04 diciembre 2024
Villarejo
atribuye sus condenas a que alertó de los atentados del 17-A e insiste en que
"se pudieron evitar"
El
secretario de Estado de Seguridad en 2017 afirma que todos los atentados
implican un fallo y que de los de Barcelona y Cambrils se aprendió que debía
mejorar la coordinación entre cuerpos
El
comisario jubilado José Manuel Villarejo vino al Congreso dispuesto a saldar
deudas. Se quejó de que se llamara general a Félix Sanz Roldán y aseguró que él
no pediría que le miraran a la cara para poder dar credibilidad a sus palabras,
como había hecho el exdirector del CNI. Insistió en su mantra: todos sus
problemas con la justicia, por los que ya ha sido condenado a más de 20 años de
prisión, se deben a su archienemigo: el que fue responsable del espionaje
español. Cuando se centró en el asunto para el que se le había convocado, los
atentados del 17 de agosto de 2017 de Barcelona y Cambrils, reprodujo su tesis:
"Se pudieron evitar".
"Nunca
he dicho que el Estado provocó el atentado. Lo que digo es que pudo
evitarlo", aseguró cuando el portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, le pidió
pruebas de sus palabras, una petición nada baladí en una persona acostumbrada a
grabar todas sus conversaciones y a anotar en sus agendas sus encuentros.
Pero
pese a los esfuerzos del diputado no hubo forma de que el compareciente saliera
de que se le perseguía porque quiso destapar al emérito y porque denunció que
el dinero pagado en secuestros se perdía. Justificó su hipótesis sobre los
atentados catalanes en que en 2015 alertó de que un informador suyo le habló de
alguien, que nunca identificó como Abdelbaki Es Satty -el imán que adoctrinó a
los jóvenes de Ripoll-, pero sí le dijo que había estado en Bélgica y que
trabajaba para los servicios secretos marroquíes. Necesitaba ir a Catalunya
para profundizar en sus sospechas, pero el CNI negó relevancia a la información
y no se fue más allá.
Pese
a que el propio Villarejo admite que Es Satty no había sido mencionado,
considera que su alerta resulta suficiente para concluir que los atentados
podían haberse evitado. A partir de ahí sostuvo que "el Estado no iba a
permitir un atentado, sino que el CNI tenía comandos virtuales para enseñar a
la ciudadanía que se trabaja [con su arresto posterior] y uno de ellos era el
de Es Satty". Tampoco es que no quisiera evitarlos, sino que fue "una
negligencia", puntualizó algo después. Todavía hubo tiempo para que dijera
que los atentados obedecían a que a "Sanz Roldán se le fue de las
manos"
Villarejo,
que se permitió bromear con que no puede usar auriculares para oír la
traducción del catalán al castellano "por tanto uso", se limitó a
enumerar todos los supuestos datos que sin prueba alguna esgrimen los que
consideran que el Estado está detrás de los atentados, como que un juez estimó
un recurso de Es Satty y paralizó su expulsión de España en 2014 tras cumplir
una condena por drogas.
Hasta
aseguró que la explosión del chalé de Alcanar (Montsià), en el que los
terroristas preparaban madre de satán para atentar contra lugares emblemáticos,
como la Sagrada Familia, pero también de fuera de Catalunya, se debió a que el
propio Es Satty manipulaba un cinturón de explosivos. Por enturbiar llegó
afirmar que los terroristas habían comprado los materiales "con las ayudas
sociales" que recibieron y "el trapicheo de drogas".
Tanto
la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo han declarado que el imán de
Ripoll murió entre esos escombros, lo que coincidiría con la última versión
ofrecida por el excomisario, pero eso no fue obstáculo para que a continuación
insinuara que se manipularon las pruebas obtenidas en la explosión y se ocultó
información a los Mossos sobre lo que ocurrió en la localidad tarraconense y,
en general, para evitar los atropellos que se produjeron días después.
Al
verse acorralado por las preguntas de los diputados, pidió que se
desclasificaran las notas de inteligencia que hizo en 2015 a partir de las que
afirma que los atentados pudieron haberse evitado. De alguna forma le dieron la
razón cuando al comenzar su intervención se curó en salud y dijo no entender
por qué le llamaban si luego no le iban a creer.
