jueves, 17 de agosto de 2023

27 julio 2023 (6) infolibre.es

27 julio 2023 


 

 

ETA y txapote, granero de votos para la derecha

José Antonio Martín Pallín

El grito tribal y tabernario "Que te vote Txapote” ha monopolizado el argumentario de la España zaragatera y triste, como diría el maestro Antonio Machado, incapaz de construir un discurso dialéctico racional y solvente para combatir a los adversarios políticos, ofreciendo alternativas racionales y posibilistas para enfrentarse a una realidad inquietante que no permite esconder el pico bajo el ala patriótica. Como era de esperar, este exabrupto fue coreado espero que por una minoría en la plaza de toros de Pamplona donde otrora debió lucir sus habilidades taurinas el maestro Frascuelo, uno de los referentes culturales de la España de charanga y pandereta que, por desgracia, se resiste a sustituir sus anacrónicos valores de guardarropía por nuevas aportaciones que vayan más allá de las miserias y telarañas del pasado.

A los que desprecian cuanto ignoran conviene recordarles que ETA nació en el año 1958 después de expulsar del movimiento vasco Ekin a las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, que se oponían a la utilización de la violencia como forma de oposición al franquismo. Durante la dictadura, sus acciones violentas gozaron del apoyo y comprensión de la oposición al franquismo. Muchos países europeos, sobre todo Francia, les ofreció cobijo en lo que se denominaba su santuario. Sin duda, el punto culminante de sus acciones violentas se alcanzó con el asesinato del almirante Carrero Blanco, que había sido designado Presidente del Gobierno el 9 de Junio de 1973. Las estructuras del régimen no solo no se vieron afectadas, sino que desembocaron en el nombramiento del ministro del Interior, Carlos Arias Navarro, encargado de la protección de Carrero, como nuevo Presidente del Gobierno. Franco, en aquella noche, al dirigirse a los españoles, pronunció una frase que ha quedado para el futuro: “No hay mal que por bien no venga”. Todavía no se ha descifrado el enigma.

En agosto de 1970, ETA había celebrado su VI Asamblea, en la que se pusieron de relieve las fricciones entre los militaristas, partidarios de continuar con la actividad terrorista, y otro sector que abogaba por la participación política. Se produjo una escisión que perpetuó la violencia terrorista hasta el final de la dictadura, enlazando con el inicio de la transición política. La amnistía de 1977 les proporcionó la oportunidad de reconsiderar su postura abandonando la lucha armada. El sector militarista no sólo no aceptó la oportunidad, sino que incrementó de forma notable sus acciones terroristas (asesinatos, secuestros y extorsiones) consiguiendo desequilibrar la estabilidad democrática. En el golpe militar de Milán del Bosch y de Tejero (23F) tuvo una gran influencia el asesinato de militares y miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad.

El secuestro de Miguel Ángel Blanco, que culminó con su asesinato de un tiro en la nuca el 13 de julio de 1997, marcó un punto de inflexión en la lucha antiterrorista y en el rechazo unánime de todos los demócratas. Las manifestaciones públicas de repulsa en el País Vasco y en el resto de España fueron rotundas. La impresionante manifestación de Madrid colocó a ETA, por primera vez, ante la indignación y el impacto emocional de repulsa de la sociedad española. Los asesinos, entre los que se encontraba el tal Txapote, dispararon contra la democracia. Miguel Ángel fue el objetivo directo, y el partido político al que pertenecía no dudó en rentabilizarlo.

El Partido Popular ha vampirizado en su exclusivo beneficio el cruel y repugnante asesinato. Utiliza el terrorismo como contrapunto dialéctico contra los adversarios políticos y los que condenamos tan duramente o más que ellos mismos, su asesinato. Asistimos a espectáculos tan degradantes para la salubridad democrática como escuchar al entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, acusar en el Congreso de los Diputados al Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, de haber traicionado a los muertos, reprochándole los contactos con ETA que ellos mismos habían mantenido en la época del Presidente Aznar. Parece que no cejan. Muy recientemente Núñez Feijoo ha acusado al Presidente Pedro Sánchez de ser “más generoso con los verdugos que con las víctimas”.

Somos muchos los que pensamos que es indigno de un político sacar rédito del sufrimiento de toda la sociedad y de las víctimas de los atentados terroristas. Los medios de comunicación responsables deben contribuir al conocimiento de la realidad política que significa Bildu en el actual panorama político. Contribuye a reforzar la cultura democrática y hacer más madura a nuestra sociedad. Despachar la cuestión con el sambenito de filoetarras solo contribuye a degradar el nivel de respeto a la información veraz que compromete constitucionalmente a los que ejercen la profesión periodística.

Esta simplificación grosera es, sin duda, un granero de votos para el Partido Popular y VOX. Espero que reine la sensatez y la mayoría comprenda que la disolución de ETA ha sido una buena noticia para nuestra tranquilidad y convivencia. Se ha conseguido por el Gobierno socialista con el apoyo de la mayoría de los partidos que tienen responsabilidades democráticas y valoran la trascendencia de ese logro. Se ha conseguido con la simple aplicación de las reglas de la democracia. Resulta hasta inmoral seguir cuestionando esta conquista. No creo que me aparte mucho de la realidad si llego a la conclusión de que, al fin y al cabo, ETA ha trabajado y ha sido un factor determinante para incrementar el voto de la derecha. Dudo mucho que el nivel intelectual de estos psicópatas asesinos les permita valorar las consecuencias políticas que han conseguido.

Creo que ha llegado el momento de que, por simple coherencia, los voceros del Partido Popular y VOX reconozcan los efectos beneficiosos que, para sus aspiraciones electorales, les han proporcionado las sanguinarias actividades de la banda terrorista.

 

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