martes, 30 de mayo de 2017

29 mayo 2017 Diario Córdoba

29 mayo 2017



Oleada terrorista en la UE
Los policías explican ese aumento de ataques por el uso intensivo de ‘apps’ como Telegram. El Estado Islámico consigue perpetrar al menos un atentado cada mes en los países europeos

Los policías y agentes de espionaje dedicados a la lucha contra el terrorismo islámico, en conversaciones confidenciales, lo reconocen ya sin ambages. «Europa está sufriendo la mayor oleada terrorista de su historia. En los últimos meses, los atentados se han convertido en algo cotidiano», sentencia un policía español dedicado al combate contra el yihadismo. El responsable de un servicio de inteligencia se muestra aún más contundente: «Hay que acostumbrarse. Durante algún tiempo va a haber que convivir con ese golpeo constante del terrorismo».
Un repaso cronológico les da la razón. En los últimos dos años y medio, desde enero del 2015 hasta hoy, es decir, entre los ataques de Charlie Hebdo y la masacre de Manchester, se han producido 18 acciones terroristas en territorio europeo. En los 11 años anteriores al 2015, hubo seis, incluido el 11-M en Madrid. Es decir, se ha pasado de una media de un atentado terrorista cada 22 meses a uno cada 1,6 meses.
Una tendencia que se ha incrementado aún más si cabe desde la primavera del 2016. En los últimos 11 meses, en territorio de la UE se han producido 14 ataques. Es decir, más de uno al mes. En estos meses ha habido de todo: acciones perpetradas por lobos solitarios a bordo de camiones, como los atentados de Niza y Berlín o Estocolmo; atentados con explosivo que llevaban la marca de una célula organizada, como el de Manchester; apuñalamientos y disparos contra policías en la vía pública; degollamiento de un sacerdote en su iglesia; ataques con hacha dentro de trenes, incluso un atentado a las puertas del Parlamento de Westminster…
Si el terrorismo yihadista no es ni mucho menos un fenómeno nuevo. ¿por qué ahora se han multiplicado los atentados de este modo?

Venganza por la ofensiva

Los policías expertos en la lucha antiyihadista apuntan a varias razones. La primera está vinculada a la ofensiva contra el Estado Islámico en Siria e Irak. «Hay una evidente relación causa-efecto entre las ofensivas sobre Mosul y Raqqa, las dos grandes ciudades controladas por el EI, y esta oleada de atentados en suelo europeo», señala un mando policial. «Dan Siria e Irak casi por perdidos, así que se vuelcan en la yihad en Europa», comenta este mando, que añade: «La idea es ‘vosotros nos atacáis en Siria, nosotros os atacamos en Europa’».
Un argumentario que se ha repetido con la masacre de Manchester, donde en los canales yihadistas se ha justificado la matanza de niños y adolescentes en la ciudad británica como respuesta a la muerte de niños en los bombardeos occidentales sobre posiciones yihadistas en Siria e Irak. En ese atentado, además, se suma la concepción que los yihadistas tienen de ese tipo de espectáculos musicales, que perciben como depravados y satánicos.

Una maquinaria magistral

La segunda razón que apuntan para explicar este martilleo constante de atentados radica en «la extraordinaria y magistral maquinaria de comunicación que ha levantado el Estado Islámico», como señala otro responsable antiterrorista.
Los yihadistas han puesto en pie a través de las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea –especialmente mediante los canales de Telegram– un canal de comunicación constante y directa con sus simpatizantes en Europa.
«Nunca antes un grupo yihadista podía contactar de una manera tan rápida y tan directa con tanta gente. Sus canales son extraordinariamente efectivos tanto para captar voluntarios como, y eso explica lo que está pasando, para hacerles pasar a la acción. Han conseguido crear un hilo directo con estos chicos. Es una vía de comunicación de efectos demoledores. Les instan a actuar y les dan instrucciones de cómo actuar. Además, como pueden contactar con tanta gente, aumentan las posibilidad de dar con alguien dispuesto a actuar».
En esos mensajes, el EI busca «pescar» en el caladero de jóvenes musulmanes sin futuro y con graves crisis de identidad. «Su mensaje es poderoso: ‘No nos importa quién eres, ni de dónde ni lo que haces. Pero necesitamos tu ayuda’», afirma este agente.
Los expertos policiales coinciden en que esa oleada de ataques responde a una estrategia precisa. «Ellos buscan que con esos atentados las sociedades europeas reaccionen con un auge de la ultraderecha que alimente una política islamófoba que indigne aún más a las comunidades musulmanas, lo que aumentaría la radicalización. Es el círculo perfecto». Incluso están explotando en esa estrategia la deshumanizada gestión del drama de los refugiados.
Las fuerzas de seguridad intentan poner freno a esa ofensiva yihadista. La vigilancia sobre los sospechosos de simpatizar con el yihadismo se ha multiplicado y se está especialmente atento a la llegada de retornados, esos yihadistas que tras combatir en Siria e Irak (donde han adquirido granes capacidades bélicas) regresan a territorio europeo.

Pero no basta. «Esto se nos ha ido de las manos, y dejárnoslo solo a los policías es un error», sentencia otro oficial de la policía. «Aquí hay que hacer una estrategia global contra la radicalización donde participen todas las administaciones (el Gobierno, los ayuntamientos...) y en que se trabaje desde el ámbito religioso, educativo, de juventud, etcétera».

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