jueves, 19 de diciembre de 2024

18 diciembre 2024 elplural.com (opinión)

 

18 diciembre 2024 



El comisario del 11M al que la derecha arruinó vuelve a sonreír: "He restablecido mi vida, pero los recuerdos están ahí"

Rodolfo Ruiz fue víctima de los bulos de la derecha política y mediática tras el atentado

Las mentiras de la derecha respecto de uno de los días más trágicos de nuestro país, el atentado del 11 de marzo de 2004 (11-M) fueron más allá de la autoría de los crímenes; de esa llamada a los periódicos diciendo que había sido ETA.

Los bulos, en una época en la que vuelve a ser necesaria poner en valor el poder de la información veraz y contrastada, se llevaron por delante la vida de mucha gente que peleaba por esclarecer lo ocurrido y responder muchas preguntas que, seguramente, nunca reciban contestación.

Una de esas personas fue Rodolfo Ruiz, a quien las fuerzas conservadoras políticas y mediáticas truncaron su futuro, aunque ahora ha sido capaz de rehacerse. “He restablecido mi vida, pero los recuerdos están ahí”, declaraba el pasado lunes a la Cadena Ser con motivo de los 20 años que han pasado desde que Pilar Manjón, representante ya por aquel entonces de las víctimas, compareciera en el Congreso de los Diputados con un discurso tan duro como cargado de emotividad. El acoso y derribo contra ellos fue tal que la mujer de Ruiz se terminó suicidando.

El protagonista de estas líneas, que también habló en su día con ElPlural.com, contaba la pasada noche a Aimar Bretos los pormenores de algunos de aquellos momentos tan duros. Desde el minuto uno tuvo claro que no había sido la banda armada porque ETA “siempre había intentado preservar lo que ellos llaman víctimas inocentes” y “los muertos que allí había eran gente trabajadora, humilde (…)”. “Arriba piensan que es ETA”, obtuvo como respuesta.

A él y otros compañeros les pidieron hacer un inventario de los objetos de las víctimas que, en última instancia “quedaron depositados en un cuarto perfectamente cerrado para que no se perdiera la cadena de custodia”. “Cuando se empieza la inspección, a la 1 o 2 de la mañana, cuando llego a casa se me comunica que se había encontrado un artefacto explosivo. Se activó el protocolo de seguridad y la desactivaron los Tedax antes de que yo llegara”, acompaña. Esta era la única bomba de los trenes que no explotó.

A partir de ahí, otra vez tropelías mediáticas con voces como la de Federico Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez como precursoras. “Yo no llegué a ver la bomba en ningún momento y se me acusó de haberla colocado (…) Desde algunos poderes mediáticos se me acusó, parece mentira”, emitía a la vez que recordaba una de las frases del periodista de esRadio: “Dijo que yo había colaborado en una masacre criminal y que había inundado de pruebas falsas el sumario del 11-M”.

"No les importó nada destrozar, aniquilar y matar en vida a una persona y su familia"

El excomisario lamenta que “no les importa nada destrozar, aniquilar y matar en vida a una persona y a una familia”. “Es mucho dolor interno. Se ensañaron conmigo, me persiguieron mediáticamente y no les importó nada con tal de conseguir sus propósitos”, relataba. A título personal, a él le dio un infarto: “No queríamos hablar, pero estábamos hablando constantemente del tema. Era un sinvivir, intentaba aislarme, no cruzarme con vecinos, como su fuera un apestado (…) Mis hijos estuvieron conmigo en todo momento porque saben que soy una persona incorruptible”.

A todas las mentiras todavía hubo que añadir más cuando, un año después agredieron al entonces ministro José Bono durante una manifestación. Detuvieron a algunas personas y determinados medios empiezan a acusarle de detención ilegal y de colaborar con el PSOE sin tener siquiera en cuenta que “en su acta de declaración hacen constar que comparecían libre y voluntariamente”. “El PP fue contra él porque las dos personas a las que se les tomó declaración eran ediles del PP en Las Rozas. Rodolfo estuvo condenado por esto, pero finalmente fue absuelto por el Tribunal Supremo, aunque en aquellos años estuvo inhabilitado para ejercer como policía”, exponía.

En ese maremágnum la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, llegó a llamarle presunto terrorista. Y la presión constante afectó a quienes tenía más cerca: “El desenlace de mi mujer fue fatal. Fue una persona con mucho carácter. Lucho mucho. Escribió cartas hasta a la Casa Real, al PP, hablándoles de mi inocencia (…) Yo había momentos en las que deseaba ir a la cárcel para estar aislado de todo (…) El linchamiento duró más de dos años. Yo creo que con el fallecimiento de mi mujer el linchamiento debió parar”.

Ahora, el damnificado celebra que ha podido rehacer su vida, pero no olvida aquellos años: “Estoy bien. Me fui a otra ciudad. He reestablecido mi vida, he conocido a otra mujer y ahora estoy con ella, pero los recuerdos están ahí”.

Opinión:

En 37 años de experiencia y contactos con personas que han sufrido atentados terroristas o con personas que han vivido situaciones relacionada con el mismo, he tenido el honor de conocer a increíbles ejemplos de dignidad y honestidad. Uno de ellos fue el SEÑOR Rodolfo Ruiz.

Del mismo modo he conocido a verdaderas piltrafas humanas, despojos que se han montado en el euro ejerciendo una impostura que espero algún día se haga pública. Impresentables que copiando las recetas y prospectos de la medicación que tomaban familiares de víctimas o explicando heridas ajenas como si fueran las suyas propias han recibido cuantiosas indemnizaciones o incapacidades laborales con altas pensiones mensuales. Pensiones mensuales que incluso sobrepasan, por mucho, las que reciben algunos padres y/o madres de víctimas asesinadas. Es el pago a los favores prestados para utilizar el dolor ajeno partidista y políticamente.

Pero conocer a personas dignas, honradas, íntegras y nobles como Rodolfo Ruiz compensan, en mucho, conocer a cualquiera de esos impresentables. Vaya desde aquí un fuerte abrazo para Don Rodolfo Ruiz.

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