09 agosto 2017
En libertad condicional Irastorza, detenido en noviembre
como presunto número uno de ETA
Mikel Irastorza, detenido en noviembre en Ascain como
presunto número uno de ETA, quedó anoche en libertad condicional. Tras
abandonar la prisión parisina de Fleury Merogis. Natural del barrio donostiarra
de Intxaurrondo, no portaba armas en el momento de su arresto en la localidad
de Iparralde. Tras la caída un año y dos meses antes de David Pla e Iratxe
Sorzabal, los jefes de la banda, la
Policía le ubicó en la cúpula de ETA y le detuvo. Ahora, ha
quedado en libertad condicional.
Irastorza quedará sometido a control judicial después de
que un tribunal galo le asignase domicilio en Bayona. El presunto etarra no
tiene causas abiertas en España y, según fuentes judiciales, su puesta en
libertad condicional a la espera de juicio se debe a un procedimiento
correccional habitual en Francia, donde no se suele alcanzar el año en prisión
preventiva.
Irastorza fue arrestado en una operación en la que también
fue detenida la pareja -un español y una francesa- que le albergaba en su
domicilio en Ascain. El juez antiterrorista lo acusó de asociación de
malhechores con fines terroristas, pero no de dirección de organización
terrorista, aunque había sido presentado como el entonces jefe de ETA.
Con su detención en la operación Nerín, ETA quedó descabezada
y con apenas un puñado de miembros liberados.
Según fuentes policiales españolas, Irastorza, de 41 años,
ejerció la máxima responsabilidad de ETA tras la detención de David Pla e
Iratxe Sorzabal el 22 de septiembre de 2015 en otra operación conjunta de la Dirección General
de Seguridad Interior (DGSI) francesa y de la Guardia Civil , a la
que se bautizó con el nombre de Pardines.
Antes, fue responsable nacional de Ekin, la estructura de
la que ETA se sirvió como instrumento para aplicar la estrategia
político-militar y ejercer la dirección política del complejo organizativo
encabezado por la banda terrorista.
Opinión:
Es duro decirlo pero hay
que explicar lo que otros no explican, quizás con el ánimo de caldear el
ambiente para luego utilizar el desconocimiento generado con propósitos
partidistas.
Cada país tiene su
propia legislación y, como se suele decir, cada país es “soberano” en su
aplicación. Así pues, si este descerebrado está detenido por delitos cometidos
en Francia, serán los franceses los responsables en aplicar su propia
legislación.
Todas estas situaciones
podrían haberse solucionado hace muchos años si alguna administración se
hubiera atrevido a escuchar las propuestas presentadas en la década de los 90
por la antigua AVT o en 2005 por la asociación catalana... pero los intereses
políticos (¿y comerciales?) a nivel internacional impidieron que se iniciara un
estudio exhaustivo de aquellas propuestas. ¿Tan difícil hubiera sido plantear
una legislación a nivel europeo o incluso mundial? ¿Por qué ahora aparecen los
que se llenan la boca con temas internacionales mientras hace unos años estaban
“desaparecidos”?
Espero que habrá tiempo
para encontrar las respuestas, el mismo tiempo que ya han perdido en trabajar
en esos temas.
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