12 mayo 2025
Víctimas
de ETA y del GAL piden incluir sus testimonios en el currículum educativo vasco
Firman
un manifiesto en el Memorial y reivindican «la importancia de la transmisión a
los jóvenes de un mensaje deslegitimador» del odio
El
Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo reunió el pasado viernes a un
nutrido grupo de víctimas, familiares de asesinados por ETA, el GAL, el
yihadismo y la extrema derecha, que debatieron y rubricaron un manifiesto donde
reafirman «la importancia de la transmisión de la memoria del terrorismo» y que
contiene una petición muy concreta: que sus testimonios lleguen a todo el
sistema educativo.
En
el texto, que se hizo público este lunes, destacan que su voz «es una
herramienta educativa efectiva para hacer comprender a los jóvenes las
consecuencias de la actividad terrorista y contribuir a cimentar en ellos
valores éticos». Tal y como apuntan, «el conocimiento del relato de quienes
sufrieron el terrorismo contribuye a su deslegitimación», especialmente porque
«nuestro mensaje es constructivo». En ese sentido, piden «sistematizar» y
«ampliar» el estudio del terrorismo.
Es
una reclamación sobre la que ya está trabajando el Gobierno vasco, que tiene
intención de que sea materia curricular en Bachillerato el próximo año, como ya
desveló EL CORREO la semana pasada. Se trata de un objetivo muy ambicioso
porque las fechas apremian. Los firmantes del manifiesto reclaman que sus
testimonios formen parte de los contenidos «desde la enseñanza secundaria, la
Formación Profesional y la universitaria». Insisten en que estén presentes «en
la enseñanza pública en Navarra y el País Vasco». De hecho, emplazan al
lehendakari a que «tome las medidas necesarias para que los jóvenes vascos
conozcan el pasado de violencia terrorista».
25
firmantes
Entre
los 25 firmantes hay víctimas de ETA como Marta y Sara Buesa (hijas del
vicelehendakari socialista Fernando Buesa), Ángel Altuna (hijo de Basilio
Altuna) y Naiara Zamarreño (hija del edil popular Manuel Zamarreño) y también
víctimas del GAL, como Veronique Caplanne (hija de Robert Caplanne), entre
otros.
Iñigo
Pascual, hijo del ingeniero de Lemoiz Ángel Pascual -asesinado por ETA en
1982-, destaca en declaraciones a este periódico que «hemos compartido en el
Memorial nuestras experiencias como víctimas educadoras y coincidimos en que
hacerlo es muy positivo». A su juicio, sirve a los chavales para «conocer el
pasado reciente y ellos nos muestran su comprensión y empatía».
Es
una valoración unánime entre quienes acuden a colegios e institutos. Sólo
observan un déficit, pero de gran relevancia. «Es voluntario para los centros.
Y en el País Vasco y Navarra tenemos una presencia mucho mayor en la educación
privada y concertada, pero muy poca en la pública». Lo quieren cambiar. Y para
eso piden la implicación de las AMPA y el profesorado, bajo la coordinación del
Memorial. Pascual recalca que su mensaje «no es político, sino una vivencia
personal, que fue además muy dura»

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