sábado, 11 de abril de 2015

11 abril 2015 (4) elconfidencial.com

11 abril 2015



Guerra cruenta entre el Ministerio del Interior y Cataluña por la ‘yihad’

Informes fantasmas, asaltos nocturnos, acusaciones en falso... El operativo de detención de 11 extremistas musulmanes en Cataluña va más allá de una simple operación principal



En la guerra abierta entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña tras la desarticulación de una célula yihadista que pretendía atentar en Cataluña hay algo más que puntos oscuros. De los movimientos efectuados por el ministro del Interior y por nacionalistas catalanes se desprende que el tema de la detención de 11 extremistas musulmanes va más allá de una simple operación principal. Desde Madrid se intenta vincular subliminalmente a yihadismo e independentismo, más bien, denunciar la yihad catalana encarnada en el soberanismo. Desde Barcelona, se denuncia una operación de acoso y derribo contra el proceso catalán cuyas trincheras se ubican en las cloacas del Estado.

En esta guerra no faltan informes fantasmas, elucubraciones de dirigentes políticos y extraños asaltos nocturnos a una sede de la Fundación Nous Catalans, encuadrada dentro de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

La reacción del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a las detenciones de los extremistas fue apuntar directamente a la fundación citada, vinculando su labor al auge del extremismo. Desde Nous Catalans, se niega ese aserto. “Se intenta estigmatizar al conjunto del mundo musulmán por lo que hace una minoría. El ministro ha construido un relato falso e intencionado a partir de que quiere fabricar una criminalización de Nous Catalans y del independentismo. Es un relato que quiere hacer daño”, explican a El Confidencial fuentes de la fundación convergente.

Al margen de la utilización política que se pueda hacer del tema, hay otro dato inquietante: el pasado mes de noviembre, alguien entró un fin de semana en la sede de la organización. Luego, dejó la persiana abierta y la puerta entornada. Así la encontraron a primera hora de la mañana de un lunes. No había desaparecido nada. No había sido forzada ninguna cerradura (son electrónicas las cerraduras). Sólo los libros de temática religiosa del despacho que alberga los asuntos marroquíes habían interesado a los asaltantes: los volúmenes estaban revueltos. “Debe ser que querían que supiésemos que tienen todo controlado y que pueden campar a sus anchas”, explica una fuente de Nous Catalans apuntando “hacia Madrid”. Porque “si hubiese sido un robo, podrían haberse llevado los ordenadores”.

Desde esta fundación se desvinculan del yihadismo. “Se quiere hacer ver que el nexo entre radicalismo islámico e independentismo es Nous Catalans. Y eso es una grave irresponsabilidad, porque siempre hemos combatido el yihadismo”, subrayan las fuentes. Además, se desvinculan incluso de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC), una asociación que, según Interior, agrupa a mezquitas de perfil integrista y que el Gobierno español vincula estrechamente a la organización de CDC. “Hace dos años que no tenemos relación con la UCCIC. Para empezar, en ella estaban toda clase de mezquitas. Pero, además, es una organización con poco peso real en el mundo islámico”, aseguran. Lo que pasa, insisten, es que esa organización había sido impulsada por Nouredine Ziani, expulsado de España en 2013 por seguridad nacional, dirigente de Nous Catalans en aquel momento y al que acusaban de tener vínculos con el salafismo.

Malestar en Interior

La guerra traspasa las cuestiones ideológicas y baja a cotas mucho más terrenales: en el Ministerio del Interior existe un enorme malestar por el hecho de que la operación contra esta célula yihadista la hubiesen llevado a cabo los Mossos d’Esquadra. “El tema viene del extranjero, de una alerta que partió de Bulgaria, donde fueron detenidos tres radicales que pretendían llegar a Siria. Y si las relaciones internacionales de los Estados se canalizan a través del Cuerpo Nacional de Policía, ¿porqué esta investigación se encarga a los Mossos?”, apuntan fuentes cercanas al Gobierno central. La ira se dirige, así, hacia la Audiencia Nacional que es, al fin y al cabo, quien ha pilotado la operación policial.

En realidad, las primeras pesquisas las habían llevado a cabo los agentes de la Policía Autonómica catalana, que fueron quienes advirtieron de la intención de los radicales de sumarse a la yihad. Por ese motivo, el juez concedió la investigación de la operación a los Mossos, que ya habían detectado a la célula.

El enfrentamiento no se limita a esas cuestiones formales: fuentes cercanas a la investigación señalan a El Confidencial que “no hay documentación ni escritos sobre los atentados que pretendían hacer. Todo se basa en escuchas telefónicas y en las fotos que tenían en sus móviles los detenidos. Pero pruebas reales, ni una”. De las filtraciones habidas hasta el momento, se sabe que, además de la ejecución de secuestros y ejecuciones en Occidente, adelantada hace casi dos meses por este diario, había otros objetivos posibles, como atentar contra instalaciones policiales, centros comerciales de Barcelona o lugares emblemáticos de la capital catalana.

Pero ningún documento, al parecer, sostiene estas hipótesis. También hay otro dato a tener en cuenta: algunas fuentes apuntan a que de las conversaciones grabadas, se deduce que algunos de los detenidos tenían alguna relación con Nous Catalanas, circunstancia que niegan desde la fundación de CDC. Además, incluso en alguna de esas conversaciones se habría citado al director general de ésta, Àngel Colom, a quien se refieren con un peculiar apodo religioso, aunque no en relación con ninguna de las actividades delictivas que se les imputan. En la Fundación niegan la mayor y subrayan que “jamás les hemos visto por aquí ni les conocemos de nada”.


Desde Nous Catalans se apunta que “el Gobierno español está muy molesto por el proceso independentista y tratan de desprestigiarlo de cualquier manera. Lo que han detectado es que la inmigración que viene a Cataluña se aproxima mayoritariamente al proceso soberanista a través de nuestra Fundación y por eso tratan de dinamitarnos”. Y subrayan que “para integristas, ellos: el ministro del Interior propició que un integrista como Mounir Benjelloun se pusiese al frente de la Comisión Islámica de España. Ese señor, próximo a un movimiento como Justicia y Caridad, ilegalizado en Marruecos por su radicalismo, es firme partidario de abolir la Monarquía y crear un Califato, similar al Estado Islámico. Así consta en documentos de Justicia y Caridad, que además, ha hecho muchas reuniones que hemos seguido con interés en España, algunas de ellas en Cataluña pero, esencialmente, en la zona de Murcia”.

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