jueves, 3 de mayo de 2012

02 mayo 2012 (2) El Periódico de Catalunya

02 mayo 2012
Polémica gestión del plan de reinserción de presos por terrorismo
Interior dará más protagonismo a las víctimas en el proceso de paz
El ministerio se precipitó al repartir un borrador inacabado del plan de reinserción
Al final, se mantienen las entrevistas entre etarras y damnificados sin vinculación directa

Hace unas semanas, en estas mismas páginas, Roberto Manrique, herido en el atentado de Hipercor, advertía de que las víctimas no pueden dirigir la política antiterrorista del Gobierno, porque desde la posición del dolor, aún sin voluntad de venganza, es muy difícil impartir justicia. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, comparte buena parte de esa reflexión, y el viernes pasado, durante el encuentro que mantuvo durante varias horas con distintas asociaciones de víctimas comprobó que cualquier paso que dé en la gestión del final de ETA será rechazado por las asociaciones que durante años ha alimentado el Partido Popular y que ahora le amenazan con manifestarse en las calles. Aún así, Interior pretende darles un papel relevante en la gestión el final de ETA . Concretar cómo hacerlo es lo complicado.

Y hacerlo con prisas y con el propósito de contentar a todo el mundo ha provocado que en estas últimas horas, Interior convirtiera un ambicioso plan para reinsertar a terroristas en una propuesta precipitada, confusa y que le ha generado más disgustos que alegrías.

El jueves, Interior filtró a la Agencia Efe las líneas básicas de un plan que implicaba un paso de gigante en materia antiterrorista. Con una ETA sin disolver, se ofrece la posibilidad de acercar a cárceles vascas a etarras que se desvinculen de la banda. Así de fácil y así de claro. El objetivo es desatascar la vía Nanclares, en vía muerta desde que el 20 de octubre ETA anunció el abandono definitivo de las armas

LOS ENTRESIJOS

Cuando se dio a conocer el programa de reinserción, Fernández Díaz se encontraba en Luxemburgo y desde allí tuvo que dar cuentas de un plan que explicó por teléfono ese mismo día al presidente del Gobierno. El ministro no había alertado al PP ni tampoco a los populares vascos. Ese no fue el peor error. El viernes, tras los encuentro con las víctimas, solo comparecieron los representantes de las asociaciones que criticaron duramente el plan y exigieron que para el acercamiento el preso tenga que pedir perdón. El Gobierno no ha tocado ni una coma de su plan inicial: para el acercamiento solo hay que desvincularse de la banda. Nada más. Pero en el texto que ha enviado a los partidos y los medios se incluye un apartado, ajeno al programa de acercamiento, en el que se incluyen encuentros entre víctimas y etarras para que estos últimos puedan pedir perdón.

El texto ha resultado ser un borrador que no corresponde a lo que pretende el Gobierno. ¿Por qué? Pues porque en el borrador los encuentros se limitan a la víctima y el autor directo del atentado. De hecho, estos son los encuentros que se quieren potenciar, pero sin cerrar la puerta a las entrevistas que ya se celebraron en la anterior legislatura entre etarras y víctimas no directas.

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