lunes, 7 de enero de 2013

30 diciembre 2012 El Periódico de Catalunya (opinion)

30 diciembre 2012

 

Rosa Jové: "Un coche de dos euros ilusiona si se viste de magia"

Esta psicóloga infantil que asistió a víctimas de la tragedia de Bisecas y del atentado del 11-M sabe más de niños que los Reyes Magos

Antes de todo, ¿qué regala una psicóloga infantil a sus hijos estos días?
Nada.

¿Nada de nada?
Tiene un por qué. Mi marido y yo venimos de familias numerosas. Así que unas 30 personas esperan a que llegue Reyes para hacerles regalos.

Los excesos son malos.
Los excesos colapsan, aunque el efecto se desvanece. En todas las culturas hay fiestas en las que se hacen regalos a los niños. El problema no está en ellos, sino en los adultos. Cuando el niño pide un tren y no sabe si vale tres euros o 3.000.

Móviles, ordenadores y consolas. ¿Regalos envenenados?
Hace 500 años, Cervantes escribió sobre un hidalgo que enloqueció por leer demasiados libros. En aquel tiempo nadie leía y pensaban que el abuso de lectura llevaba a la locura. Dentro de 500 años se reirán de nosotros por creer abusivo el uso de ordenadores y móviles. Estudios demuestran que los adolescentes son hoy más solidarios y más empáticos.

Este año habrá otros niños que tengan poco. ¿Cómo enfocar eso?
Un niño es capaz de ilusionarse con un cochecito de dos euros. Es cuestión de empaquetarlo bonito y vestirlo con una historia mágica bien explicada.

Usted sabe explicar. Es una pionera de la psicología en emergencias.
En agosto de 1996, cuando sucedió la tragedia de Biescas, me llamaron para asistir a los niños. Los heridos estaban en el hospital y a mí me tocó el reconocimiento de cadáveres en el tanatorio que montaron en la pista de hielo de Jaca. Tuve que enseñar a los familiares cómo debían explicar a los niños la muerte de un padre, de una madre, de un primo.

¿Y eso cómo se hace?
Se lo tiene que comunicar alguien muy próximo --un abuelo, una tía-- y en un entorno conocido como su habitación o el salón de su casa. Luego, con una frase corta, sin culpar a nadie, hay que transmitir toda la verdad soportable. Los menores, ante eso, o se emocionan o comienzan a preguntar. En el primer caso hay que acoger la emoción y en el segundo dar respuestas. Después hay que darle una agenda de vida. Lo principal es que se sientan seguros.

Biescas debió de permanecer en su retina mucho tiempo.
Recuerdo aquella blanquísima pista de hielo, con las 87 camillas alineadas, tapadas con sábanas blancas. Era la belleza del horror. A ver muertos te habitúas, pero nunca te acostumbras al sufrimiento de las personas.

Eso noquea al más duro.
En el momento de la emergencia priorizas el trabajo. Es al marchar cuando te da el bajón. Necesitas el debriefing, que es una sesión para sacar todo lo que tienes dentro. Un reset.

Sin embargo, no se quedó en aquella experiencia.
Vimos la importancia de dar bien una mala noticia a las víctimas. Empezamos a buscar psicólogos que supieran lidiar con emergencias y en el 2000 creamos un grupo de una decena de expertos. En el 2004 sucedió el atentado del 11-M en Madrid.

Y para allá se fue.
Sí. Para entonces yo ya había trabajado con víctimas del terrorismo y llevaba unas 50 intervenciones de emergencia, como un camión de bomberos que explotó en la autopista, la muerte de dos niños en un incendio en Balaguer… El día siguiente del atentado, viajamos a Madrid cinco especialistas.

Otro escenario dantesco.
Nos encargamos del reconocimiento de objetos con las familias. Había mochilas, zapatos, abrigos, paquetes... A veces impacta más ver un zapatito de niño manchado de sangre que ver a un muerto.

Es usted una mujer de titanio.
No. Solo hay que saber cuál es tu límite e intentar no traspasarlo. Todos lo tenemos. Yo no puedo ver niños muertos. Creo que la mía es una profesión para hacer salud. Encaminar bien un duelo hace que la persona tenga menos estrés postraumático, evite la depresión y lo supere con mayor facilidad.




Opinión:

Es un honor que algunas de las personas con las que tengo el placer de colaborar y trabajar vean reconocida su valía cuando algún medio de comunicación les localiza para hacer pública su labor. En este caso, el de Rosa Jové. Podéis consultar la información en este mismo blog del día 18 de diciembre pasado en el que aparece la presentación de su libro “Estado de shock” en el que tuve el privilegio de escribir el prólogo.
Y desde estas líneas agradezco a Nuria Navarro la labor de búsqueda que realiza para presentar estas entrevistas tan completas y de calado tan social.


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