martes, 14 de enero de 2025

13 enero 2025 (3) elnacional.cat

 

13 enero 2025 



El CNI quiso captar a Es Satty como confidente en tres reuniones, pero lo descartó

El CNI creyó en 2014 que no era un “riesgo para la seguridad” y no apreció “ningún indicio” de que estuviera “radicalizado”

“Se incidía en la tendencia al engaño y no sujeción al cumplimiento de directrices. Este análisis, unido a las conclusiones extraídas de las entrevistas, invalidaba Es Satty para cualquier actividad informativa a beneficio de las misiones asignadas al CNI”. La frase la pronunció en marzo de 2018 Félix Sanz Roldán, el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia, en una comparecencia en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados. Y ahora forma parte de la documentación que el Gobierno ha desclasificado a instancias de Junts y ha remitido a la comisión de investigación sobre los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, avanzada por El Món y a la que ha tenido acceso ElNacional.cat. Pone de manifiesto que en 2014 el CNI tuvo interés en captar como confidente a Abdelbaki Es Satty, el eximán de Ripoll y que posteriormente sería el cerebro del 17-A. A pesar de eso, acabó cerrando la puerta a ello porque, después de tres entrevistas, consideró que había que mantener una “gran cautela” con un individuo de quien no se tenía “ninguna fiabilidad y confianza”. Después de que en abril de 2014 Es Satty saliera de la prisión (donde estaba recluido por una condena por narcotráfico), el CNI lo siguió durante siete meses, pero no apreció “ningún indicio” que “pudiera estar radicalizado o en proceso de radicalización”, concluyó que no era un “riesgo para la seguridad” y le perdió la pista. Previamente a todo esto, en 2012, Es Satty había mantenido tres reuniones con la Guardia Civil.

Tres entrevistas con el CNI: “Hay que mantener una gran cautela, es un individuo del que no se tiene ninguna fiabilidad y confianza”

En la documentación facilitada a la comisión de investigación, y a la que ha accedido ElNacional.cat, constan seis entrevistas con Es Satty en la prisión de Castellón: tres con la Guardia Civil en 2012 y tres con el CNI en 2014. Según relató en 2018 Félix Sanz Roldán, el interés del CNI era “conocer las circunstancias y actividades que desarrollaba” Es Satty, una persona de “interés genérico” para el CNI por sus “posibles vinculaciones con entornos radicales”. “Se tomó la decisión de aumentar el conocimiento sobre este individuo con el fin de determinar si era un riesgo para la seguridad y, en caso negativo, evaluar el posible reclutamiento como fuente del CNI”, expuso. El nombre de Es Satty había aparecido en el marco de la operación Chacal, impulsada en 2006 para desarticular dos células dedicadas a enviar combatientes a Iraq para integrarse a Al-Qaeda. Y una de ellas estaba implantada en torno a la mezquita de Vilanova i la Geltrú (de donde Es Satty era imán suplente).

¿Y cómo fueron las entrevistas? “Se le preguntó por su conocimiento sobre los detenidos del 11-M y manifestó su temor sobre las posibles consecuencias de difundir sus conocimientos”, relataba el informe del primer encuentro, en la que Es Satty aludió a un “condenado por falsificación de documentos del 11-M” y a una “persona que se inmoló en Iraq” y que aseguró que conocía, “sin dar más detalles”. En el segundo encuentro, hizo referencia al paso por Tarragona de los terroristas del 11-S y a una masía donde habrían estabado “personas relacionadas con el terrorismo”, entre ellas uno “huido de la justicia de Argelia condenado por terrorismo”.

En la segunda entrevista, el informe del CNI relata que Es Satty “aceptó facilitar todos sus conocimientos del pasado sobre los procesos en Catalunya, Ceuta y Marruecos donde aseguró que existían ramificaciones” y expresó que necesitaba saber el “uso que se daría” a la información que proporcionara. Entre otras cosas, identificó una serie de nombres del entorno de la operación Chacal que fueron detenidos en Vilanova “sin plantear problemas”, pero “sin entrar demasiado en profundidad”. Durante la entrevista, los agentes del CNI le recordaron que tenía que escribir “todos sus recuerdos sin renunciar a ningún dato, de su experiencia en Vilanova y en Catalunya”. Sin embargo, el informe detalla que durante el diálogo eran “continuos los cambios de orientación en relación con los temas tratados”, en los que Es Satty daba “pequeños retazos de conocer personas y episodios” sobre operaciones policiales terroristas, pero “eludía profundizar”.

“Se trata de una persona muy opaca, apenas ha mostrado interés por nada”, reconocieron el 17 de marzo de 2014 los entrevistadores, que consideraron que se había mostrado “muy desconfiado” y “siempre temeroso de su desenlace final”, dado que se sentía “muy amenazado”. Era el primer encuentro. “Un individuo bastante inteligente y muy desconfiado, que intenta jugar con sus conocimientos”, añadieron el 31 de marzo. Y los mayores recelos aparecieron después de la entrevista del 24 de abril: “En todo momento la actitud de Es Satty es de desconfianza hacia sus interlocutores. Hay que mantener una gran cautela. Es un individuo del que no se tiene ninguna fiabilidad y confianza del cual”. Posteriormente, un informe grafopsicológico del 12 de mayo relataba que era una persona con una “inteligencia alta” y “muy buena memoria” y un “individuo preciso, capaz y resolutivo”, pero reconocía que era “propenso a la insinceridad, al exceso de táctica y a deliberaciones contaminadas por ideas superficiales”. “Sería capaz de manipular con eficacia. Si dice que no recuerda alguna cosa de la que tenga que informar, lo más probable es que esté mintiendo”, remachaba.

