08 noviembre 2020
La hora de una verdad a medias para las víctimas del ataque yihadista en Barcelona y Cambrils
La lista de afectados supera los 169, aunque aún no se puede dar por definitiva
Los tres acusados se enfrentan a penas de entre 8 y 41 años de cárcel
El imán de Ripoll fue el líder de la célula y quien les adoctrinó
Hay tantas maneras de gestionar el dolor tras una pérdida por terrorismo como víctimas de los zarpazos del odio. Los ataques del 16 y 17 de agosto del 2017 en Alcanar, Barcelona, Esplugues y Cambrils se saldaron oficialmente con 16 asesinatos y una lista de víctimas que, a las puertas del juicio, sigue sin estar consensuada, aunque supera las 169 personas. Tres años después y tras una instrucción desarrollada en tiempo récord llega la hora de la verdad, un juicio que debe reparar moralmente a las víctimas, aunque algunas de ellas sostienen que se ha perdido la oportunidad de conocer el relato completo de lo que pasó.
La convulsión política y judicial que llegó inmediatamente después de los atentados situó a la investigación en un segundo plano de la actualidad. Los acontecimientos de aquellos meses de octubre y noviembre del 2017 negó a supervivientes y familiares de los asesinados los homenajes y reconocimientos que merecían. La radical politización de todo lo que ocurrió en Catalunya aquellos días contaminó las reivindicaciones de un grupo de víctimas que a día de hoy siguen exigiendo ir hasta el final para saber el conocimiento que podían tener los servicios secretos del Estado de la actividad del imán Abdelbaki es-Satty. Tanto ruido provocó que algunas familias se desentendieran desde el primer momento, en un afán de pasar página y seguir adelante.
En ese contexto se entiende que varias de las familias de las 16 víctimas mortales no tengan representación legal en el juicio. Y no se trata solo de extranjeros. Las familias de los asesinados Pau Pérez o Paco López, entre otras, sólo contarán con el paraguas común de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
El trabajo a contracorriente de la Unidad de Atención y Valoración de Afectados por el Terrorismo (Uavat) permitió hacer un listado de 217 personas no contempladas oficialmente como víctimas. Al final, la Audiencia Nacional solo ha permitido personarse a 73 con la Asociación de Víctimas 11-M.
Del dolor, del vacío y del miedo que a día de hoy sufren las personas que estuvieron en los escenarios de los ataques o los familiares de los asesinados, se escribió mucho los primeros días y se ha ido recordando con pocas palabras y mucha prudencia en cada aniversario.
En estos tres años se ha escuchado con especial nitidez el lamento a veces desesperado de Javier, el padre del pequeño Xavi Martínez, de 3 años y asesinado en la Rambla. Un padre que simboliza la lucha contra los silencios del relato y que lleva colgada en la solapa unas alas de ángel que representan la inocencia de su querido y añorado hijo.
Opinión:
Aprovecho la frase “sólo contarán con el paraguas común de la Fiscalía de la Audiencia Nacional”, para poner sobre la mesa una situación de la que no se ha hablado demasiado.
Tiene relación con el hecho de que, según nuestros estudios una vez cotejados los datos entre Ministerio de Interior y Ministerio de Justicia, pueden haber mas de cien victimas de los atentados que figuran en el Auto de Procesamiento de octubre de 2018 que estarán representados únicamente por la Fiscalia del Estado.
Entiendo que es a única representación coarta los derechos de las victimas por no permitirles optar a otro criterio que pudiera estar mas acorde a sus impresiones y así tener que conformarse con lo que Fiscalia decida para ellos… y eso dando por hecho que hayan sido localizados para tener la máxima información.
Que es mucho suponer…
Sea como sea, la colaboración absoluta entre los compañeros de la Asociación de Víctimas 11-M y la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por Terrorismo (UAVAT) continuara para asegurar la defensa de los derechos de todas las victimas a las que representamos y también de las que nos han pedido que les ayudemos después de enterarse que sus abogados no se han personado.
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