12 septiembre 2023
Comunicado del Festival de San Sebastián
Estimadas amigas y estimados amigos:
Dado que el Festival de San Sebastián no ha recibido la carta en la que 514 personas solicitan retirar de la programación la película No me llame Ternera (Jordi Évole y Màrius Sánchez, 2023), me veo obligado a responder a través de este comunicado remitido a los medios de comunicación, a través de los cuales he tenido conocimiento del texto.
En primer lugar, queremos hacerles llegar nuestro agradecimiento cuando en su carta afirman, entre otras cosas, que el Festival de San Sebastián “rechaza el blanqueamiento del terrorismo” y “se adhiere a los principios y defensa de los Derechos Humanos”. No obstante, no compartimos su opinión respecto a que se deba retirar de la programación de esta próxima edición del Festival la película No me llame Ternera por el hecho de que tenga como protagonista a Josu Urrutikoetxea y que éste haya tenido muy altas responsabilidades en la trayectoria de la banda terrorista ETA.
El cine es, entre otras muchas cosas, fuente de la historia y se ha ocupado a menudo de llevar a la pantalla a protagonistas, perpetradores de episodios de violencias injustificables pero sobre las cuales sí ha tenido la voluntad de indagar. Son bien conocidos los casos de Shoah (Claude Lanzmann, 1988), S21: La máquina roja de matar (Rithy Panh, 2003) o The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn, 2012). Reflexionamos sobre todo ello en un libro y un ciclo en 2016 bajo el título de The Act of Killing. Cine y violencia global: se programaron allí 32 películas que eran a menudo un arma de denuncia, un medio para el análisis o una forma de intervención directa en muchos trágicos problemas.
La no ficción que ahora nos ocupa ni justifica ni blanquea a ETA porque este Festival no proyectaría una película con esas premisas. Por citar un último ejemplo en una semana en la que se ha recordado el 50º aniversario del golpe de Estado de Pinochet en Chile, no programaríamos nunca una película que justificara aquel ataque violento contra la democracia y sus posteriores represalias sobre miles de víctimas. Sin embargo, sí se programó en San Sebastián un documental que entrevistaba a algunos de sus principales golpistas: Pinochet y sus tres generales (José María Berzosa, 2004). Allí se demostraba que dar la voz no es ni mucho menos dar la razón.
En definitiva, estimamos que la película No me llame Ternera ha de ser vista primero y sometida a crítica después y no al revés. En este sentido, estaríamos dispuestos a realizar una proyección privada previa a un grupo reducido en su representación.
Saludos cordiales.
José Luis Rebordinos
Director del Festival de San Sebastián
Opinión:
Como víctima de la banda terrorista ETA, vuelvo a presentar mi opinión sobre el asunto iniciado con el documental “No me llame Ternera”.
Para empezar, es curioso que el terrorista y miembro de la cúpula etarra diga que no quiere que le llamen por su alias cuando fue una de las cuestiones más comunes en el tiempo que la banda terrorista cometía sus atentados. Durante años estuve (junto a un pequeño grupo de víctimas) denunciando precisamente eso: el uso de un alias por parte de muchos medios de comunicación o de muchos representantes políticos o judiciales, hasta que nos dimos por vencidos. Ahora es el propio terrorista el que, al parecer, se molesta si le llaman por el alias mencionado. Hipocresía en estado puro.
Dicho esto, una cosa más: llevo días comentando que de un documental (como de cualquier otra cosa) hay que opinar una vez se ha visionado y no antes… no sería la primera vez que las opiniones previas al visionado no tienen razón de ser una vez visto el producto.
Y quiero añadir, una vez más, que Jordi Evole ha sido una persona con la que he hablado mucho sobre la problemática de las víctimas del terrorismo, en especial desde la visión socio-asistencial. Con Jordi he tenido contactos que jamás he tenido con muchos de los que ahora hablan del tema como si fueran “la voz de las” víctimas y eso es, evidentemente, una representatividad que nadie les ha dado. Y menos sin ser víctimas de ningún atentado. Muchos de estos ¿dónde estaban cuando la banda terrorista ETA atentaba hace solo dos décadas?
Quizás el problema es que ni Jordi ni yo hemos tenido a un fotógrafo pegado a la espalda para inmortalizar esos encuentros ni esas conversaciones.
Cuando se haya visionado el documental, ya hablaremos… al igual que hicimos cuando Netflix presentó el documental “800 metros” basado en los atentados de agosto2017 en Catalunya. También habían reticencias previas por parte de algunas víctimas hasta que, en una sesión privada previa a la presentación en Málaga, pudieron ver el documental y aclararon todas las dudas y tuvieron la oportunidad de preguntar todo lo que creyeron conveniente.
Y termino: cuando se entrevistó en un periódico a seis columnas a uno de los condenados por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, ¿alguien protestó? Solo recordar que fue condenado a más de 40.000 años de cárcel…
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