domingo, 12 de marzo de 2017

11 marzo 2017 (4) Deia (opinión)

11 marzo 2017



Las víctimas piden un relato “objetivo” de lo ocurrido “antes y después” del 11-M
Madrid acoge los actos de homenaje a los afectados y los familiares del atentado yihadista ocurrido hace trece años

La batalla del relato de lo ocurrido no tiene lugar solo en la Euskadi post-ETA. También en el Estado español sigue abierta, trece años después, la discrepancia por la narrativa de lo que sucedió el 11 de marzo de 2004 en la masacre yihadista que se llevó en la estación de Atocha la vida de 193 personas.
Han pasado trece años del atentado y las víctimas siguen exigiendo conocer la verdad no solo el día que explotaron las once bombas en cuatro trenes de Cercanías de Madrid, sino incluso los días antes -no está claro que los servicios de inteligencia español no estuvieron al corriente de un aviso de sus colegas noruegos sobre la posibilidad de un ataque yihadista en los días previos a las elecciones generales del 14 de marzo-, y también los días posteriores a la masacre en las que el PP de José María Aznar y el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se embarcaron en una guerra de versiones sobre la autoría que aún hoy día tiene muchas sombras.
Esta ha sido una reivindicación continua durante los últimos trece años pero ayer en el homenaje a las víctimas se hizo más patente que en otras ocasiones y así lo expresaron los diferentes colectivos de afectados que se dieron cita en el acto institucional de recuerdo. Las víctimas exigieron conocer toda la verdad para dejar atrás “las falacias” y despejar las incógnitas de los “misteriosos” informes policiales que recientemente han salido a la luz.
Como ocurre cada 11 de marzo, diferentes asociaciones de víctimas del terrorismo celebraron homenajes de recuerdo en Atocha y el Parque del Retiro, y, como ya sucedió el año pasado, sus líderes coincidieron en la Puerta del Sol en el primer acto de recuerdo organizado por la Comunidad de Madrid. Una unidad que también quisieron trasmitir la presidenta regional de Madrid, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, ya que ambas asistieron a todos los actos.
Más de una década en la que las víctimas “no han recibido la justicia que merecen” ni han descansado “en paz”, en palabras del presidente de la AVT, Alfonso Sánchez, quien recriminó en El Retiro la existencia de “misteriosos” informes policiales “guardados en cajones” sobre los atentados del 11 de marzo. “Queremos esos informes. Queremos saber la verdad y queremos justicia”, subrayó Sánchez, antes de lamentar que “parece que hace falta que se jubilen los cargos policiales para que tengamos conocimiento de que el 11-M es un caso abierto y que se siguió investigando”. De acuerdo se mostró Ángeles Pedraza, expresidenta de la AVT y madre de una joven asesinada aquel día, para decir que las víctimas se sienten “muy solas” cuando políticos y prensa utilizan “informes secretos como arma arrojadiza”.
Sin referirse directamente a esos informes, el presidente de la Asociación 11-M Víctimas del Terrorismo, Elogio Paz, exigió que se construya “el verdadero relato” de lo que pasó para que las víctimas sepan la verdad y se dejen atrás “las falacias que afloraron un día después del atentado” a raíz de la actuación del que fuera presidente del Gobierno, José María Aznar. Aunque hayan pasado ya 13 años, señaló, “va siendo hora de empezar a construir el relato objetivo de lo que ocurrió antes, durante y después del aquel día”, tanto sobre el atentado como sobre la invasión de Irak, que está en la raíz de la masacre pues fue a partir de entonces y de la foto de las Azores entre George Bush, Tony Blair y Aznar, cuando el entonces líder de Al Qaeda Osama bin Laden puso al Estado español en la diana de sus objetivos. “Y, 13 años después, todavía está por ver que [el Ejecutivo de Aznar (PP)] haya pedido perdón por la gestión realizada. Está por ver que haya asumido responsabilidades”, remachó Paz.
“Desamparo”
Tanto Sánchez como Paz coincidieron en que las víctimas sufren “desamparo” y se sienten “olvidadas”, unos mensajes que escucharon políticos, que reclamaron a la Administración proporcionar ayuda laboral después de que muchas personas, por sus lesiones, tienen dificultades para acceder a un empleo.
Por ambos escenarios mostraron su apoyo diferentes representantes. Los ministros de Defensa, María Dolores de Cospedal, y de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, arroparon a la AVT en El Retiro, donde también participaron Mari Mar Blanco; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; y algunos portavoces en la Asamblea y el Ayuntamiento madrileños de PSOE, Ciudadanos y Ahora Madrid (Podemos).
Desde el Ejecutivo, Cospedal defendió en El Retiro que la responsabilidad de los atentados la tienen “slo los propios terroristas”, y añadió que trasladar esta responsabilidad a otros es un “error” porque se puede “equivocar más o menos” pero “no son los responsables de los asesinatos, lo son los terroristas”.
En total 193 personas de 17 nacionalidades distintas -la española fue la más numerosa (143 víctimas)- perdieron la vida en los atentados perpetrados por Al Qaeda. La última murió en 2014 tras permanecer en coma diez años.
A las 192 víctimas se sumó el policía del GEO Francisco Javier Torronteras tres semanas después, el 3 de abril de 2004, como resultado de las heridas sufridas cuando siete miembros del comando islamista autor de la masacre se suicidaron utilizando los explosivos que almacenaban en un piso de Leganés.

Opinión:

De toda la información que he podido leer hoy sobre los actos de recuerdo y homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, hay algunas cuestiones que no me cuadran.
Se dice que el presidente de la AVT exige saber lo que dicen los informes y que quieren “verdad y justicia” pero, en cambio, no he leído en ningún sitio que hayan protestado oficialmente ante los intentos de seguir sembrando dudas que practican ciertos periodistas y/o medios de comunicación pese a la existencia de sentencias firmes que relatan y aclaran lo sucedido.

Por otro lado, observo que a alguno de los actos acudió la Presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo que es, al mismo tiempo, diputada en el Congreso por parte del Partido Popular. ¿Qué esperan los miembros de la Fundación para pedir explicaciones, aunque sea por razones éticas, ante esa extraña coincidencia? ¿O quizás se creen que desde la Fundación de Víctimas del Terrorismo harán alguna propuesta para encontrar solución a los problemas del colectivo “en general”? 
Como ya deberían haber aprendido otros políticos y ciertos ineptos, una cosa es un asistir a un homenaje y otra, muy distinta, trabajar por el bienestar de los homenajeados.

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