21 enero 2025
Pedro
Antonio Blanco: ETA rompe 14 meses de tregua asesinando a un teniente coronel
El
capítulo 65 de 'La ventana de la memoria' recuerda al teniente coronel con su
hija Almudena Blanco y el militar Luis Miguel Sordo, autor de 'Las víctimas
militares de ETA'
El
capítulo 65 de 'La ventana de la memoria' recuerda al teniente coronel Pedro
Antonio Blanco, asesinado por ETA el 21 de enero del año 2000 en Madrid. El
militar acaba de salir de su casa y mientras se dirigía a pie al lugar en el
que el coche oficial le solía recoger para ir al trabajo, ETA explosionó un
coche bomba aparcado a su paso. Pedro Antonio Blanco era militar del Ejército
de Tierra de intendencia. En el momento del atentado era teniente coronel y
trabajaba en la Dirección de Asuntos Económicos en el cuartel general en
Madrid. Este atentado pasó a la historia porque con él la banda terrorista puso
fin a 14 meses de tregua, decretada durante el Gobierno de José María Aznar.
Almudena
Blanco tenia 15 años cuando ETA mató a su padre. Le recuerda como "una
persona muy discreta. Era un padre muy presente, una persona volcadísima en su
profesión, pero a la vez muy volcado también en nosotros, en sus hijos. Para
mí, el padre perfecto".
Almudena
y su familia vivían en Madrid, a una zona de casas militares junto al antiguo
Vicente Calderón. "Cuando tú vives en una zona militar con ETA activa
vivíamos en un cierto régimen de seguridad. Yo veía todas las mañanas las
furgonetas de la policía militar hacer una ronda, pero en mi casa nos lo
hicieron vivir de una manera tan natural y tan sencilla que no recuerdo tener
ningún tipo de sensación de miedo, ni de estar en alerta constante". Pese
a ello, la adolescente Almudena sí era consciente de que su padre podía ser un
objetivo de ETA. "Yo sabía que mi padre podía ser objetivo por su
condición de militar, pero nunca pensaba hasta qué punto podía estar en riesgo.
Yo pensaba que habría gente más importante. Al fin y al cabo, él era solo un
militar más. No era un político famoso, ni un periodista que saliera todo el
día en la prensa. Era mi padre, simplemente".
Hasta
que llegó el 21 de enero del año 2000. Pese a que han pasado 25 años, Almudena
recuerda aquel día "casi al minuto". "Recuerdo estar en en casa,
preparándome para ir al colegio. Mi padre había salido 10 minutos antes, como
todas las mañanas, y recuerdo despedirme, como cualquier mañana normal y
corriente. Y cuando iba a ponerme el uniforme, oí una explosión. Recuerdo ver
los cristales de la ventana de mi habitación temblar". ETA acababa de
romper la tregua y eso hizo que Almudena, al principio, atribuyera la explosión
a una bombona de gas.
"No
pensé en mi padre para nada. En mi casa nadie lo pensó", dice, así que fue
al colegio "de manera normal". Sin embargo, poco después, la joven
quiso estrenar el móvil que le acababan de regalar y llamó a casa. "Cogió
el teléfono mi hermano, que estaba en casa malito, y me contestó simplemente:
"Es papa" y me colgó. Ahí lo entendí todo".
Cuando
la directora vino a buscarle a clase, Almudena ya sabía lo que le iba a decir;
como cuando vino la amiga de su madre para llevarle a casa. Eso sí, nadie le
dijo que su padre había muerto. "Así que llegué a casa y me la encontré
llena de gente y le dije a mi madre: "Qué haces aquí? Que estará papá solo
en el hospital. Y entonces mi madre me negó con la cabeza y ahí ya me di
cuenta".
En
los días siguientes, Madrid vivió una de las manifestaciones más concurridas
que se recuerdan en protesta por el asesinato. Asistieron los cuatro
presidentes del Gobierno hasta entonces. El Papa Juan Pablo II condenó el
atentado. Pero la madre de Almudena ya les había advertido de que esa
"nube de atención" acabaría. "Para mí fue un descanso porque yo
estaba un poquito cansada, pero entonces empecé a ser consciente de que mi
padre no iba a volver. Y el dolor era como una una punzada muy gorda".
Se
apagaron los focos, pero Almudena Blanco volvió a las portadas de los
periódicos ocho años después, en 2008, cuando el militante de ETA Iñaki de
Juana Chaos, condenado por más de 25 asesinatos, salió de la cárcel y se asentó
en Belfast, en Irlanda del Norte. Entonces Almudena decidió escribir una carta
abierta a varios periódicos. "Yo veía como que los irlandeses tenían una
visión romántica de De Juana Chaos. Esa gente no sabía quién era, que era un
asesino terrorista. Y como yo había estudiado traducción e interpretación y el
inglés no me supone ningún problema, les escribí una carta, sin ningún tipo de
esperanza. Y, de repente, me contactó una periodista del Irish news y me hizo
una entrevista".
En
esa carta Almudena decía: "En mi país matar sale gratis". "Lo
dije porque por matar a una persona por terrorismo te condenan a 30 años, igual
que si matas a 10", explica. Aunque en su caso los autores del asesinato
de su padre fueron condenados y "fui capaz de pasar la página porque he
recibido justicia", a medida que se acerca el momento en que estos vayan a
salir de la cárcel, aumenta su dolor. "No puedes descansar del todo,
tienes que estar atenta a las noticias, a la política, a los pactos con Bildu y
demás. Intento enterarme de todo porque quiero saber en qué me va a
repercutir", cuenta.
