17 diciembre 2024
Zoido,
sobre los atentados de Cambrils y Barcelona: «La responsabilidad seguir al imán
de Ripoll antes del 17-A era de los Mossos»
Niega
que Es Satty fuera colaborador de la Guardia Civil o la Policía Nacional
El
exministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha defendido que la
responsabilidad de hacer seguimiento del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, y
prever su posible radicalización antes del 17-A era de los Mossos d’Esquadra al
ser la “policía integral” de Catalunya. Lo ha explicado en su comparecencia
este martes en el Congreso ante la comisión que investiga los ataques de
Barcelona y Cambrils que dejaron 16 muertos. Al mismo tiempo, ha negado que Es
Satty fuera colaborador o informador de la Guardia Civil o la Policía Nacional
y ha justificado los contactos que estos cuerpos mantuvieron con el imán porque
era un «islamista» sospechoso. Zoido ha rechazado hablar de «negligencia» pero
ha admitido que «algo no se hizo bien».
En
una comparecencia por videoconferencia desde el Parlamento Europeo, Miguel
Ángel Zoido ha asegurado que en los atentados del 17-A “no falló la
coordinación policial” y ha insistido en que en el momento en que tuvo lugar la
tragedia la “colaboración policial” y la “lealtad institucional” eran totales.
En este sentido, ha elogiado la profesionalidad de todos los cuerpos y fuerzas
de seguridad del Estado, incluidos los Mossos d’Esquadra.
“Esa
teoría de que había un posible ocultamiento de información, que había una
dejadez de funciones, me parece que está fuera de cualquier razonamiento
lógico”, ha señalado el ministro, quien ha afirmado que toda la información que
aportó el Mossad o la CIA era “genérica” y no incluía detalles en un contexto
en el que la amenaza terrorista estaba a la orden del día en toda Europa.
Como
muestra del trabajo coordinado que se llevaba a cabo, ha explicado que desde
enero de 2013 hasta septiembre de 2017 en todo el Estado se detuvieron a 222
yihadistas, de los cuales 76 en Catalunya, lo que representa el 30% del total.
“Estos datos evidencian el elevado índice de yihadismo que había allí y la
colaboración policial existente”, ha considerado Zoido.
Niega
que el imán de Ripoll fuera colaborador y responsabiliza a los Mossos
Zoido
ha negado rotundamente que Abdelbaki Es Satty fuera colaborador de la Guardia
Civil o la Policía Nacional. Ha admitido que el instituto armado había puesto
el foco en él cuando se encontraba en prisión por un delito previo de
narcotráfico porque era “islamista” y para estudiar su posible radicalización o
la influencia que podía ejercer sobre otros reclusos. Así, ha explicado que las
fuerzas y cuerpos de seguridad lo incluyeron en el protocolo que existía para
este tipo de situaciones, pero ha dejado claro que este hecho no significa que
fuera informador. Además, y en la línea con lo que explicó José Antonio Nieto,
quien era secretario de Estado de Seguridad en 2017, ha señalado que no le
consta que la Guardia Civil o la Policía Nacional lo visitaran una vez cumplió
su condena.
En
este sentido, ha aprovechado para señalar a los Mossos y explicar que era esta
policía la que debería haber hecho un seguimiento de este sospechoso una vez
quedó en libertad. “Son la policía integral de Catalunya y la que tiene las
competencias para velar por la seguridad en este territorio”, ha recordado
Zoido, quien ha preguntado a los diputados si alguno había preguntado a la
policía catalana si se entrevistaron con Es Satty.
El
yihadismo y frenar el golpe de Estado: prioridades del gobierno Rajoy
Ante
las preguntas de algunos diputados que han insinuado que el gobierno de Mariano
Rajoy y los cuerpos y fuerzas de seguridad estuvieran más interesados en frenar
el independentismo que en evitar un posible atentado, el eurodiputado ha
asegurado que ambas cuestiones eran prioritarias para su ministerio. “En aquel
momento la prioridad era defender la seguridad, donde compartíamos una
responsabilidad que principalmente tenían los Mossos, y mantener el orden
constitucional porque no podíamos consentir un golpe de Estado contra la
Constitución”, ha apuntado Zoido, quien ha subrayado que estas cuestiones no
eran “excluyentes la una de la otra”.
“Que
estemos dudando permanentemente de las instituciones me parece lamentable y muy
triste. Llegar a sembrar una duda de estas características sobre un cuerpo que
tiene la reputación que tiene la Guardia Civil a escala internacional me parece
que no es obrar con lealtad”, ha rematado. Al mismo tiempo, ha considerado que
es “lamentable y triste” que se dude de la policía española, el sistema de
autonomías y el Estado de derecho: “Es absurdo y patológico”, ha asegurado.
Desclasificación
de material inminente
Sobre
la decisión del gobierno español de desclasificar material reservado sobre el
atentado del 17-A próximamente, tal como han pedido algunas formaciones, ha
asegurado que no es un tema que le preocupe.
El
exministro ha terminado su intervención cargando contra el gobierno de Pedro
Sánchez y el PSOE y ha dicho que le entristece que en la “propia casa de la
democracia”, en referencia al Congreso, se dé alas a las «teorías
conspiranoicas» en un intento por “atornillar a Sánchez en la Moncloa”.
Tardanza
en relacionar la explosión de Alcanar con un atentado
La
sesión de este martes también ha contado con la comparecencia de Rocío Rubio,
jefa de la policía científica en la explosión de Alcanar. Ha explicado que la
policía catalana no relacionó este suceso con un posible ataque terrorista
liderado por el imán de Ripoll hasta que tuvo lugar el atropello de La Rambla,
el 17 de agosto.
“En
ningún momento se habló de explosivos o atentado e incluso la segunda explosión
coincidió con el momento en que la máquina removía escombros”, ha comentado la
agente, quien ha dicho que “la conexión se hizo 10 minutos después de esta
segunda explosión, cuando supimos que había ocurrido el atropello y dijimos, ya
está, esto es otra cosa”.
Asimismo,
ha reconocido que ni los Mossos, ni los propios miembros de la célula tenían
mucho conocimiento sobre el TAPT, el explosivo que el grupo almacenaba en
Alcanar. “Era muy inestable”, ha apuntado Rubio.
Por
otra parte, ha dicho que en 2017 no existía un control exhaustivo en cuanto a
adquisición de precursores de explosivos. Así, ha considerado que el grupo los
podría haber adquirido sin muchas dificultades y podría haber aprendido a
fabricar las bombas a través de internet.
La
responsable de la policía científica ha defendido que hubo una buena
colaboración policial y ha destacado especialmente el capítulo referente a
medicina forense, donde, según ha dicho, siempre ha habido una excelente
coordinación.
En
cuanto al imán de Ripoll, ha explicado que se le identificó gracias a “muestras
atribuidas altamente fiables” que se recogieron de su casa. Ha dejado claro que
este es un sistema habitual en este tipo de situaciones cuando no se dispone de
ADN de un familiar directo.
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