28 diciembre
2014
Jonan Fernández: “ETA debe valorar que si rechaza propuestas como la
del desarme, no tendrá interlocutor al otro lado de la mesa”
En dos años de legislatura, la Secretaría de Paz ha
presentado múltiples iniciativas y planes. El último, una propuesta de desarme
“rápido, viable y efectivo”
El área de paz y convivencia es
uno de los grandes ejes en la acción de gobierno del lehendakari Iñigo Urkullu,
que ahora cumple el ecuador de la legislatura. El responsable de estas
políticas, Jonan Fernández, se muestra satisfecho y defiende el trabajo
realizado, aunque asume las críticas y cree que aún falta el gran salto: llegar
a acuerdos. La última propuesta, el emplazamiento directo a ETA para abordar un
plan de desarme mediante un Comité para el Desarme compuesto por representantes
del Foro Social, de la Comisión Internacional de Verificación y del
Gobierno vasco, ha generado polémica.
La propuesta de desarme del
Gobierno vasco ha recibido duras críticas por parte de la izquierda abertzale y
algo más matizadas de otros grupos.
-La política funciona por el
principio de contradicción, y entonces es habitual pensar que cuando presentas
una propuesta nueva tenga reacciones encontradas. Pero es difícil entender un
rechazo que no contempla la posibilidad de dialogar.
¿La respuesta de la izquierda
abertzale anticipa la que pueda dar ETA, la parte emplazada?
-No lo sabemos, pero de alguna
manera en estos temas la izquierda abertzale y ETA tienen que valorar si
quieren tener interlocutor al otro lado de la mesa o no. Porque si rechazan
estas propuestas de diálogo, como la de Hitzeman o esta del desarme, lo que
está claro es que al otro lado de la mesa la silla estará vacía.
Han dicho que su propuesta, como
el plan Hitzeman sobre la política penitenciaria, es un brindis al sol.
-Todas las propuestas tienen un
valor potencial incierto hasta que se acuerdan y se impulsan. Las nuestras
también. Pero el hecho de ponerlas encima de la mesa y plantear un recorrido
posible tiene un valor. El que lo quiera negar es que no quiere aceptar los
hechos. Y los hechos son que el Gobierno vasco está presentando propuestas
concretas y comprometidas claras.
¿Por qué se hace pública la
propuesta solo minutos después del comunicado de los verificadores?
-Porque el balance de lo que iban
a presentar los verificadores era realmente escuálido y de alguna manera era el
colofón después de un año y después de la operación de febrero [se refiere al
vídeo en el que unos encapuchados entregan una pequeña cantidad de armas a
representantes de los verificadores], que ya generó dudas, y este balance era
reforzar aquella sensación. El Gobierno vasco quería dejar claro, con
contundencia y claridad, que hay una opción para un desarme real. Y este era el
momento.
Los verificadores eran más
optimistas...
-No tenían otro remedio. La Comisión lo que no puede
hacer es fabricar lo que no tiene. Tenía que dar cuenta de lo que tiene, y es
muy poco realmente. Forma parte de la tarea de la CIV tratar de valorar lo que
tiene, pero sabiendo que es muy poco.
Ha podido parecer una
desautorización a la
Comisión.
-No sé si lo ha podido parecer,
lo que sé es que no lo era. En todo momento hemos estado tratando con los
verificadores y esta propuesta que hemos hecho pública el 21 de diciembre ellos
ya la conocían, porque les había sido expuesta oralmente y con detalle desde
hace prácticamente dos meses. O sea, que no estábamos ante un planteamiento que
les cogiera por sorpresa. Además, el mismo 21 de diciembre lo hablamos con
ellos para que supieran que se iba a hacer pública.
¿Defiende el trabajo de los
verificadores?
-Sí, sí. El Gobierno respeta y
apoya el trabajo de los verificadores. Lo que no podemos apoyar son procesos
que no tienen efectos.
Parece que hay un cambio de
escenario. Hace unos meses el lehendakari no recibió a Jonathan Powell, ahora
este asunto de los verificadores... ¿Se le ha acabado la paciencia al Gobierno
vasco y ha querido dar un puñetazo encima de la mesa?
-El mensaje que hemos ido
trasladando a los agentes internacionales es que no compartimos la política de
intervenciones mediáticas sin contenido, y este año ha habido unas cuantas. Hay
que tener en cuenta que este Gobierno lleva dos años en activo, dos años en los
que, más allá de apariciones de contenido principalmente mediático pero no
real, no ha habido mucho más.
