré por decirle a esta señora que le agradezco el tendencioso artículo que ha publicado porque así me ha permitido desempolvar recuerdos y agendas y tener el argumento moral para decir públicamente que el uso que realiza del dolor ajeno es “pa’ nota”.

“Ahora que triunfa también en Cataluña el proyecto de ruptura de ETA”… vaya frasecita…. Que yo sepa, lo único que ha hecho “eta” (en minúsculas, señora san Sebastián) ha sido causar casi sesenta víctimas mortales y cientos de heridos, entre los que por desgracia me incluyo, especialmente en el sector de “inválidos a consecuencia de atentado terrorista”. Señora san Sebastián, no es necesario que le de Usted mas importancia a “eta” de la que desgraciadamente tiene arrogándole un proyecto de ruptura en Cataluña, porque Cataluña fue lo suficientemente inteligente para no dar cabida ni a “eta” ni a lo que fue en su momento otra banda terrorista como “Terra Lliure”, lo mas parecido a una “eta a la catalana”. Es de todos sabido que a “eta” le importa una mierda Cataluña y los catalanes. ¿Por qué sino causó atentados dirigidos contra población civil como los de “Hipercor” o el de “Empetrol” en mi tierra en lugar de hacerlo en su por Usted queridísimo País Vasco?

“Escuchar mas que nunca a las víctimas”… con esta frase demuestra un enorme desconocimiento de la realidad social del mundo de víctimas del terrorismo porque si Usted hubiera escuchado a “las” víctimas residentes en Cataluña habría descubierto que existe una gran pluralidad ideológica. Y señora san Sebastián, como creo que su ignorancia es atrevida y no debe ser Usted una de las mas del centenar de entradas en la noticia, le recomiendo tenga a bien consultar la que encontrará en mi blog “eltrasteroazul.blogspot.com” a fecha 16 agosto de 2014 publicada por Interviú. Seguramente le sorprenderá la palabra “pluralidad”, pero es que me da la impresión de que Usted solo conoce Cataluña por referencias.

Por eso, porque solo me consta que haya estado en mi tierra una vez… Usted menciona su libro “Los años de plomo” y por eso he mencionado el tema de las agendas, porque un jueves 19 de junio de 2003 (hace mas de 11 años) Usted presentó ese mismo libro en Barcelona, concretamente en el “Principal Tragaluz” de la calle Provenza 286 a las 13 horas. ¿Fue una casualidad que lo presentara el mismo día y a la misma hora en que las víctimas del atentado de Hipercor teníamos una rueda de prensa convocada?
Quizás Usted no sabía que el 19 de junio era, justamente, el aniversario del atentado. O a lo mejor lo hizo por esa misma razón… Como una muestra mas de su “interes” en “las” víctimas del terrorismo, le recuerdo que mucho tiempo antes de ese 19 de junio de 2003 me llamó Usted para que le ayudara a localizar a ciertas víctimas, para que le hiciera la función de “contacto y de filtro previo” (eso me dijo Usted, no lo digo yo). Realicé esa labor para colaborar en un libro que debía dar la voz a víctimas anónimas pero… vaya por Dios… Usted no tuvo ni la deferencia de avisarme de la presentación del libro en el que contó con mi colaboración. Por suerte, otros periodistas mucho mas íntegros, me avisaron del evento y allí estuve junto a otras dos grandes mujeres de las que, ahora, obviaré el nombre pero que salieron de aquella “presentación” mucho mas decepcionadas con Usted y con su comportamiento de lo que pude salir yo.

No quiero extenderme, y del uso político con el terrorismo ya no voy ni a opinar. Solo quiero dejar constancia en esta opinión de que a muchos de esos “caídos anónimos” que Usted menciona no les hace falta que Usted opine por ellos y ellas… Seamos sinceros Señora san Sebastián: ¿a cuántos conoce Usted? Es mas, por la parte que desgraciadamente me corresponde… ¿puede darme datos de en qué lugar se manifestó Usted en 1987 contra el atentado en “Hipercor”?

En cuanto a la historia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo tampoco tiene que dar lecciones a nadie… estuve como delegado en Cataluña en la misma desde 1989 hasta 2002 y no me consta que Usted se preocupara, por propia iniciativa, en conocer la realidad de una sola víctima residente en ese “peligroso” rincón al noreste de España llamado Cataluña.

Señora Isabel san Sebastián, le ruego que a partir de ahora, cuando hable de “las” víctimas del terrorismo añada la coletilla “excepto Roberto Manrique”. Se lo digo porque yo no me siento olvidado por nadie, entre otras cosas porque junto a otras víctimas del terrorismo colaboré en gran medida para conseguir la Ley32/1999.


Otra cosa es que haya quien no quiera olvidar el uso partidista de algún que otros sector de víctimas del terrorismo. Pero a mi ese juego nunca me ha gustado jugarlo.

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