14
agosto 2025
Director de Gogora pide no meter en el mismo saco
a Txiki y Otaegi, y a antifranquistas que lucharon por la democracia
Muestra su preocupación por que, en las reclamaciones por los
presos, se omita que ETA "asesinó, extorsionó y utilizó la violencia"
El director de Gogora-Instituto de la Memoria,
la Convivencia y los Derechos Humanos, Alberto Alonso, ha pedido este miércoles
que "no se meta en el mismo saco" a los miembros de ETA Jon Paredes
Manot 'Txiki' y Ángel Otaegi, ejecutados en el franquismo, y a los miles de
antifranquistas que trabajaron por la democracia. "Una cosa es
reconocerles su condición de víctimas franquistas y otra es el homenaje", ha
precisado, para recordar que estos utilizaron "la violencia, el miedo y el
terror".
Alonso ha realizado estas declaraciones a
Europa Press, después de que en las fiestas de pueblos y ciudades de Euskadi se
estén exhibiendo carteles y pancartas de Txiki y Otaegi y de que ayer Sortu
reclamara al Ayuntamiento de Zarautz "reconocimiento institucional" a
ambos, como "luchadores vascos" contra la dictadura franquista.
Simpatizantes de la izquierda abertzale desplegaron este martes en la localidad
guipuzcoana una lona de grandes dimensiones con imágenes de estos miembros de
ETA.
El director de Gogora ha recordado que Txiki y
Otaegi, fusilados en la última época del franquismo junto a tres miembros del
FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), "por supuesto, son
víctimas del franquismo, de un régimen dictatorial que decidió juzgarlos por un
procedimiento militar sumarísimo, sin ningún tipo de garantía judicial".
"No tuvieron un juicio justo, no tuvieron ningún tipo de garantía
jurídica y fueron condenados a muerte de una forma arbitraria y
fusilados", ha indicado.
Tal como ha apuntado, "eso les convierte
en víctimas del franquismo, y hay que reconocérselo", pero ha afirmado
que, "de ahí a decir que son uchadores por la libertad y contra la
dictadura, va un paso gigantesco". "Porque luchaban contra la
dictadura, pero utilizando las mismas herramientas que utilizó la dictadura,
que era la violencia, el terror y el miedo", ha precisado.
Por ello, ha rechazado los intentos de
"blanquear la existencia de una ETA buena y una posterior una ETA
mala". En este sentido, ha subrayado que en 1974, el año anterior al
fusilamiento ETA había puesto una bomba en la cafetería Rolando (Madrid) y
había asesinado a 13 personas y herido a más de medio centenar, "de la
forma más cruel". "ETA fue una banda terrorista desde el primer
momento y su opción fue crear e imponer el terror", ha manifestado.
Alberto Alonso ha dicho que, si se pretende
defender que "fueron luchadores antifranquistas, ¡cuidado!, porque no
todos los luchadores antifranquistas tienen por qué merecer un homenaje".
"Hubo luchadores antifranquistas que utilizaron las mismas
herramientas de miedo y violencia que el franquismo para enfrentarse a Franco
Ni Txiki ni Otaegi querían una sociedad democrática después de Franco, querían
imponer su propia visión de Euskadi, su propio proyecto como alternativa al
franquista", ha sostenido.
Por ello, ha pedido que no se "meta en el
mismo saco a Txiki y a Otaegi, y a los cientos y miles de militantes de
partidos que exigían y reivindicaban la llegada de una democracia a este
país". "No confundamos", ha insistido.
Carteles
y pancartas en fiestas
Alonso
ha señalado que, para dar "una respuesta más dimensionada", a la
colocación de pancartas y carteles con imágenes de presos de ETA y reclamaciones de la "vuelta a casa" en las
fiestas de Euskadi, le gustaría analizar si la tendencia decreciente que se
había experimentado hasta ahora, torna a un aumento de estas exhibiciones
públicas, como "teme".
En todo caso, ha señalado que "cada uno de estos
carteles y pintadas merece la absoluta crítica o rechazo por parte de toda la
ciudadanía". También ha mostrado su preocupación por "la ausencia de
contexto" a la hora de realizar estas reivindicaciones sobre los reclusos.
"Se habla de presos, pero no se explica por qué están
presos, o utilizan el argumento que usó ETA para asesinar, extorsionar o
recurrir a la violencia, con términos como que eran luchadores a favor de un
'pueblo oprimido, doliente', liberarlo", ha censurado.
El director de Gogora ha destacado que, "más allá de esa
causa" que alegan, "se les olvida decir que en realidad lo que
hicieron fue asesinar, extorsionar, utilizar unilateralmente la violencia,
intentar coaccionar a toda la sociedad vasca a través del temor e intentar imponer
su proyecto por medio del miedo".
En este sentido, ha puntualizado que "no
están presos por sus ideas o por sus compromisos, que todo el mundo tiene
derecho a tener". "Nadie puede usar la violencia para conseguirlos, y
es lo que esta gente hizo y por eso están en la cárcel. Lo que me da
miedo es que una vez más se está eliminando una parte de esa historia", ha
manifestado.
Alberto Alonso ha advertido que se intenta
proyectar "mucha épica, mucho romanticismo, pero con un gran ausente, el
reconocimiento de que esa gente generó muchísimo daño".
Respecto a las declaraciones de Sare, que ha
asegurado que sus reclamaciones de los derechos de los presos y su petición de
"vuelta a casa" son "legítimas", Alonso ha admitido que
"políticamente todo el mundo tiene derecho a hacer sus peticiones dentro
de lo constitucional, pero no pueden hacer trampas" porque una cosa es
"la dimensión política y otra cosa es la dimensión moral". "Sare
tampoco explica por qué están presos", ha añadido.
El director del Instituto de la Memoria ha
preguntado si alguien se imaginaría que "la extrema derecha, que está en
contra de los avances de la igualdad de mujer, reivindicara sacar a todos los
maltratadores que están en la cárcel por violencia de género".
"Estamos hablando de lo mismo. Estamos
hablando de que hay una gente que puede estar de acuerdo o no de acuerdo con
los fines que perseguía esta gente, pero lo que no podemos olvidar es que, para
la consecución de esos fines, utilizaron la violencia", ha manifestado.
Por ello, ha declarado que se debe cumplir la
ley y las sentencias, y luego, "cada uno de ellos individualmente puede
realizar su tránsito dentro del ordenamiento jurídico penitenciario" para
progresar de grado. "Muchos de ellos llevan los años que llevan porque han
decidido no arrepentirse ni mover un solo dedo. Si ya han decidido que se
mantienen en lo mismo que el día que apretaran el gatillo tendrán que estar en
la cárcel hasta el día que la ley determine", ha subrayado.
En este sentido, ha destacado que hay presos que
han accedido al tercer grado penitenciario porque "reconocen el daño
causado, se arrepienten de lo hecho y admiten que aquello estuvo mal".
Opinión:
Al 100% de acuerdo con las opiniones del director de Gogora-Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Alberto Alonso.
Nada más que añadir.

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