20 febrero 2025
La
Vanguardia. Atentado Restaurante “El Descanso”
He
esperado a leer y publicar, de manera continuada, la magnífica información e investigación
publicada en diferentes días por La Vanguardia, con el convencimiento de que Ignacio
y Gemma todavía tienen mucho por explicar.
El
atentado contra las personas que se encontraban en el restaurante El Descanso
aquel maldito 12 de abril de 1985 fue uno de los primeros de los que tuve
conocimiento cuando acepté la propuesta de colaborar, desde Catalunya, con los
compañeros de la ANTIGUA Asociación Víctimas del Terrorismo y recuerdo muchas
reuniones en las que, al revisar novedades o nueva información relacionada con
los numerosos atentados que asolaban el país siempre había un espacio para
hablar sobre El Descanso. Un espacio de tiempo y de reflexiones que, por
desgracia, solo podíamos fundamentar en suposiciones y en impresiones personales,
dada la casi nula información que se podría obtener sobre lo ocurrido.
Estoy
hablando de los años de principios de los noventa, por lo que el tiempo
transcurrido entre el atentado y aquellas reuniones era de muy pocos años…
cinco, seis, siete a lo sumo. Y aquella situación me hacía pensar en lo difícil
que sería, para víctimas que no hubieran sido causadas por la banda terrorista
ETA, el tener la suficiente información para conocer lo ocurrido y poder encontrar
respuestas a sus numerosas dudas y preguntas.
Tener
contacto con algunas de aquellas víctimas que, para la inmensa mayoría de la
gente y para la totalidad de la administración competente eran consideradas
poco menos que de segunda o tercera categoría, me enseñó que el intentar ayudar
no podía depender de quien fuera la banda autora del atentado, la profesión de
la víctima o cualquier otra cuestión de tipo personal de cada una de ellas.
Pese
al paso de los años, he seguido manteniendo contacto con algunas víctimas. Hay
que entender que muchas de ellas ya tenían una edad avanzada cuando ocurrió el
atentado y ya han pasado 40 años, lo mismo que sucede en un altísimo porcentaje
de los atentados perpetrados desde los inicios del terrorismo en España.
Pero
en esta ocasión, los atentados gihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid
ofrecieron la oportunidad de volver a hablar de ese tipo de terrorismo del que
muchos representantes políticos no querían ni saber, ni recordar, ni siquiera
investigar. Y también ofrecieron la oportunidad para que una asociación recién
creada, la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo, volviera a reabrir el tema.
Sí,
llegaba el momento de que la población tuviera conocimiento de que existía un
terrorismo llegado del extranjero pero que tenía a ciudadanos españoles como
objetivo. Un terrorismo que, como ya aprendí hace muchos años, es diferente en “argumentos”
pero que tiene el mismo objetivo: causar el mayor daño posible.
Al
terrorismo gihadista, tanto en 1985 como en 2004 y ahora en 2017 no se le puede
comparar con el que ya habíamos vivido, cometido por bandas con siglas más o
menos conocidas y/o investigadas. Y la evidencia mostraba que es imposible
luchar contra este terrorismo con los mismos recursos y las mismas carencias utilizadas
contra el terrorismo autóctono.
Y
si además, cuarenta años después, todavía quedan muchas dudas por resolver tal
y como detallan Ignacio y Gemma, las preguntas son obvias: ¿Qué queda todavía
por saber? ¿De verdad lo que cuentan desde las administraciones competentes es
lo que realmente ocurrió? ¿Cabe la posibilidad de que estas anómalas situaciones
se hayan repetido y/o se puedan repetir en un futuro?
Pues
eso, a seguir esperando la información que todavía no se haya publicado. Aunque
no sean víctimas de la banda terrorista ETA, las víctimas del atentado en el
Restaurante El Descanso lo merecen. Porque no son de segunda ni de tercera división.

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