18 diciembre 2024
El
comisario del 11M al que la derecha arruinó vuelve a sonreír: "He
restablecido mi vida, pero los recuerdos están ahí"
Rodolfo
Ruiz fue víctima de los bulos de la derecha política y mediática tras el
atentado
Las
mentiras de la derecha respecto de uno de los días más trágicos de nuestro
país, el atentado del 11 de marzo de 2004 (11-M) fueron más allá de la autoría
de los crímenes; de esa llamada a los periódicos diciendo que había sido ETA.
Los
bulos, en una época en la que vuelve a ser necesaria poner en valor el poder de
la información veraz y contrastada, se llevaron por delante la vida de mucha
gente que peleaba por esclarecer lo ocurrido y responder muchas preguntas que,
seguramente, nunca reciban contestación.
Una
de esas personas fue Rodolfo Ruiz, a quien las fuerzas conservadoras políticas
y mediáticas truncaron su futuro, aunque ahora ha sido capaz de rehacerse. “He
restablecido mi vida, pero los recuerdos están ahí”, declaraba el pasado lunes
a la Cadena Ser con motivo de los 20 años que han pasado desde que Pilar
Manjón, representante ya por aquel entonces de las víctimas, compareciera en el
Congreso de los Diputados con un discurso tan duro como cargado de emotividad.
El acoso y derribo contra ellos fue tal que la mujer de Ruiz se terminó
suicidando.
El
protagonista de estas líneas, que también habló en su día con ElPlural.com,
contaba la pasada noche a Aimar Bretos los pormenores de algunos de aquellos
momentos tan duros. Desde el minuto uno tuvo claro que no había sido la banda
armada porque ETA “siempre había intentado preservar lo que ellos llaman
víctimas inocentes” y “los muertos que allí había eran gente trabajadora,
humilde (…)”. “Arriba piensan que es ETA”, obtuvo como respuesta.
A
él y otros compañeros les pidieron hacer un inventario de los objetos de las
víctimas que, en última instancia “quedaron depositados en un cuarto
perfectamente cerrado para que no se perdiera la cadena de custodia”. “Cuando
se empieza la inspección, a la 1 o 2 de la mañana, cuando llego a casa se me
comunica que se había encontrado un artefacto explosivo. Se activó el protocolo
de seguridad y la desactivaron los Tedax antes de que yo llegara”, acompaña.
Esta era la única bomba de los trenes que no explotó.
A
partir de ahí, otra vez tropelías mediáticas con voces como la de Federico
Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez como precursoras. “Yo no llegué a ver la
bomba en ningún momento y se me acusó de haberla colocado (…) Desde algunos
poderes mediáticos se me acusó, parece mentira”, emitía a la vez que recordaba
una de las frases del periodista de esRadio: “Dijo que yo había colaborado en
una masacre criminal y que había inundado de pruebas falsas el sumario del
11-M”.
"No
les importó nada destrozar, aniquilar y matar en vida a una persona y su
familia"
El
excomisario lamenta que “no les importa nada destrozar, aniquilar y matar en
vida a una persona y a una familia”. “Es mucho dolor interno. Se ensañaron
conmigo, me persiguieron mediáticamente y no les importó nada con tal de
conseguir sus propósitos”, relataba. A título personal, a él le dio un infarto:
“No queríamos hablar, pero estábamos hablando constantemente del tema. Era un
sinvivir, intentaba aislarme, no cruzarme con vecinos, como su fuera un
apestado (…) Mis hijos estuvieron conmigo en todo momento porque saben que soy
una persona incorruptible”.
A
todas las mentiras todavía hubo que añadir más cuando, un año después
agredieron al entonces ministro José Bono durante una manifestación. Detuvieron
a algunas personas y determinados medios empiezan a acusarle de detención
ilegal y de colaborar con el PSOE sin tener siquiera en cuenta que “en su acta
de declaración hacen constar que comparecían libre y voluntariamente”. “El PP
fue contra él porque las dos personas a las que se les tomó declaración eran
ediles del PP en Las Rozas. Rodolfo estuvo condenado por esto, pero finalmente
fue absuelto por el Tribunal Supremo, aunque en aquellos años estuvo
inhabilitado para ejercer como policía”, exponía.
En
ese maremágnum la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, llegó a llamarle presunto terrorista. Y la presión constante afectó a
quienes tenía más cerca: “El desenlace de mi mujer fue fatal. Fue una persona
con mucho carácter. Lucho mucho. Escribió cartas hasta a la Casa Real, al PP,
hablándoles de mi inocencia (…) Yo había momentos en las que deseaba ir a la
cárcel para estar aislado de todo (…) El linchamiento duró más de dos años. Yo
creo que con el fallecimiento de mi mujer el linchamiento debió parar”.
Ahora,
el damnificado celebra que ha podido rehacer su vida, pero no olvida aquellos
años: “Estoy bien. Me fui a otra ciudad. He reestablecido mi vida, he conocido
a otra mujer y ahora estoy con ella, pero los recuerdos están ahí”.
Opinión:
En 37 años de experiencia y contactos con personas que han
sufrido atentados terroristas o con personas que han vivido situaciones
relacionada con el mismo, he tenido el honor de conocer a increíbles ejemplos
de dignidad y honestidad. Uno de ellos fue el SEÑOR Rodolfo Ruiz.
Del mismo modo he conocido a verdaderas piltrafas humanas,
despojos que se han montado en el euro ejerciendo una impostura que espero algún
día se haga pública. Impresentables que copiando las recetas y prospectos de la
medicación que tomaban familiares de víctimas o explicando heridas ajenas como
si fueran las suyas propias han recibido cuantiosas indemnizaciones o
incapacidades laborales con altas pensiones mensuales. Pensiones mensuales que incluso
sobrepasan, por mucho, las que reciben algunos padres y/o madres de víctimas
asesinadas. Es el pago a los favores prestados para utilizar el dolor ajeno
partidista y políticamente.
Pero conocer a personas dignas, honradas, íntegras y
nobles como Rodolfo Ruiz compensan, en mucho, conocer a cualquiera de esos impresentables.
Vaya desde aquí un fuerte abrazo para Don Rodolfo Ruiz.
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