jueves, 17 de agosto de 2023

15 agosto 2023 El Periódico (opinión)

15 agosto 2023

 


Las víctimas del ataque más sangriento en Irlanda del Norte piden justicia 25 años después

El 15 de agosto de 1998, un coche con 226 kilos de explosivos en su interior fue detonado en el municipio de Omagh, en Irlanda del Norte, matando a 29 personas –entre ellas una mujer embarazada de gemelos y dos ciudadanos españoles– e hiriendo a más de 200. El ataque, cometido por una escisión del Ejército Republicano Irlandés (IRA) tras la firma de los acuerdos del Viernes Santo, ha sido el más sangriento en más de tres décadas de conflicto entre los unionistas y los republicanos irlandeses.  

Sin embargo, tanto las víctimas del atentado como sus familiares siguen esperando respuestas 25 años después para un caso por el que nadie está cumpliendo condena.

Todos los acusados por haber participado presuntamente en los ataques han sido exculpados en los juicios penales debido a las irregularidades en la presentación de las pruebas y en las declaraciones de los agentes de policía, algo que se ha mantenido hasta la fecha. Lo que sí prosperó fue la demanda interpuesta por la vía civil contra cuatro de los presuntos autores, que tuvieron que pagar una indemnización total de 1,6 millones de libras en 2009 a 12 familiares que iniciaron el proceso contra ellos. Algo insuficiente para muchas de las víctimas que siguen confiando en aclarar lo ocurrido.

“Para nosotros, y para todas las demás personas que perdieron familiares, fue una tragedia familiar personal e individual”, ha asegurado Michael Gallagher, el padre de una de las víctimas, durante los actos de homenaje celebrados este fin de semana en la ciudad. El Gobierno de Reino Unido anunció en febrero de este año la creación de una investigación independiente para aclarar si hubo errores en la comunicación entre las fuerzas de seguridad y si las muertes podrían haberse evitado. El juez Alan Turnbull será el encargado de liderar esta investigación y podrá decidir qué partes de la misma serán de conocimiento público. 

Momento decisivo

El atentado ocurrió en un momento decisivo para el futuro de Irlanda del Norte. Los máximos dirigentes del Sinn Féin –el brazo político del IRA– y de los partidos unionistas habían acordado cuatro meses antes firmar el acuerdo que ponía fin a más de tres décadas de violencia sectaria, pero el atentado orquestado por la escisión del grupo armado, bautizada como el IRA Real, puso en entredicho la capacidad de los republicanos irlandeses para desarmar a la banda. La situación obligó al presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, a hacer una declaración sin precedentes condenando el atentado. 

Los propios responsables de la explosión aseguraron a través de un comunicado poco después de que su intención era causar daños materiales y pidieron disculpas por haber provocado víctimas civiles, algo que ocurrió después de que la policía desalojara una zona equivocada tras recibir el aviso de bomba. Ese día cientos de personas se encontraban en la calle celebrando el fin del carnaval de la ciudad, lo cual provocó que las consecuencias fueran más desastrosas de lo previsto.

Apoyo mayoritario

Más allá de las preguntas sin resolver de los años de los problemas en Irlanda del Norte, los acuerdos de paz cuentan a día de hoy con un apoyo mayoritario de la población. Según una encuesta publicada por el Instituto de Estudios Irlandeses de la Universidad de Liverpool, más de dos tercios de los norirlandeses consideran que han contribuido a reducir la violencia y a mejorar la economía, así como las perspectivas de futuro de los más jóvenes. Las diferencias políticas y muchas heridas, sin embargo, siguen abiertas 25 años después.

Opinión:

Leyendo la información me venían a la mente muchos recuerdos sobre las gestiones y el enorme caudal de trabajo que tuvimos en la ANTIGUA AVT cuando el salvaje atentado de Omagh se produjo.

Solo decir eso. El resto ya se lo puede imaginar cada uno de los lectores.

 

 

 

 

 

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