Puso
en duda la verdad judicial, por sus propias condenas y hasta por la sentencia
de los atentados del 11-M cometidos en 2004 en Madrid, de la que dijo que le
"faltaban muchas cosas". También criticó que el CNI se amparara en
secretos que no deberían serlo para no responder a la comisión. Con su habitual
verborrea salió en defensa del eurodiputado Alvise Pérez , del que dijo que es
"perseguido" por difundirlos, en referencia al procedimiento abierto
para investigar si cobró 100.000 euros de una empresa de criptomonedas para
financiar su campaña electoral.
Ni
informador ni colaborador
El
que era secretario de Estado de Seguridad cuando se produjeron los atentados,
José Antonio Nieto, aseguró tajantemente que Es Satty no era informador ni
colaborador ni de la Policía ni de la Guardia Civil, pero que no podía hablar
por los Mossos, que es el cuerpo policial del Estado que actúa en Catalunya.
"Le
sorprendería la cantidad de la gente que comete un delito que no es
expulsada", respondió a la diputada de Junts Pilar Calvo, que esgrimió una
batería de supuestas vinculaciones de Es Satty con distintos atentados, entre
ellos los de Madrid. "Me gustaría que fuera consciente de hasta qué punto
está poniendo de ridículo a su Gobierno, que era de su partido", le
respondió Nieto, cuando la diputada le pidió explicaciones de por qué se dejó a
los terroristas comprar las sustancias con las que prepararon la madre de
Satán.
El
ahora consejero de Justicia andaluz señaló que se tenía que comunicar, pero
insistió: "Si esto se hubiera producido en Cuenca, podría hacerme esas
preguntas, pero en Catalunya el cuerpo integral son los mossos y la Policía y
la Guardia Civil tienen que colaborar. No estoy tirando balones fuera. Me
refiero a una realidad que usted debería conocer", aseguró.
Explicó
que la policía acudió a la mezquita y el oratorio de Ripoll, porque son lugares
a través de los que se intenta prevenir la radicalización, pero apuntó a que si
desde ahí se preguntó por Es Satty la pregunta se dirigiría antes a los mossos
que a policía o a Guardia Civil.
Aseguró
que "cada vez que hay un atentado terrorista algo ha fallado" y se
debe aprender la lección para tratar de evitar otros. De los atentados del 17-A
apuntó a la necesidad de una mayor coordinación entre cuerpos. Y restó
importancia a que en agosto de 2017 no estuvieran los mossos representados en
el centro de coordinación policial CITCO. Dijo que la policía catalana no lo
había solicitado hasta un mes antes y que el Ministerio del Interior es el
primer interesado en que participen los cuerpos autonómicos.
"No
se priorizó la exigencia de luchar contra el terrorismo en Catalunya", por
la independencia de Catalunya, sentenció Nieto, dando la vuelta a una pregunta
del diputado de Sumar Eloi Badia relativa a si el Estado había priorizado la
lucha contra el independentismo o el espionaje a otros partidos, como Podemos,
y ello explicara que se hubieran podido cometer los atentados.
Teoría
de la conspiración
El
exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, por su parte,
llegó al Congreso dispuesto a desmontar la "teoría de la
conspiración" que le atribuye saber con antelación que se iban a cometer
los atentados. Explicó que se le acusa de ello en redes sociales por unas
declaraciones suyas que realizó el 10 de septiembre de 2016, aunque el
expresidente catalán Carles Puigdemont las data en su libro 'Me explico' el 13
de agosto de 2017, cuatro días antes de los atentados.
En
ellas decía que "el desafío soberanista es el más importante que tiene
España, ya que de una crisis se sale, un ataque terrorista se supera (dijo que
ser refería al 11-M), pero la disolución de España es absolutamente
irreversible". "No era ministro, no tenía posibilidad ni conexión
alguna con responsables del CNI, que dirigía Soraya Sáenz de Santamaría con la
que no tuve relaciones idílicas en ese momento", zanjó.
Y
respecto a que en julio de 2017 declaró que "iban a pasar cosas en
Catalunya" señaló que se refería a que Puigdemont tenía dificultades con
sus socios de Gobierno, ERC y la CUP, así como con los empresarios y los
sindicatos. Y después del referéndum, Catalunya quedaría en el limbo, porque
ningún país lo reconocería y nunca podría ingresar en la Unión Europea, lo que
significaría no recibir fondos españoles ni europeos, pero nunca que augurara
un atentado.
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