lunes, 2 de octubre de 2023

25 septiembre 2023 La Nueva España (opinión)


25 septiembre 2023 

 


Trashorras, el facilitador de los explosivos del 11M, regresa a la cárcel de Asturias tras recuperar el segundo grado

El exminero avilesino, condenado a 34.715 años de cárcel, está ingresado en el módulo 9, de respeto

José Emilio Suárez Trashorras, el exminero avilesino que proporcionó los explosivos de los atentados de Madrid el 11 de marzo de 2004, ha regresado a la cárcel de Asturias después de muchos años. Condenado a una de las mayores penas que se hayan impuesto jamás en España, 34.715 años de prisión, como cooperador necesario en 192 asesinatos terroristas y cientos más en grados de tentativa, este antiguo confidente policial ingresó el pasado mes de julio en el módulo 9, uno de los considerados de respeto en la cárcel asturiana.

Suárez Trashorras ha recuperado el segundo grado, que le retiraron en 2016, después de que en la prisión de A Lama (Pontevedra) se relacionase con yihadistas y amenazase al jefe de seguridad de la cárcel gallega. A esa cárcel pontevedresa había sido trasladado en 2016 desde El Dueso (Cantabria), cuando estaba a punto de regresar a la prisión asturiana, como castigo por haber concedido una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA, según indicó su letrado de entonces, Francisco Miranda.

En los últimos años ha estado en el centro penitenciario La Moraleja de la localidad de Dueñas, en Palencia, pero Trashorras ha pasado por otras cárceles españolas, como Alcalá Meco, Soto del Real o Mansilla de las Mulas, a la que fue trasladado para que estuviese más cerca de su familia. Este último traslado a Asturias le permitirá más contacto con su padre, que enviudó en 2015.

Una vez obtenido de nuevo el segundo grado, Trashorras podrá disfrutar de permisos, que era uno de los objetivos de su actual letrado, Marco Luis Suárez, hijo del que fuera primer abogado de Trashorras tras ser detenido en Avilés en marzo de 2004, José Luis Suárez, ya fallecido, al que sustituyó luego el prestigioso Gerardo Turiel –también desaparecido–, que le defendió durante el juicio celebrado en 2007.

En mayo de 2017, Trashorras, asistido por su entonces letrado, Francisco Miranda, consiguió que la sala segunda del Tribunal Supremo rebajase de 32 a 10 años el periodo mínimo de cumplimiento para comenzar a salir de la cárcel por espacios largos de tiempo. En la misma sentencia, el Supremo le denegaba la prisión permanente revisable, que le hubiese abierto la posibilidad de salir de prisión una vez cumplidos 25 años de cárcel.

Trashorras experimentó un gran cambio, que le acercó a la religión –se hizo evangélico– y le hizo reunirse con uno de los supervivientes de los atentados, Jesús Ramírez, exvicepresidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, al que pidió perdón, indicando que no sabía que los explosivos eran para cometer una masacre. Sin embargo, en los últimos tiempos, desde su traslado a A Lama y desde el fallecimiento de su madre, a cuyo entierro declinó ir, su estado no ha hecho más que empeorar, a pesar de recibir tratamiento por su diagnosticada esquizofrenia paranoide.

Opinión:

Quizás la comparativa pueda parecer fuera de lugar pero me gustaría preguntar a todos aquellos que protestaron ANTES de ver el documental de Jordi Evole si piensan protestar TAMBIEN por el traslado de este condenado a 34.715 años de cárcel por los atentados del 11-M… aunque si no protestaron cuando el diario El Mundo del Siglo XXI le entrevistó a portada y seis columnas durante varios días, no confío demasiado en que protesten ahora…

La misma pregunta les haría en el sentido de si van a protestar del mismo modo por el acercamiento a su lugar de origen como lo hacen cuando se acerca a un terrorista de la banda ETA.

Ojo al dato, no es un error de cálculo: está condenado a 34.715 años de cárcel…

 

 

 

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