20 abril 2025
El
síndrome jope
Mar
Giménez
Parece
un fragmento de un cuento de Julio Cortázar: 29 de octubre del 2024, los
barrancos están a punto de desbordarse. El número dos de Emergencias, Emilio
Argüeso, avisa al Gobierno valenciano. “Jope, si necesitas algo nos dices”. Esa
fue la respuesta de la vicepresidenta Susana Camarero. Eran las 16.11 h y la
vicepresidenta no alteró su agenda. Murieron 228 personas. La filtración de su
desidia no ha sido motivo para dimitir. Seguro que a ustedes, como a mí, la
vergüenza y la culpabilidad les asfixiarían hasta el punto de no poder salir de
casa. Pero esa señora sigue como si nada en el cargo. Cierto es que mientras no
dimita el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ella no
renunciará.
Ambos
han preferido parapetarse tras los votos de Vox y resistir. Eso me recuerda al
“Luis, sé fuerte” que le dijo Mariano Rajoy a Luis Bárcenas en pleno escándalo
por la caja B del PP. Toda una cultura política de impunidad en la que, pese a
los escándalos y los muertos, pese al bochorno, se aferran al cargo.
En
los gobiernos del PP nacionales y regionales son habituales la soberbia y la
impunidad Hace unos meses les hablaba de la tesis del “gobierno humilde”
articulada por el think tank finlandés Demos Helsinki: “Cuanto más complejo e
incierto es el tema político, más útil es abordarlo desde la humildad”. En los
gobiernos del PP nacionales y regionales son habituales la soberbia y la
impunidad. Recuerden los bulos del 11-M o los “hilitos de plastilina” de Rajoy
a propósito del naufragio del Prestige, causante del mayor desastre ecológico
de la historia de España. No se disculpó y llegó a presidente del gobierno.
Es
precisamente por esta cultura política que la exconsejera de Interior
valenciana, Salomé Pradas, para excusar su negligencia ha alegado sin vergüenza
que era una “ignorante en emergencias”. Una ignorancia que, sin embargo, no le
impidió aceptar en su momento el encargo de Mazón de ser la máxima responsable
de una cartera crítica en cualquier gobierno que se tome en serio su trabajo.
De
un gobernante se espera liderazgo, responsabilidad, sentido común, humildad y
saber escuchar. El Gobierno Mazón carecía y carece de estas cualidades. Pero
allí sigue, convirtiéndose en un lastre cada día más pesado para Feijóo,
incapaz de deshacerse de él. Los valencianos y los españoles deben tenerlo bien
presente en el próximo ciclo electoral. Ya basta de impunidad.
Opinión:
Leyendo todas estas noticias sobre el hecho de que la
máxima responsable de Interior valenciana reconozca que era una “ignorante en
emergencias”, me vienen a la mente aquellas noticias en las que la Comunidad de
Madrid nombró como máxima responsable del 112 de emergencias a alguien que,
seguramente, tampoco tenía demasiada idea sobre emergencias…
Siempre he pensado que para tener las máximas
responsabilidades en temas de medicina hay que ser, como mínimo, médico.
También para dedicarse a la política habría que tener
conocimientos sobre Ciencias Políticas o similar.
Luego se pueden buscar asesores especializados en los
campos y materias que deban ser de máxima importancia en cada una de las
responsabilidades pero ¿ocurre así? ¿Es normal? Yo creo que no.

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