martes, 9 de octubre de 2018

06 octubre 2018 Diario Vasco (opinión)

06 octubre 2018 



Currin disuelve su grupo mediador y finaliza su labor en Euskadi tras del fin de ETA

El abogado sudafricano, el facilitador más implicado en el caso vasco, anuncia a los partidos el final de su trayectoria de diez años

El grupo mediador del sudafricano Brian Currin se disolverá en los próximos días tras dar por finiquitada una década de trabajo en Euskadi para promover un proceso de paz. La disolución definitiva el pasado mayo de ETA ha provocado que el llamado Grupo Internacional de Contacto (GIC) se haya quedado sin tarea en el País Vasco, por lo que ha decidido poner fin a su trayectoria. Currin y sus compañeros han anunciado ya a los partidos vascos su decisión, según fuentes de las formaciones políticas.
El abogado de Pretoria, de 68 años, ha sido quizás el principal mediador extranjero en el proceso de final de ETA. Fue tanteado por vez primera en 2007 por el entonces consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), que tuvo ocasión de hablar con él en un viaje oficial en 2007 a Sudáfrica y conocer su trabajo en el conflicto del apartheid. No obstante, se empezó a hablar de su figura en Euskadi en 2009, cuando aparece para respaldar el debate interno en la izquierda abertzale que desembocó en el cambio de estrategia en favor de vías exclusivamente pacíficas. Primero dio cobertura internacional a la apuesta del entonces mundo de Batasuna para abrazar las vías solo políticas. Posteriormente impulsó la Declaración de Bruselas en marzo de 2010, junto a cuatro premios Nobel de la Paz, que pedía a ETA una tregua supervisada internacionalmente. Aquel pronunciamiento supuso un colchón para que la banda decretara un alto el fuego meses después.
La senda siguió con la organización de la conferencia de Aiete que sirvió de pista de aterrizaje para el cese definitivo de la actividad armada en octubre de 2011. Posteriormente, continuó con viajes periódicos a Euskadi y reuniones con todos los partidos, salvo el PP, que le acusó de ser «parte» de la izquierda abertzale. Los socialistas vascos también se mostraron recelosos con él aunque en los últimos tiempos han accedido a reunirse. Entre sus grandes apoyos en Euskadi estuvo el exportavoz de la red Lokarri, Paul Ríos.
En la recta final de ETA, Currin también participó en la organización de los actos que dieron cobertura internacional a la disolución de la banda. Hace un año, el mediador sudafricano señaló a este periódico que una vez se cerrara el capítulo de la existencia de la banda, consideraría que «mi trabajo está terminado». Dejó abierta la puerta a «volver para ayudar» en cuestiones como el futuro de los presos, pero en principio entiende que ese ámbito está ya fuera de la mediación internacional ejercida en esta década y da por disuelto el grupo.

Compañeros de viaje

Él ha sido la imagen y el alma del Grupo Internacional de Contacto que presentó en Bilbao en febrero de 2011 junto al exjefe de la Interpol Raymond Kendall (Gran Bretaña), la baronesa Nuala O'Loan (Irlanda), el periodista y profesor Pierre Hazan (Suiza), la asesora europea Silvia Casale (Gran Bretaña) y el asesor del exministro israelí Shlomo Ben Ami, Alberto Spektorowski (Uruguay-Israel). Este último y Kendall han sido sus dos grandes compañeros de viaje.
La labor de Currin ha estado acompañada en paralelo por otros grupos, que también han cerrado ya su etapa en Euskadi, como la Comisión Internacional de Verificación de Ram Manikkalingam o la agencia del británico Jonathan Powell, el facilitador al más alto nivel que ha participado en el caso vasco y determinante para organizar en 2011 la conferencia de Aiete con dirigentes de la talla del recientemente fallecido Kofi Annan, exsecretario general de la ONU. El costoso proceso de desarme fue quizás el peor momento de Currin, que incluso acabó en 2014 siendo interrogado por la Policía francesa en la comisaría de Baiona.
La última aparición pública de Currin fue en mayo en el acto de certificación de la disolución de ETA celebrado en villa Arnaga, en Kanbo, junto a políticos internacionales. El abogado de Pretoria, con experiencia también en conflictos como el irlandés o el de Colombia, seguirá en principio trabajando en otras zonas del planeta.

Opinión:

La figura de muchos de los intermediarios que han colaborado, en mayor o menor medida, en la solución a tantos años de terrorismo ha sido controvertida desde el principio. Argumentos del tipo “cobran mucha pasta”, “viven como reyes comiendo y bebiendo” o “se alojan en los mejores hoteles” han sido constantes desde diferentes sectores.
Por mi parte y por la de muchas víctimas con las que he podido hablar de este tema durante años, solo decir que no me importa lo mas mínimo lo que hayan cobrado, comido, bebido o dormido mientras quede constancia de que han colaborado en que nadie mas pase por el mismo sufrimiento que otros muchos ya hemos vivido.


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