Félix Sanz Roldán, en 2018: “En ningún caso se apreció ningún indicio que pudiera estar radicalizado o en proceso de radicalización”

Más revelaciones. Félix Sánz Roldán también expuso en 2018 en el Congreso que en 2014 el CNI no apreció “ningún indicio” que Es Satty “pudiera estar radicalizado o en proceso de radicalización”. Después de la última entrevista, el CNI proporcionó un número de teléfono de contacto a Es Satty por si, “por algún motivo”, quería hablar con las personas que se habían reunido con él, y cuando estaba fuera de la prisión “mantuvo algún contacto telefónico, esporádico, con personal del CNI”. “Estos contactos fueron buscados por parte de Es Satty. Era evidente que intentaba mantener este canal abierto y constatar que en la otro lado del teléfono había alguien”, relató el director del CNI. “En ningún caso proporcionó información de un mínimo interés sobre sus actividades o contactos”, añadió. Además, para tener más información sobre su “posible peligrosidad”, el CNI controló su actividad y le hizo un seguimiento que “no aportó información”.

Durante siete meses, el CNI no observó “conversaciones, actividades o contactos que permitieran deducir la existencia de un plan para ejecutar ataques terroristas en España, ni en ningún otro lugar, que formara parte de ninguna organización terrorista, de la existencia de un proceso de radicalización […] o que estaba radicalizando personas de su entorno”, subrayó a Sanz Roldán. “Una vez que se pudo establecer que Es Satty seguía sin ser un riesgo para la seguridad, ya que no aparecieron en ningún caso indicios de actividades extremistas, se decidió abandonar el seguimiento de las actividades de Es Satty. […] Se dedicaron los recursos a otros objetivos sobre los que confluían una serie de circunstancias que los hacían mucho más peligrosos”, justificó.

Tres entrevistas con la Guardia Civil: “Se mostró siempre temeroso de las posibles repercusiones personales de esta relación”

Previamente, entre abril y junio de 2012 Es Satty había tenido tres entrevistas con agentes de la Guardia Civil. “Es conocedor de estructuras radicales sin poder afirmar vínculos con organizaciones terroristas”, concluyeron los agentes después del primer contacto, el 5 de abril de 2012. Fue Es Satty quien solicitó mantener una entrevista con la Guardia Civil porque tenía interés en suministrar “informaciones relacionadas con posibles actividades terroristas” y estaba dispuesto a “ampliar la información y colaborar con lo que sea necesario”, según consta en el informe. En la segunda entrevista, el 24 de mayo, los agentes observaron “más precisión en las informaciones” que aportaba y lo vieron “tranquilo”, pero “temeroso de las posibles repercusiones personales de esta relación”. Después de la tercera entrevista, el 27 de junio, los agentes apuntaron que la “principal motivación” de Es Satty para colaborar eran las “amenazas de muerte” que había recibido y su “deseo de no volver a Marruecos”.

¿Y qué información aportó? Los informes de las entrevistas señalan que, entre otros detalles, Es Satty focalizó la información sobre uno de los dos hermanos de un clan de Vilanova a quien relacionó con “posibles actividades y conexiones con otras personas vinculadas al yihadismo y atribuyendo contactos por toda Europa y relaciones con personas detenidas en Catalunya vinculadas con el islamismo radical”. Además, aportó información sobre “individuos ya detenidos por presunta vinculación con el terrorismo” y sobre actividades que en 2006 realizaron algunos individuos relacionadas con actividades de “radicalización, recaudación de fondos con finalidad terrorista y pretensión de comisión de atentados”. La Guardia Civil concluyó que Es Satty insistía en la “inculpación” de las personas que lo habían amenazado y exculpaba los responsables de la mezquita que fueron detenidos. “Comenta la posibilidad de aportar más informaciones, así como identificar nuevos individuos e incluso denunciarlos, siempre que se salvaguarde su identidad, y no se ejecute la orden de expulsión que pesa sobre él”. recoge el último informe.

“Es una persona que se aburre en casa, necesita acción”

El informe grafopsicológico del 12 de mayo de 2014 también llega a otras conclusiones sobre la personalidad de Abdelbaki se Satty. “Puede distraerse en cuestiones de fama y presentación, de modo que se preocupará por su imagen, incluso al vestir. Se debe tener especial cuidado cuando esté comprometida su imagen, ya que tenderá a adornar su actuación e incluso a maquillarla”, apuntaba. “Es fiable, ya que percibe muy bien el entorno, aunque tendrá tendencia a decir aquello que quieren sentir los otros”, exponía. “Aparentemente, parece muy seguro de sí mismo, pero, posiblemente, sea una máscara para encubrir su inseguridad. [...] Es una persona que se aburre en casa, necesita acción. Le gusta la aventura. [...] El dinero no es su motivación principal. Tiene tendencia al hurto”, añadía el informe.

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