En Robert sempre ha defensat la pluralitat entre les víctimes del terrorisme i això el va portar a publicar el següent article a “El Periódico de Catalunya” el 25 de novembre de 2007. L’article el va tenir que escriure mentre tornava de un viatge social amb víctimes al Monasterio de Piedra.
“Els altres manifestants”
Los políticos catalanes que fueron a Madrid ignoran a las víctimas de aquí
Partiendo del máximo respeto a todas las decisiones, ha vuelto a quedar claro que en el colectivo de víctimas del terrorismo existe pluralidad, pese a quien pese. No todas las víctimas estaban en Madrid, ni tan siquiera las que algunos esperaban. Muchas, disfrutamos de dos días de convivencia en el Monasterio de Piedra. Otras, centenares, en Huelva, en las séptimas jornadas de trabajo. Cientos más, reunidas para estudiar las decisiones a tomar en relación a la sentencia del 11-M. Y otras, con todo derecho, descansando en sus domicilios. Toda esta variedad de opciones demuestran las diferentes formas de pensar existentes en un colectivo tan amplio, por desgracia, como el nuestro.
En el Monasterio de Piedra (Zaragoza) víctimas de ETA, Grapo, Terra Lliure o extrema derecha, pasaron el fin de semana juntas. También en Huelva, presentando proyectos de las diversas asociaciones autonómicas para mejorar la asistencia a todos nuestros compañeros. ¿Por qué ahora hay que manifestarse? ¿Por qué no se hizo en otras ocasiones? ¿No se han vivido otras situaciones parecidas? Respetamos siempre las decisiones de los gobiernos de turno. ¿Por qué ahora no?
Y eso por no hablar de aquellos representantes políticos catalanes que viajan a Madrid a manifestarse con “algunas” víctimas, mientras todavía no se han atrevido a contactar y mucho menos preocuparse de las víctimas que vivimos en Catalunya. Respetando a los que se manifiestan, exigimos para nosotros el mismo respeto. La realidad es que en la última manifestación de la AVT solo dos víctimas catalanas fueron a Madrid, y una de ellas, visto lo visto, no piensa volver. Viajaremos a Madrid a trabajar, a ayudar a 800 víctimas del 11-M, a acompañar a otras víctimas en los juicios, a presentar proyectos asistenciales para todas las víctimas, incluyendo las que nos insultan. La política la dejamos para los políticos.
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