21 septiembre 2023
«La película que hemos visto de Josu Ternera no blanquea a ETA»
En mitad de la huelga de Hollywood, el Festival de San Sebastián arranca mañana una nueva y ambiciosa edición con el Premio Donostia a Hayao Miyazaki
Había una vez un responsable del Festival de San Sebastián, allá por 2011, que se esperaba un certamen sin sobresaltos. Al fin y al cabo, ya llevaba varios años trabajando en la organización de una de las citas más prestigiosas del cine español. Y entonces llegó una crisis económica. Y luego otra. Y sus consecuencias. Y después una pandemia mortal. Y luego, ya más cerca, una huelga en Hollywood que tiene a medio planeta cine parado y a nosotros, los mortales, sin apenas «glamour» de alfombras rojas.
José Luis Rebordinos (Rentería, 1961), la voz más autorizada para hablar del certamen y su director, habla con LA RAZÓN antes de que mañana de comienzo la 71ª. Edición del festival. Sobre la polémica con Jordi Évole y su entrevista al terrorista Josu Ternera, el nuevo rumbo de los festivales en nuestro país o los homenajes a dos maestros esquivos como Víctor Erice y Hayao Miyazaki, Rebordinos responde a todo con la honestidad que le caracteriza y sin ambages.
-Casi trece años al frente del festival de cine más importante de España. ¿Todavía hay espacio para los nervios?
-Yo no soy nada de nervios y la gente no me cree. Quizá también porque lo he hecho muchas veces. Soy una persona práctica en general. Cuando hay un problema, se le intenta hincar el diente, y cuando no se puede hacer nada, pues a otra cosa. Tengo dos sensaciones. Una de ilusión y otra de responsabilidad, más que nervios, de que todo salga bien y esté en su sitio.
-La Seminci de Valladolid estrena nuevo director y el Festival de Sevilla casi no se celebra. ¿Es Donosti la cita y faro para el resto de festivales españoles?
-No sé si un faro, porque en realidad todos son diferentes. Nosotros estamos jugando justo por detrás de Cannes, Venecia y Berlín. Sitges y Málaga también quieren jugar en esa proyección internacional. Los demás son más locales, pero no mejores o peores. Lo que sí espero es que haya una especie de pequeña revolución. Sobre todo, en Valladolid, donde Cienfuegos ya está planteando otras cosas. No me siento especialmente interpelado por los cambios, sinceramente. San Sebastián sigue su propio camino.
-¿Sigue viviendo el festival con la pasión del primer día?
-Aunque llegues muy cansado al festival, siempre es un subidón. Empiezas a ver lo que has preparado, ves la reacción de la gente, es muy chulo… Hay unos días, después de que acaba, en los que estás como triste, hecho polvo… Te falta la adrenalina del festival. A partir del 15 o 20 de octubre ya estás pensando en el siguiente festival. Justo ahora estaba comiendo con un distribuidor que tiene película este año y ya estábamos pensando en una que se terminará en primavera y perfectamente podría ser parte de la Sección Oficial del año que viene. Y eso se habla antes incluso de que arranque esta. El mundo no se para. Estás todo el rato enterado de qué se produce y qué se rueda.
-Con Bardem desconvocado por la huelga, aunque en el cartel, han ido a darle el Premio Donostia a dos personalidades poco amigas de los focos como son Miyazaki y Erice...
-Este año, la idea inicial era tener dos actrices de Hollywood, que habían aceptado, pero ambas se han caído por el tema de la huelga. Víctor Erice, por otra parte, ya estaba pensado desde hace tiempo porque sabíamos que la nueva película se presentaría en Cannes. Es muy bonito darle el Premio Donostia a una persona que ganó hace justo 50 años la primera Concha de Oro para el cine español. En cuanto a Miyazaki, se lo hemos intentado dar muchas veces y esta vez por fin ha aceptado después de muchas negativas. Cuando ya teníamos la película atada, fuimos poco a poco. No va a venir, porque ni siquiera ha hecho ninguna entrevista para promocionar la película, pero sí lo ha aceptado y nos mandará un vídeo de agradecimiento. Para mí, que Miyazaki haya aceptado y quede ligado a la historia del festival es todo un triunfo y un honor.
-Le tengo que preguntar por Évole y la entrevista a Josu Ternera. Ya ha dicho que no la cancelará, pero, tras la polémica, ¿se arrepiente de algún modo?
-No, no, para nada. La preocupación de la película con Josu Ternera es la preocupación número 40. Tenemos mil líos. Sabíamos qué película era, que tenía material sensible, pero es que nosotros la hemos visto. Y esa es la gran ventaja. No seleccionamos una película sin verla. Y por eso mismo estamos muy tranquilos, porque sabemos que la película que hemos visto no blanquea en absoluto a ETA. Por mucho que 400 y pico personas, todas muy respetables, se emperren en que una película que no han visto lo hace, tenemos la convicción de que no. Ya hay víctimas, de hecho, que han visto la película. Y ninguna me ha dicho que blanquee a ETA. De hecho, alguna nos ha preguntado si se iba a poner en algún colegio. Y estoy hablando de gente a la que le han matado el marido o el padre, no de cualquiera.
-¿Le duele que se dude de la integridad del festival?
-Cuando se proyecte se oirán diferentes opiniones. Principalmente, porque da la palabra a un señor que durante 50 años fue miembro de ETA. Por supuesto que habrá gente a la que eso le parezca mal. Pero hay que ver la película, es un documento muy explicativo. Hoy he desayunado con un miembro importante de la izquierda abertzale y me ha dicho que era muy sesgada y que no les había gustado demasiado. ¿Y yo qué le voy a decir? Quizá estemos condenados a que lo que hagamos no le guste a nadie, pero igual es nuestra obligación. La de mostrar cosas diferentes.
-Sobre preparar el festival, ¿qué se busca? Más allá de la calidad, que suena a palabra comodín...
-No hay una línea general, porque cada película se ve por separado y luego si te gusta entra. Luego, al verlas juntas, sí puedes intuir algunas cosas. Este año, en la Sección Oficial, hay dos líneas que se han dado pero no hemos buscado especialmente. Primero, que hay muchas mujeres, con hasta 7 dentro. Y luego, también hay mucha ópera prima. Tenemos como siempre directores consagrados, como el de la clausura, con Oscars, Miyazaki, Puiu, Lafosse, pero hay mucha ópera prima. Y no es casualidad porque nosotros trabajamos mucho el talento joven. Ya desde el encuentro con Escuela de Cine o la sección Nuevos Directores. Eso nos pone muy en contacto con las óperas primas que se están haciendo. “O corno”, por ejemplo, sale de nuestra residencia de proyectos. Y “Creatura”, por ejemplo, que compitió en Cannes, también pasó por aquí. Igual las características comunes surgen, pero no son buscadas.
-¿Me puede contar algo de la película sorpresa?
-Me recordó directamente a un clásico muy clásico de la historia del cine. Habrá más pistas a lo largo de la semana.
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