¿Esperaba el Gobierno vasco un
gesto más contundente antes de fin de año?
-Últimamente habíamos perdido la
esperanza, pero después de lo que pasó en febrero, después de algún comunicado
a mitad de año, sí que esperábamos que antes de terminar el año hubiera algún
paso más claro y más serio. Pero todo el mundo tiene que entender que lo
mínimo-mínimo sería conocer un calendario. Y para ofrecer un calendario no es
problema ni el Gobierno español ni las dificultades operativas ni nada. Es
simplemente comprometerse a un calendario. Pero pretender que los demás
apoyemos un proceso de sellado sin que lo verifique nadie y además sin un
calendario no es serio.
¿Conocía el Gobierno vasco el
alcance de los informes de ETA sobre sellado de armas de que hablaban los
verificadores?
-Hay temas sobre los que debemos
ser discretos, y este es uno, pero conocíamos los términos del comunicado que
se iba a presentar.
¿Les han trasladado los
verificadores algún tipo de malestar?
-No, no. Todo lo contrario. Han
comprendido que el Gobierno vasco tiene un papel propio y que tiene todo el
derecho a presentar esta propuesta y que es lógico que lo haga.
En lenguaje común, ¿qué significa
“sellar” y “poner fuera de uso operativo” armas y arsenales?
-Aquí, no sé lo que significa. En
otros procesos, eso ha significado que las armas se depositan en algún tipo de
cofre o almacén cuyo acceso queda en manos de un tercero que está aceptado por
unos y por otros. Ese tercero tiene el compromiso bien de proceder a la
destrucción de ese arsenal o a mantenerlo clausurado. Pero aquí estamos ante un
proceso extraño, no se puede hacer como que no existe el papel del Gobierno
español.
¿Pero en ese “sellado” las armas
estarían inutilizadas?
-En principio, no.
¿Cuál sería el papel de la CIV en el plan de desarme del
Gobierno?
-En el Comité de Desarme que
propone el Gobierno hay tres agentes principales: el Foro Social, la CIV y el propio Gobierno.
Digamos que sería la entidad que tendría que dar cobertura y aval internacional
al proceso, por su experiencia, conocimiento, etc.
¿Y el Foro Social?
-También tiene un papel muy
importante. Hay que recordar cómo se crea el Foro Social, por qué y para qué,
por sugerencia de quién y cómo está, qué fue de la Comisión de notables del
Foro Social. En este momento está sin misión. En nuestra propuesta tratamos de
recuperar el papel que aquel Foro debía jugar.
Dicen que el plan de desarme es
legal y con todas las garantías pero, ¿no podría comprometer a la Ertzaintza ?
-No, porque lo que haría la Er-tzaintza y el
Gobierno vasco, en su caso, sería actuar legalmente de forma inmediata. Cuando
tuviera algún tipo de información, actuaría como legalmente proceda.
¿ETA podría querer vincular su
desarme a una solución al tema de los presos?
-En el contexto actual, creo que
lo mejor es decir las cosas claramente. Si realmente están en eso, que lo
digan. Pero hasta el momento no lo han explicitado de esa manera. En este
momento puede ser una combinación diabólica, que unidas así haga que ni una ni
otra se solucionen en mucho tiempo.
Otra tentación, que parece real,
es la de dilatar el tiempo a la espera de un nuevo Gobierno en España que sea
más proactivo.
-Sí, nosotros tenemos esa
preocupación, que haya un interés de cálculo táctico-político de que dentro de
un año y medio la situación será mejor. Aparte de que ese tipo de análisis son
muy arriesgados, creo que se pierde año y medio y la sociedad va hacia
adelante. Hay que ir dando pasos sin parar.
Opinión:
Es muy oportuno
leer noticias que, dentro de la gravedad del tema, mencionan los pasos que, una
vez realizados, serian muestra de sentido común. Para que el llamado
"proceso" sea creíble, un desarme de ETA seria provechoso,
especialmente para que nadie sea capaz de pensar en la posibilidad de volver a
dolorosos años pasados.
Pero hay veces
que debe conocerse quien es quien en toda esta historia y siempre es bueno
comprobar que hay quien, con el tiempo, sabe reconocer sus errores y variar sus
opiniones...
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