martes, 21 de abril de 2015

20 abril 2015 (2) El Mundo del Siglo XXI

20 abril 2015


 ‘Policías’ del islam en Cataluña

Los servicios de la Seguridad del Estado alertan desde hace cinco años del control que las corrientes islamistas ejercen sobre la población musulmana de la comunidad




Desde hace más de un lustro los servicios de Información y de Inteligencia han advertido sobre la fuerte implantación del islamismo radical en Cataluña. Los informes se han multiplicado durante años y se centraban en esta comunidad autónoma, junto a Ceuta y Melilla, como los focos más preocupantes de radicalismo incontrolado. Y esa implantación se ha hecho fuerte, tan fuerte como que hay zonas de la comunidad donde estos islamistas “tratan de aplicar sus leyes” e, incluso, “han constituido sus policías religiosas”.

Así consta en informes policiales que obran en poder de este periódico. “Se han organizado en grupos que se dedican a señalar a otros miembros de su comunidad y a amonestarlos cuando no cumplen con la ley islámica, la sharia, los preceptos islámicos o cuando, sencillamente, no se comportan según la ideología que profesan”. “Recurren a la intimidación y a la violencia cuando así lo consideran para imponer su orden y hacer respetar las directrices que dan sobre la vestimenta, el aspecto, la barba que deben mostrar los hombres, la educación que deben recibir los hijos de los demás… Son frecuentes sus amenazas y los actos de aislamiento hacia aquéllos que no les obedecen, llegando en ocasiones a protagonizar agresiones físicas”.

Según los analistas de la Seguridad del Estado, “con el fin último de poder conocer en profundidad las diferentes opiniones de los miembros de la comunidad, sacan a colación debates sobre temas de actualidad para así observar las reacciones de éstos y poder catalogar sus ideas”.

En los informes se detalla que los islamistas habían logrado crear cinco grupos que actúan como “policías religiosas en Cataluña”. Centran el primer embrión en Lérida. Luego se ha ido extendido en otras zonas de la comunidad. En estos escritos constatan como el islamismo también está tratando de tener su “justicia en paralelo”. En una ocasión, en Lérida, se llegó a detectar la celebración de un juicio islámico contra una mujer marroquí que había mantenido relaciones sexuales con un individuo occidental. Un grupo formado por una veintena de radicales le condenó a muerte por lapidación, intento que quedó desbaratado.

Este episodio “es una clara muestra de cómo varios musulmanes que habían sido sometidos a un proceso de radicalización terminaron por omitir las leyes nacionales y actuar de manera segregacionista, según el propio marco legal amparado por la sharia”. Los dinamizadores imponen procesos de radicalización con medidas como la “desescolarización de mujeres o niñas en edad escolar; también la prohibición de libertad para mujeres adultas, que son obligadas a permanecer en su domicilio mientras el marido no las acompañe”.

Los analistas entienden que los mayores riesgos se encuentran entre la población musulmana “de segunda generación”. “La primera generación presenta un nivel bajo de amenaza, al ser su principal preocupación la solución de sus problemas vitales (trabajo, vivienda, sanidad…)”. Por el contrario, la segunda generación “sí presenta ciertos riesgos en la medida en que, una vez superados los problemas a los que se tuvieron que enfrentar sus progenitores, son más proclives a dejarse llevar por tesis lanzadas en ambientes islamistas en un giro reivindicativo de su identidad musulmana y propiciando una autoexclusión del resto de la sociedad”.

Los analistas concluyen que “desde hace años, la comunidad musulmana catalana ha estado expuesta a la doctrina radical, difundida desde una red de mezquitas extendidas por las cuatro provincias. La progresiva aceptación de esta ideología extremista, unida al significativo aumento de la proporción de población musulmana, están provocando situaciones de imposición violenta de la ley islámica, tensión y conflictividad que, al ritmo actual, conducirán a la fractura social e incluso violenta”.

Porque, ¿cuáles son los mensajes que reciben los musulmanes asentados en Cataluña desde los sectores radicales? Desde los llamamientos a la yihad hasta el antisemitismo, pasando por el odio a Occidente, la discriminación de la mujer, el desprecio de los cristianos, la aplicación de la sharia, la implantación de tribunales islámicos, la prohibición de acudir y colaborar con la Policía, evitar el sistema judicial infiel.


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