100
víctimas militares de ETA
Pedro
Antonio Blanco era militar y, como él, un centenar de miembros de las Fuerzas
Armadas españolas murieron en atentados de ETA. Luis Miguel Sordo es el autor
de 'Las víctimas militares de ETA', el único libro sobre las víctimas de la
banda en las Fuerzas Armadas.
Sordo
recuerda perfectamente el atentado contra Blanco porque "fue el primero
del año 2000 y el primero después de la tregua de ETA". Sordo ha estudiado
esas treguas y negociaciones en otro libro "Promesas y mentiras" y en
ese contexto sitúa el crimen. "Ha habido muchos asesinatos de militares
por ETA que fueron o una consecuencia o un toque de atención ante determinadas
actuaciones políticas o sociales de los gobiernos del momento. ETA atentaba con
la finalidad de crear una alta crispación en la Armada y provocar una
inestabilidad política. El asesinato de Blanco fue exactamente eso: se acabó la
tregua; asesinato de un militar; crispación; dolor; pero las cosas no
cambiaron. Nada ha cambiado porque ETA haya asesinado. ¿Qué perseguía?
Autodeterminación e independencia. ¿Se ha logrado? No. Las cosas hay que
decirlas como son".
En
el caso de las Fuerzas Armadas, ETA atentó "contra todo lo que le salía al
paso", explica Sordo. Mató a 16 oficiales generales, a 65 oficiales, a 12
suboficiales y a 7 soldados o marineros. Según este experto, "es indudable
que los oficiales generales era un objetivo importante para ETA", sobre
todo en los primeros años de la banda, y cita expresamente al general de
brigada Juan Manuel Sánchez-Ramos, al general de división Constantino Ortin, al
teniente general Gómez Hortigüela, al general Lorenzo González y al jefe de
miñones y también militar Jesús Velasco...entre otros asesinados altos mandos
entre 1978 y 1980. "Fundamentalmente los generales han estado en el punto
de mira de ETA porque lógicamente, produce más explosión en la crispación el
asesinar a un general del Ejército que el asesinar a un soldado.
Desgraciadamente".
Sordo
ha comentado en alguna ocasión que "las víctimas de la Guardia civil
tienen quien les escriba, pero no las Fuerzas Armadas; que el Ejército es el
gran olvidado" en la memoria de lo que supuso el terrorismo. En parte lo
atribuye "a nuestra propia esencia" y al silencio con el que asumen
su trabajo. "Tú cumples con tu deber y de otras cosas tampoco te preocupas
mucho. Luego, conforme pasa el tiempo, te das cuenta de que muchas veces eres
el olvidado. Es cierto que durante muchos años hubo silencio en torno a muchas
cosas que se podían haber hecho de otra manera".
El
propio Sordo conoce bien de lo que habla. Coronel de Infantería retirado,
estuvo destinado primero en Bilbao, en la compañía de operaciones especiales, a
finales de los 70, y entre 2005 y 2007 en San Sebastián, al mando del
regimiento tercio viejo de Sicilia y como comandante militar de Guipúzcoa. De
su paso por la capital vizcaína recuerda que "era terrible".
"Estabas al trabajo, intentando guardar todas las prevenciones de
seguridad que en aquellos años no estaban desarrolladas como luego. Tampoco
vigilabas tanto tu seguridad personal. Yo nunca he llevado pistola encima en el
País Vasco. Y yo iba donde me apetecía y donde quería". Cuando regresó al
País vasco, a San Sebastián, su puesto le hizo relacionarse con todas las
instituciones, pero "yo iba siempre sin escolta". "Tenía menos
miedo, creía menos en que podía ser víctima de atentado, que lo podía ser
porque si ETA funciona, la máxima autoridad militar de San Sebastián
lógicamente tiene que estar como objetivo. Pero yo a la gente la veía mucho más
cercana que cuando estuve en Bilbao".
"Negociación":
La firma de Luis Castells
La
firma que cierra este capítulo de 'La ventana de la memoria' se fija en el
contexto histórico del asesinato de Blanco, concretamente, a que fue el primer
crimen de ETA tras la tregua decretada en 1998. El catedrático de Historia
contemporánea Luis Castells define el término "negociación" en el
Glosario audiovisual de las víctimas del terrorismo, creado por la Fundación
Fernando Buesa y el Centro Memorial de víctimas del terrorismo.
Opinión:
Poco más que añadir a la información presentada en la Cadena
SER. Solamente decir que justamente aquel día estaba en Madrid para una reunión
de los delegados autonómicos de la ANTIGUA AVT. Y al enterarnos de la noticia,
la reunión se aplazó para atender las numerosas llamadas de víctimas y medios.
Huelga decir que aquel asesinato, que rompía la “tregua” presentada
por la banda terrorista año y medio antes, nos destrozó porque desgraciadamente
nos dio la razón. Y nos dio la razón porque pocas semanas antes habíamos conseguido
la aprobación de la Ley de Solidaridad 32/1999 (08 de diciembre) y, por
extrañas razones, en la ley se aplicaba un periodo de temporalidad… ¿significaba
aquel detalle que la administración del Estado se había creído la “tregua” y
que esta sería definitiva?
Solo espero que aquella víctima que me atacó gravemente
por decir esto públicamente haya recapacitado tras tantos años del aquel
asesinato.
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