lunes, 28 de enero de 2019

24 enero 2019 ABC (opinión)

24 enero 2019 



El canalla en libertad, Ordóñez en el cementerio


Javier Ordóñez tenía catorce meses cuando Valentín Lasarte entró en el restaurante «La Cepa», en el casco viejo de San Sebastián, y le descerrajó un tiro en la cabeza a su padre, Gregorio Ordóñez. Por entonces, Mikel Albisu, apodado «Antza», ocupaba la dirección de la banda etarra, a la que había accedido tras la desarticulación de la cúpula que se escondía en Bidart… ¿Qué ha sido de ellos?
Han pasado 24 años de aquel asesinato y una de esas crueles casualidades de la vida (y de la muerte) quiso que Antza quedase ayer en libertad tras cumplir solo 14 años de prisión en Francia, una condena ridículamente corta si tenemos en cuenta que desde que él llegara a la dirección de la banda hasta su detención ETA mató a 109 personas.
Es un disparatado recontradios que con semejante historial ahora mismo la Justicia no tenga abierto ningún procedimiento penal contra quien dirigió la estrategia etarra desde 1993, es decir que España no tenga ninguna cuenta pendiente más con quien marcaba la hoja de ruta de los distintos grupos criminales que asesinaron a esas 109 personas. Cuando Albisu fue apresado en Francia se intervinieron 1.200 kilos de amonal y cloratita y centenares de pistolas y fusiles.
Sigamos. Cuatro años lleva ya en la calle Valentín Lasarte, la otra hiena de esta historia, que además de matar a Ordóñez aquel triste día de enero participó activamente, antes y después, en otros siete asesinatos, los de José Antonio Santamaría, José Manuel Olarte, Enrique Nieto, Alfonso Morcillo, Mariano de Juan y Fernando Múgica, bien apretando el gatillo (y siempre por la espalda, como hacen los cobardes) bien conduciendo o escoltando a los verdugos que dispararon.
Diecinueve años pasó en prisión de los 370 a los que fue condenado en las distintas sentencias. El canalla de Lasarte se acogió a la vía del supuesto arrepentimiento para salir antes de la cárcel pero desde que goza de libertad no ha aportado un solo dato para el esclarecimiento de los crímenes etarras que aún quedan por resolver. Ni uno. Así de «arrepentidos» los quiere ETA.

Opinión:

Ciertamente, el titular de la noticia es impactante. Y sí, es cierto, la víctima Gregorio Ordóñez está en el cementerio mientras los canallas (o mejor dicho, los asesinos etarras) que cometieron su atentado, están en la calle.
Pero hay que ser sinceros y llamar a las cosas por su nombre. Del mismo modo que he llamado “asesinos etarras” a los que cometieron el atentado, también hay que denunciar clara y rotundamente la DESinformación que se adivina tras el titular.
El señor Alvaro Martínez olvida, espero que no de modo voluntario, que el hecho de que los autores del atentado puedan estar en libertad paseando por la calle se debe al Código penal franquista de 1973.
Señor Martínez, si lo desea, espero que sea tan amable de contestarme a estas sencillas preguntas:
1)    ¿Por qué no se va al Valle de los Caídos y le pregunta al allí enterrado por qué se aprobó un Código penal como aquel de 1973?
2)    ¿Por qué hay quien se empecina en esconder que los atentados anteriores al año 1995 se juzgaban bajo la legislación de aquel Código penal franquista?
3)    ¿Por qué no se puede ni entrever en su artículo una mínima denuncia o una mínima mención al Código Penal que se aprobó bajo el mandato del dictador?
4)    ¿Por qué no se atreve ni siquiera a mencionarlo, en una muestra de DESinformación que, ojalá que no, parece tan voluntaria?
5)    ¿Cuántos terroristas y otros delincuentes están saliendo de prisión gracias a un Código Penal franquista que es más benevolente que el modificado en 1995 durante el Gobierno del PSOE?

Sí, ya se que eso podrían contestarlo algunas víctimas o algunas asociaciones o colectivos de víctimas pero, sinceramente, no les veo con el interés de explicar la puñetera verdad que, nos guste o no, es la que es…  estos asesinos están en la calle GRACIAS AL CODIGO PENAL FRANQUISTA.

Señor Martinez ¿estuvo usted en algunas de las mesas en 1995 en las que se recogían firmas “a favor del cumplimento íntegro de las condenas impuestas a los terroristas”? Por mi parte, coordiné las mesas en toda Catalunya hasta conseguir mas de 100.000 firmas solo en mi tierra… ¿estaba usted entonces aportando su firma en alguna mesa de cualquier rincón de España? ¿Dónde estaban muchas de esas víctimas y familiares que se llenan la boca hablando de lo que no hicieron?

Lecciones las justas, pero de Usted, ninguna.

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